Vayámonos un instante a los hechos históricos. En el año 1923, Damián Mateu insta a su hijo, Miquel Mateu i Pla, a invertir en el leitmotiv de su vida. él ya lo había conseguido. Junto al ingeniero suizo, Marc Birkigt, había fundado la Hispano-Suiza, que ya a mediados de los años 20 contaba con dos fábricas en España y una en París. No había entonces ‘lujurioso‘ que se preciara, capaz de resistirse a los encantos de la marca de coches española. Desde el rey Alfonso XIII hasta Coco Chanel, Christian Dior o la familia Cointreau, presumían de pilotar su propio Hispano-Suiza.
Miquel Mateu adquirió en 1923 el complejo del Castell de Peralada, propiedad entonces de los herederos mallorquines de Juana Adelaida de Rocabertí, la única descendiente de la estirpe propietaria del Condado de Perelada (1599). La condesa dejó un rocambolesco testamento separando el título nobiliario de la propiedad, que finalmente desencadenó la venta del conjunto monumental. La familia Mateu se hizo así con un enclave histórico-monumental privilegiado en el Alto Ampurdán.
El castillo y sus torreones, la iglesia, el claustro del convento Carmelita del s.XIV, la biblioteca con 100.000 libros datados desde el s.IX -entre ellos 1001 Quijotes originales y 200 incunables-, los museos del vidrio y cerámica china, la bodega del convento y casi 34.000 metros cuadrados de cuidados jardines que datan del s.XIX y se han convertido en hogar natural de cigüeñas y cisnes, son un destino por sí mismos; pero Peralada es mucho más.
Si desean explotar al máximo su exigencia de estímulos, les proponemos, dada la complejidad y diversidad de la propuesta de ocio del resort, que pongan a prueba al equipo de la familia Suqué-Mateu. Porque al Resort Peralada, cuyo Hotel Wine Spa & Golf ha sido remodelado recientemente por la interiorista Sandra Tarruella, se puede ir a disfrutar de una de las mejores instalaciones de Golf de España también por situación geográfica; ¡pero exíjan más!
Nuestra propuesta comienza en las fincas Malaveïna o Garvet, porque no hace falta recordar que Miquel Mateu también adquirió, junto al complejo, la responsabilidad que en el s.XIV recaía en los monjes del convento: hacer los mejores vinos de la zona. Practicar el enoturismo de la mano de Delfí Sanahuja, el enólogo que nos cuenta cómo la reinversión en tecnología ha revertido en una calidad capaz de competir entre los mejores del mundo, es un auténtica inyección de conocimiento. Riego individual, predicción del tiempo por satélite con precisión de sólo unos centenares de metros… experimentación e innovación en continua rotación.
Delfí Sanahuja confía en que el nuevo garnacha blanco de Malaveïna, a punto de nacer, será un auténtico éxito dentro de una saga que ha alcanzado record de aceptación y ventas
La visita cultural al complejo del Castillo, dirigida por guías especializadas, supone una inmersión antropológica en el conocimiento desde el s.XIV a nuestros días. Una vez terminada, y antes de iniciar la aventura gastronómica, conviene hacer una breve inmersión en el spa con el objetivo de tomar contacto con los exclusivos espacios comunes y gestionar los tratamientos personalizados para el día siguiente. El Wine Spa del hotel cuenta con una zona privada que suele ser utilizada por los artistas que participan en el Festival aunque, si está disponible, los clientes pueden alquilar este exclusivo espacio. Los tratamientos son personalizados y la línea cosmética de alta prestación ha sido desarrollada en exclusiva en base al vino.
No cabe duda de que el complejo Peralada está en permanente evolución, pero si en este conglomerado hubiera que hablar recientemente de revolución, sería, sin duda, en su faceta gastronómica. La incorporación del chef Xavi Sagristà y el jefe de sala, Toni Gérez -dos talentos exBulli- ha llevado al Restaurante del Castell a la categoría de claro merecedor de Estrella Michelin. Apoteósico el “Menú Degustación Sabores de Primavera”, del que destacamos la versión del chef de la “caldereta de pescados y frutos del mar”, y la tapita de “bombón de romesco”, además de los postres, a sabiendas de que nos quedamos cortos.
¡Un carro de quesos! en exclamación, porque ya no es habitual en los grandes restaurantes. Y es que estando Toni Gérez no podría ser de otra manera. Es, posiblemente, uno de los profesionales en España que mejor los marida, y degustarlos según su asesoramiento, es una fiesta “paladatina”. Sí; del paladar.
Cuando apremia la noche en el resort de Peralada hay que visitar el Casino, aunque su intención no sea la de probar suerte en alguna de las ruletas o al blackjack. Es un punto de encuentro excepcional tras una jornada de golf donde degustar un gintonic especial Perelada en la sala Epicur, entre tapices del s.XIV, es, sin duda, un instante inspirador de discreta elegancia.
El Festival de Peralada -que se celebra entre los meses de julio y agosto- es la apuesta personal de Carmen Mateu, que convirtió las jornadas veraniegas de música que organizaba su padre en uno de los foros musicales veraniegos más prestigiosos del mundo, y presenta al Castell en todo su esplendor. La familia invierte en este proyecto más de un millón y medio de euros en cada certamen y es, sin ninguna duda, la joya más valiosa de la heredera de los Mateu más emprendedores.
Los tenores Juan Diego Flórez y
Jonas Kaufmann; la soprano Sandra Radvanovskya, Miguel Bosé, el bailarín
Santi Corella… son interpretaciones que permanecen en la memoria colectiva de un Festival sin parangón. Vivir la “sensación” Peralada durante esos días musicales es, simplemente, perfecto.
Gema Castellano @GemaCastellano
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