La firma Desigual acaba de inaugurar en Madrid -en la calle Preciados esquina con Plaza Callao- el mayor espacio dedicado exclusivamente a albergar moda de la firma; más de 2.000 metros cuadrados distribuidos en un edificio de siete plantas que hace unos años hubiera sido solo un sueño casi inalcanzable. la debacle financiera de “lo inmobiliario” ha creado la oportunidad y las marcas ‘streetware’ están desbancando a las firmas de lujo en las mejores calles del mundo; un fenómeno que -unido a la democratización ‘fashion’ encabezada por el modelo Zara y posibilitada por la producción en China- ha trastocado los objetivos “coup de foudre” de los ‘fashionistas’.
Desigual forma parte del estilo de vida de jóvenes consumidores globales que imponen y devoran tendencias que nacen y mueren cada vez más deprisa, un modelo de negocio trepidante que requiere de una estrategia global y absolutamente interactiva con lo que ocurre en la calle. En breve tendrá una presencia estratégica en enclaves “must” como París, Londres o San Francisco; y Tokio -emblema del consumo por impulso- cuenta ya con un ‘showroom’ de la firma. Además su canal de venta ‘on line’ -recién abierto- está ofreciendo unos resultados exultantes aún por cuantificar. Sin duda, una expansión espectacular producto de la buena gestión que culminará en 2011, cuando la compañía materialice una inversión prevista en 100 millones de euros.
Los datos económicos filtrados por la compañía demuestran que lla marca -que emplea ya a 2.800 personas, cuenta con 180 tiendas propias y tiene 8.000 puntos de venta en todo el mundo además de 1.700 corners en grandes almacenes- goza de una salud excelente impulsada, insistimos, por las oportunidades que ha ofrecido la propia crisis. En 2010 facturará previsiblemente un 50% más que en el ejercicio de 2009, y aunque las previsiones de facturación se estimaban en unos 450 millones de euros, se superarán.
La apertura de Madrid supone una demostración de esta buena salud de la que goza la compañía catalana, que ha creado 50 nuevos puestos de trabajo con esta iniciativa. Un dato a tener muy en cuenta en tiempos difíciles para el empleo en un país, España, que tardará -quizás más que otros países europeos- en normalizar sus finanzas y oportunidades.
Por Gema Castellano
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