Kate Moss ha pasado, por ejemplo, de Top Model del ’88 a “It Girl”, mujeres que no se suben a las pasarelas pero que imponen estilos y “looks” desde las páginas de las revistas de moda. Las It Girls -nacidas con la democratización de la moda y la estrategia “fashion-cultural” de mezclar prendas de firmas de lujo con otras low-cost- no están sometidas a las rigurosas normas estéticas y perfección que se imponían a las “Top Models” de antaño -más bien son la antítesis- pero sí deben “vender” un estilo de vida que seduzca al público, además del “look”.
Por supuesto, estas “It Girls” que aparecen en las páginas “estilo” de las revistas “rosa” o en las de moda contando a las jóvenes como deben vestir, comportarse e incluso vivir, no tienen nada que ver -ni por su falta refinamiento ni por su escaso poder de seducción- con la “It Girl” que definió el novelista y guionista inglés romántico Elinor Glyn y tampoco con el personaje de la actriz Clara Bow en su película “It” rodada en 1927; pero sus “looks” y sus “maneras” son copiados por miles de seguidoras que, inmersas en el lema “la vulgarización al poder”, las adoran como si fueran diosas. Afortunadamente todo es efímero; excepto la belleza, la elegancia y el estilo refinado basado en la inteligencia y la profundidad de pensamiento.
Como decíamos, Kate Moss, por ejemplo, se ha reinventado convirtiéndose en una It Girl al más puro estilo “populista”, pero otras de su estirpe como Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Heidi Klum o Linda Evangelista, han mantenido su estatus, prestigio y dignidad de Tops replegando velas, dejando paso a las nuevas tendencias y refugiándose en la publicidad o en otros negocios relacionados con la moda que nada tienen que ver con lo pseudo-fashion.
El caso de Naomi Campbell siempre es diferente. A pesar de ser cuestionada, criticada, juzgada y castigada por sus ademanes de “diosa” y un carácter egocéntrico, caprichoso e histérico que la lleva a maltratar a su entorno y -seguramente- a autoatormentarse; a nadie se le ha ocurrido jamás rebajarla al nivel de “It Girl” según el significado que ahora tiene este término. La “Diosa de ébano” sigue siendo la “Top” por excelencia, y su experiencia y capacidad camaleónica unidas al photoshop, la convierten en un valor seguro para las firmas que pretenden prestigio y un ‘target’ distinguido.
No es la primera vez que trabajan juntos. En el año 2008 Naomi ya fue la imagen de la firma italiana Pinko, pero la campaña que ha realizado para la Primavera-Verano 2012 es, simplemente, sublime. La firma de Florencia, que nació en 1980 de la mano de Pietro Negra, -cuyas colaboraciones con Mark Fast y Alesandra Facchinetti han reinventado la marca- ha vuelto a insistir en la exhuberancia de Naomi, en su belleza, en su elegancia y en su estilo siempre fresco, depositando la responsabilidad artística de la fotografía en Daniele&Lango, quienes han basado el tratamiento de la imagen en una reinterpretación de los claroscuros y sombras, irrepetibles, de Richard Avedon. El negro, el blanco, el oro y el plata toman fuerza ante la lividez de esta colección cuya sensualidad queda plasmada en una imagen que sobrecoje, donde Naomi juega con la vaporosidad de un extraordinario vestido plisado. la campaña demuestra que una “top” es siempre una “top” y que las firmas, al final, no deben escatimar en trabajos en los que la creatividad pone el vello de punta.
Gema Castellano