O así nos lo ha parecido, porque en estos casos una no sabe bien si el público aclama al uno, a la otra o al ambiente en general, preso de una especie de histeria colectiva provocada por semejante lluvia de estrellas. En cualquier caso el secreto está en creérselo y posar sin tregua; ahora de frente, después de perfil y para terminar adoptando esa postura tan incómoda que se ha puesto de moda, en la que nos enseñan la espalda mientras contorsionan la cabeza al estilo niña de “El exorcista”; y en estos menesteres “ella” es una experta.
Brody hacía lo que podía, firmar autógrafos sin parar, porque Elsa -en plena euforia de flashes- parecía que se había olvidado de que tenía novio. O peor, de que su película particular -la que se ha montado en escasos minutos- no estaba ni siquiera en la lista de las que no entran en competición.
En fin. Deseando estamos verla evolucionar por cuanta alfombra roja se precie respaldada por la mejor de las interpretaciones, cual diva por mérito propio. La próxima vez que nos topemos con ella será en Madrid la semana que viene, donde presentará un evento de la firma de helados que representa. Pero claro. No es lo mismo.
Y como en estos casos cada cual tira para casa y de “púlpito” para hacerse oír, Richard Gere también ha aprovechado el aforo no para promoción personal -que no la necesita- ni para hablar de su película -opinará que tampoco- sino para convencernos de que boicoteemos los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Reconvertido al budismo, Gere opina que el tratamiento de China hacia el Tibet es indecente, y no le falta razón. A los que este tipo de injusticias les traigan al fresco diremos que si van a Pekín durante los JJOO no podrán besar en público ni a su novia, ni a su madre ni a su amigo, porque el gobierno chino lo ha prohibido. Quizás este sí sea un motivo de boicot.
Gere interpreta a una de las personalidades del cantante Bob Dilan en la película “I’m not There”, del director Todd Haynes, y comparte reparto con Christian Bale, Cate Blanchett y Marcus Carl Franklin. Tras la presentación de su película y una vez cumplido su compromiso de denuncia, se divirtió a lo grande en la fiesta que dio Alberta Ferretti en su barco junto a Carey Lowell -su mujer- con la que también protagonizó la escena romántica de moda en el festival. El super beso público de galanes de ensueño a sus musas se ha convertido en “lo más” de la alfombra roja. La tradición la inició George Clooney, y enseguida fue imitada por Adrien Brody y ahora por Richard Gere.
La que no se ha besado con nadie, al menos de una manera tan apasionada, ha sido Charlize Theron, a quién se la ha visto absolutamente centrada en su trabajo promocional de “El Valle de Elah”, cinta que concursa en La Mostra del director canadiense Paul Haggins. Con la guerra de Irak como fondo, el film ha sido uno de los más aplaudidos y la interpretación de Tommy Lee Jones, su protagonista, considerada como colosal.
Charlize interpreta un papel secundario, pero su presencia en Venecia no ha pasado desapercibida. Desde que se mostró en público por primera vez con un vestido minifaldero de encaje blanco en el tapiz hasta su última aparición, de gala con un vestido de ceñido cuerpo en oro y falda en oro y gris, incluyendo su atractiva imagen en la fiesta nocturna de presentación de la película, en la que lucía un vestido corte imperio con estampados en negro y blanco, su nombre no deja de sonar como sinónimo de extrema belleza y perfección. Ella, sin embargo, asegura que se identifica más con la imagen que da en el film, la de una mujer mucho más normal, pero su modestia no hará que la creamos. Es, sencillamente, bellísima.
El Festival de Cine de Venecia inicia su recta final sin que el jurado haya dado ni una sola pista sobre qué películas serán las galardonadas. Por el momento el único León de Oro con dueño es el concedido al actor Tim Burton, un premio honorífico que Marco Müller, director artístico de La Mostra, ha justificado en base a la lógica del Festival de desear consagrar a artistas que imprimen fantasía e imaginación al mundo del cine. Burton lo ha recibido encantado -afirma que prefiere un león a un hombre desnudo, refiriéndose al Oscar- y con más de dos minutos ininterrumpidos de aplausos en la rueda de prensa. Burton pasó por Venecia en 2005 con la película “Corpse Bride” y no quiso pronunciarse todavía sobre el género de su último trabajo, “Sweeney Todd”, un musical protagonizado por Johnny Depp.
Gema Castellano
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