“Sí, sí. La cantante (Shakira) eligió… (refiriéndose al susodicho vídeoclip) pero entonces no….”, murmuraba el “central” del Barça en rueda de prensa para Mango ante una multitud de periodistas de lo social, del cuore e incluso de ‘la cosa’ deportiva, sin la menor esperanza de que se escucharan sus palabras dichas más allá de su inicial afirmación.
Gerard Piqué, siempre acompañado por su padre, contentó a todos en una rueda de prensa monográfica sobre el “estado de sus amoríos” en la que los ingenuos que creyeron importaría algo la polémica del Barça con los árbitros, la supuesta creación de la Selección Catalana o incluso la mismísima colección para hombre que el futbolista avala, obviamente, se equivocaron.
Gerard Piqué, ese futbolista blaugrana educado deportivamente en La Masía, que tuvo el honor de jugar con la Selección Española de Futbol en el Mundial de Sudáfrica, que presta su imagen para asuntos solidarios con la Fundación Anima, que ilustró al mundo sobre su ‘cara b’ de la manera más explícita subido en el autobús “porta héroes del balón y Copa del Mundo” cuando escupió por la espalda a Pedro Cortés -directivo de la Real Federación Española de Fútbol-, que además fue seducido por la cantante colombiana, Shakira, con quién mantiene un “affair” harto lucrativo para las dos partes y que ha firmado un contrato publicitario millonario con la la firma Mango; es sin duda el hombre del momento por delante de Cristiano Ronaldo e Iker Casillas; y es que las portadas que dependen de los atributos de la “churri” que se lleva al lado, cambian que es una barbaridad.
Su padre, asegura Gerard, le dice que “viva el momento”; un sabio consejo al que debería añadir “aproveche”, porque el ritmo trepidante de las banales noticias del cuore obliga a dar demasiado al que pretende seguir en el candelero y el estrellato -tal y como entiende Sara Carbonero cuando afirma “en un año no os acordaréis de que estoy aquí”- dura el equivalente a la frugalidad de un beso de portada.
Pero Gerard vive, disfruta y explota el momento atribuyendo para sí mismo lo que afirma de su equipo: “en el deporte se gana porque se es mejor que el contrario”. En el deporte… y en la vida.
Con el “piquito oficial” de la recién salida portada en la revista Caras en su edición colombiana como aval, Piqué garantizó llenazo absoluto en una rueda de prensa comercial realizada en un día de lluvia, atascos y demás incomodidades respecto al desplazamiento. Los directivos de la enseña textil catalana no cabían en sí de gozo y el apoteosis llegó cuando Piqué -entornando sus ojos azules resaltados por los potentísimos focos- afirmó: “sí, estoy enamorado”. El momentazo de liberación me trasladó por un instante al punto álgido de la típica telenovela colombiana cuando el galán declara su amor, por fin y después de miles de vicisitudes y capítulos, a la desvalida chica.
En fin. Puro marketing, pero no por eso menos emocionante. Ella cumple con sus compromisos patrios presentando oficialmente allí su romance con el centrocampista catalán y él hace lo propio con la marca que le ha pagado por posar con su ropa. Todos contentos; incluso la prensa del corazón, que abandonó el recinto con el titular del aplauso, “sí, estoy enamorado”, pero sin explicaciones de por qué ha sido “Caras” la valedora del suculento reportaje.
Respecto a la moda, no se hagan ilusiones. Gerard Piqué dejó claro que “en un futuro diseñaré pero ahora me toca jugar al futbol”. Esto y representar durante las próximas dos temporadas al “hombre Mango” despertando el deseo en cada una de sus apariciones públicas de que tu chico vista como Gerard Piqué. Sin duda la firma Mango -que acaba de abrir una oficina corporativa en Shanghai para reforzar su posicionamiento en el mercado chino y obtuvo una facturación el pasado año que superó los 1.440 millones de euros- ha hecho un “pleno al quince” que, seguro, le ofrecerá un retorno considerable al menos las dos próximas temporadas.
Después, otros llegarán. A las portadas y al deporte rey, aunque en éste último, Piqué todavía tiene todo por decir. Según los expertos, este central que ya lo ha ganado todo con 24 años y al que apodan “Piquembauer”es uno de los valores a futuro del fútbol mundial. Elegante, con mucha clase e inteligente en el campo, tiene como obligación emocionar a la afición; y lo hace. Ahora -gracias a su idilio con Shakira- emociona a todos, pero tal y como él afirma “lo único que vale es lo que pasa en el terreno de juego”.
Gema Castellano
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