Y es que visitar los salones de este peluquero barcelonés es cuestión de buen gusto y algo más. Adorado por las cabezas más exclusivas y mejor “amuebladas”, Oliveras flagela, en el sentido irónico del término, a sus incondicionales convirtiéndolos en adictos a su excelencia, que nunca a su marca. Mostrando un intencionado y desafiante desapego al modelo de negocio más rentable en su sector -la franquicia- y una desagradecida infidelidad a las multinacionales de producto, Carlos Oliveras investiga, busca, experimenta, viaja e indaga hasta la saciedad, para encontrar ‘la alquimia’ y las técnicas más adecuadas a la oferta global de cada uno de sus centros.
Siguiendo estas coordenadas es imposible describir de una manera uniforme y universal el ‘modus operandi’ de este arquitecto de la estética y el bienestar -un aspecto que depende de la idiosincrasia de cada uno de sus salones- pero sí es muy fácil detectar su estilo, su excelencia y la extrema calidad de su servicio. “La pelu del Avenida Palace” -tal y como ya se conoce entre los más exigentes ‘fashionistas’ al centro que Carlos Oliveras tiene junto a este emblemático hotel situado en el 606 de la Gran Vía de Les Corts Catalanas (entre Pº de Gracia y Rbla. Cataluña) – se ha convertido además en un referente del estilo más “chic” que entusiasma.
En un espacio absolutamente abierto a la calle mediante grandes ventanales y comunicado con el hall de hotel, prima un espíritu globalizado con ciertos toques afrancesados que dotan al ambiente de un sutil refinamiento y un cosmopolitismo que refleja la pasión internacional por el culto a la imagen. Modelos que necesitan cuidados constantes, empresarios con poco tiempo, amas de casa decididas a mimarse, viajeros impecables o turistas con clase escuchan atentos los consejos de Oliveras no sólo con la intención de salir con el mejor aspecto, sino de aprender a sacar el mejor partido a su imagen mediante unos productos con los que el propio usuario pueda experimentar.
El concepto del color del cabello es el que prima en ‘la Pelu del Avenida Palace’, al igual que el del cuidado personal integral o el ‘styling’ y acabado de maquillaje. Para conseguir esto Carlos Oliveras ha apostado en esta ocasión por los prestigiosos productos La Biosthetique en exclusiva para este salón -que no para su marca-. Sin lugar a dudas -tanto por su estructura interiorista como por su sofisticado servicio- este centro de estética es lo más “top” de la ciudad a la hora de encontrar un “look” personalizado que cree tendencia.
Oliveras -el peluquero más rebelde- ha conseguido que su creatividad inspire a las generaciones que diseñan las líneas a seguir en cuestión de imagen.
Gema Castellano