Ecclestone ‘pragmatizó‘ el espectáculo y lo convirtió en un negocio redondo desde que en 1972 creara la Asociación de Constructores de Fórmula 1 –FOCA– junto a Frank Williams, Colin Chapman, Teddy Mayer, Ken Tyrrell y Max Mosley; y posteriormente, en 1978, se hizo el ‘amo’ absoluto, a través del control de los derechos de televisión que repartió entre sus propias empresas. Su poder se hizo absoluto en 1997 con la firma del Pacto de la Concordia, por el cual, mantiene los derechos de televisión, a cambio de ciertas concesiones económicas anuales.
La Fórmula 1 es ahora, ante todo, un enorme’ alarde financiero’ donde los intereses de marca priman; pero dentro de este circo, a veces abiertamente hostil, estratega, desleal e interesado en el asfalto, hay un lugar hiper selectivo donde se extiende un tupido velo de glamour sobre la hierática realidad, que tapa todo lo que no conviene. Allí se mima al cliente por excelencia; a ése que es trasladado al circuito en helicóptero y alojado en las suits de los mejores hoteles porque conviene al negocio.
El Paddock Club es un lujoso espacio situado justo encima del ‘pit lane‘, con acceso visual a todo lo que ocurre -tanto por delante como por detrás- en los garajes de la Formula 1. Toda la actividad y la rutina que los pilotos y sus equipos realizan en boxes está a la vista de los invitados al Club. Tanto en los entrenamientos como en la propia carrera, la proximidad a los pilotos, a los cambios de neumáticos o a cualquier eventualidad en el ‘pit lane’ es la mayor que se puede ofrecer, procurando una vivencia de la Formula 1 absoluta. Observar el trasiego del evento deportivo desde el Paddock Club es vivirlo en directo, pero -además- el Paddock Club tiene otras connotaciones sociales.
El confortable espacio -un lugar de encuentro por donde pasan todos los personajes relevantes de la Formula 1 y sus invitados, cuyo ticket de entrada cuesta 2.500 euros- cuenta con parking privado, acceso al pit lane, restaurante donde se sirven menús confeccionados con los mejores productos de temporada, bar con Champagne Mumm y una amplia selección de vinos, tés, pastas y pastelería; además de acceso directo al ‘support race paddock‘ y toda una oferta de ocio como un simulador de Formula 1, música en directo, Dj’s o revelado gratuito de fotografías. También se ofrecen servicios Spa de manicula, pedicura y masajes; porque la buena imagen, que allí es muy importante, comienza por estos pequeños detalles.
Con una decoración perfecta, es difícil imaginar un lugar más sugerente, idóneo y a la vez especial, para hablar de negocios y realizar excelentes contactos durante el fin de semana de las carreras, mientras se comparte estilo y espacio ‘cool’ con pilotos, directores de equipos, presidentes de escuderías o patrocinadores de alto nivel.
Gracias a una invitación del proveedor oficial de neumáticos, Pirelli, a nuestro medio, Informativos.Net, hemos podido disfrutar y constatar personalmente como se vive esa otra Formula 1, donde la actividad de negocios a alto nivel transcurre paralela al ajetreo de pilotos, técnicos y bólidos en el pit lane; sometida a inevitables interrupciones en las que es preciso recurrir a los tapones de silicona en los oídos. Toda una experiencia que queremos compartir con nuestros lectores en una amplia secuencia fotográfica; porque, realmente, es otro mundo.
Gema Castellano @GemaCastellano
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