Durante el desfile la diseñadora mostró a una mujer vista a través de la cerradura, pero sin enmarcar la figura. Libre para vivir y amar, de ser capturada en cualquier momento y llevarla lejos. Vestida para todo… y siempre para viajar.
Robando los boxers a su chico, en ella se convierten sedas impresas y gasas con lentejuelas. Atrevida, pero siempre sensual con shorts, ella es deportiva y atrevida. No se limita por su tocador, el sujetador asoma por debajo del botón de la camisa y una pieza de encaje viste fácilmente como una falda. Las prendas de playa se convierten en su fondo de armario diario… bikinis debajo de vestidos envolventes y de frescas gabardinas.
Las rayas y los estampados gráficos son su fuerte, pero a la vez, sutiles en tonos básicos de negro y marfil, azul marino y nude, o gris y blanco. Toques de lima y coral aparecen en un par de sandalias de ante, en una visera o un cardigan de cashmere. Una transición en todos los sentidos – desde el amanecer hasta el anochecer, desde el calor al frío, el final de un capítulo da el comienzo a otro.
Lista para salir en cualquier momento, preparada para irse, su maleta está llena… La Petite Valise.
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