Para conseguir este logro, ser una planta con estatus “vertedero cero”, GM España ha tenido que adaptar su proceso de fabricación con nuevas tecnologías y métodos de trabajo. Dos han sido sus principales cambios más recientes: reducir el consumo de disolvente en la planta de pintura, consiguiendo reutilizar un 80 por ciento del mismo, y adicionalmente convertir lodos en abono para el campo (la planta de Zaragoza aprovecha los lodos del tratamiento de sus aguas residuales para, a través de su compostaje, poder constituir el sustrato de fertilizantes).
De hecho, uno de los mayores retos ha sido encontrar un gestor de residuos cercano que hiciera más eficiente el transporte y tratamiento de los lodos de pintura y poderlos utilizar para generar electricidad.
Una larga lista de empresas y proveedores han contribuido a que la factoría aragonesa de GM lograra reducir sus residuos y alcanzara una tasa elevada de reciclado. Entre ellos destaca la contribución de la empresa Saica Natur, con la que colabora desde 2008 y que ha sido clave para que, tras muchos esfuerzos conjuntos, la planta de GM España obtuviera la acreditación de planta “vertedero cero”.
General Motors tiene como objetivo conseguir que el 100% de las plantas de manufacturas y el 25% de las plantas no manufactureras sean vertido cero, para el año 2020.
Junto a la planta de Figueruelas, GM ha anunciado recientemente otras diez plantas que se suman a las ya existentes y catalogadas como “vertido cero”, que no envían residuos a vertedero. Con la incorporación de estas once plantas, incluida la aragonesa, General Motors evita la emisión del equivalente a más de 600.000 toneladas métricas de CO2* equiparable a la mitigación de gases de efecto invernadero que se conseguiría con 15 millones de árboles durante 10 años (1) y (2)
(*) La huella media por persona en España es de 7.70 toneladas
La media de los países industrializados es de unas 11 toneladas
La huella de carbono media mundial es de unas 4 toneladas
El objetivo mundial para combatir el cambio climático es de unas 2 toneladas
(1) No especifica la especie arbórea pero el dato nos cuadra (por lo bajo); según un trabajo publicado en España por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (Gregorio Montero, Ricardo Ruiz-Peinado y Marta Muñoz, Producción de biomasa y fijación de CO2 por los bosques españoles, Monografía 13) evalúa la absorción para plantas de clase diamétrica 5 cm (fuste de 5 cm de diámetro – diez veces mayor que el diámetro de las encinas de un año, que son las usadas para reforestar) en 3,11 kg/año para la encina, 0,83 kg para el roble melojo (Quercus pyrenaica), 0,73 para el quejigo (Quercus faginea) o 2,8 kg para el pino piñonero (Pinus pinea). Son datos aproximados pues un árbol fija más CO2 en su edad madura, en torno a los 50 años. Los plantones de un año de encina (clase diamétrica inferior a 0,5 cm) cabe esperar que fijen entre 40 y 80 grs CO2/año, dependiendo esta cifra del emplazamiento, los factores meteorológicos y los cuidados que reciba. Carboninfo establece 2,5 kg/año para árboles de hasta 5 años de edad.
(2) La capacidad de fijación del CO2 atmosférico por los árboles:
El carbono se acumula en los tejidos de los vegetales. En el caso de los árboles, en torno al 50% del peso de la materia seca es carbono. Subrayamos el término materia seca para indicar que ese porcentaje se refiere a lo que pesaría el árbol una vez deshidratado. La relación entre el peso de la molécula de dióxido de carbono y el átomo de carbono que la compone es 44/12 (=3,67). Por tanto, 3,67 kg de CO2 llevan, como ingrediente, 1 kg de carbono, lo que significa que, para acumular ese kg en sus tejidos, la planta ha tenido que “desactivar” 3,67 kg de CO2.
Fuentes (2) y (3): plantando-conciencia.blogspot.com.es