No hace falta que lo diga. Cualquiera que lea mis crónicas sobre la exPasarela Cibeles, sabe de mi insistencia en la necesidad de tener un ‘front row’ generoso en personalidades internacionales relacionadas con la industria, que ayuden a vender ‘lo nuestro’ en el mundo a través de sus medios. Esto, por supuesto, requiere que ‘lo nuestro’ tenga calidad, talento y creatividad, por una parte; y por la otra, que los ‘observadores’ lo sean en realidad y que no se confundan con ‘It girls’, ‘reputadas bloggers’ o ‘celebrities’ varias, que van más a la búsqueda del ‘flash’ para beneficio propio, que a ver moda.
No. No tengo nada contra estos valiosos ‘adornos’ que dan color a las semanas de la moda de cualquier lugar que se precie -todo lo contrario- pero es necesario que vayamos dejando las cosas en su sitio. Porque, de lo contrario, podemos cometer el error de valorar un evento de moda, como la ‘pasarela española’, por los ‘kilos de personaje fotografiable’ que ha soportado la primera fila, y éste desliz -como comprenderán- no se puede cometer.
Dicho esto, insisto en que la visita de Pratts-Price me parece un acierto, entre otras cosas, porque me gustaría imaginármela diciendo a la redactora jefe de Vogue América: «Anna, vete para allá que hay talento, creatividad, calidad, innovación e industria a raudales por descubrir. Vas a tener acceso a editoriales increíbles con diseñadores sorprendentes«, después de haberla visto -desfile tras desfile y libreta en mano- apuntando todo sobre los diseñadores españoles que le resultan interesantes. Porque de eso se trata, ¿no?.
Miren. Yo, personalmente, cuando me hablan de un colectivo de manera abstracta, desconfío. Porque un ‘Grupo’ está compuesto de elementos muy buenos, buenos, malos e insufribles; y son sólo los ‘excelentes’ los destinados a representar a ese ‘Grupo’ en el mundo. Así pues, si Pratts no me habla de algún diseñador español en concreto, no me sirve; porque debo entender que no le ha interesado ninguno.
Me cuentan que la ‘premier’ de Style.com aseguró que «es buen síntoma del compromiso de la ciudad con la moda» que la Pasarela esté subvencionada y que es importante apoyar estas Pasarelas porque atraen gente, llenan los restaurantes, los museos y las tiendas. «Mueven mucho dinero y la industria de la moda en sí genera una gran riqueza«. En fin. No pudo meterse en un mayor berenjenal, en tan pocas horas de estancia en Madrid. Y es que también me dicen que dispuso permanentemente de una ‘guardia de corps’, compuesta por los ‘gerifaltes’ del conglomerado de la moda, infranqueable; por lo que no es de extrañar su parcialidad a la hora de definir lo, para ella, desconocido.
Pratts se olvidó, seguramente seducida por los halagos y atenciones, de una de las premisas fundamentales del periodista: cuando llegues a un lugar donde ocurren cosas que no controlas, observación, observación y observación, para no caer en la trampa de la propaganda y poder sacar conclusiones acertadas sin demasiadas influencias. No se si, a estas alturas, merece la pena comenzar, de nuevo, a argumentar lo inexacto de las declaraciones de Candy Pratts Price. Creo que no.
Pero sí me preocupa, y mucho, que divague y recurra a la demagogia para escapar al compromiso de hablar sobre si le ha gustado lo que ha visto en la pasarela, qué es lo que le ha gustado y qué no, o si ha descubierto algún talento escondido que merezca el reconocimiento de los más ilustres analistas de moda del mundo. Porque si tiene que recurrir a la demagogia, es que poca creatividad ha visto bajo los focos.
No obstante, quizás no deberíamos encorsetar a nuestros invitados ‘ojeadores’ en la estructura dogmatizada, estabilista e interesada de asociación alguna. Ofrecerles como guía un equipo imparcial compuesto por cazadores de tendencias, expertos en showrooms y bloggers estilosas y conocedoras de todo lo nuevo en diseño que se va a presentar en la Semana de la Moda, sería una forma coherente y divertida de que los ‘tanteadores’ pudieran descubrir talento escondido que, sin duda, tiraría de la marca España.
Gema Castellano