Desde el cine mudo de Nanuk, el esquimal (Nanook of the North, 1922) hasta la espectacularidad de Tiburón (Jaws, 1975), uno de los temas cinematográficos más perdurables es el clásico conflicto entre el hombre y la naturaleza. La película arranca en una refinería de Alaska, donde se procesa el crudo en diversos productos para su uso comercial. Los trabajadores soportan unos agotadores turnos de cinco semanas las 24 horas del día, y después tienen unas dos semanas de vacaciones.
Un grupo de hombres que se disponen a regresar a casa se topan con una tormenta brutal que provoca que su avión se estrelle en la tundra de Alaska. Todos los pasajeros mueren excepto ocho supervivientes que deciden dirigirse al sur, hacia la civilización, mientras los persigue una manada de lobos misteriosos, casi sobrenaturales y que parecen prehistóricos por su tamaño y ferocidad. Neeson encarna a John Ottway, un tirador de primera que ha sido contratado por la refinería para evitar que los osos, los cánidos y otras fieras ataquen a los trabajadores.
El actor ganador de un Oscar Liam Neeson (La Lista de Schindler, El equipo A, Sin identidad) encabeza un reparto formado por Dermot Mulroney (Quemar después de leer, A propósito de Schmidt), Dallas Roberts («The Good Wife», El tren de las 3:10), James Badge Dale (La conspiración, «The Pacific», Guerra Mundial Z) y Frank Grillo (Warrior y Lay The Favorite,) entre otros.
La película se rodó en un remoto paraje montañoso situado en Smithers, un pueblo de 5.500 habitantes de la Columbia Británica, a 12 horas de distancia en coche de Vancouver, al norte de la ciudad canadiense. Las temperaturas de -20ºC y los vientos racheados con nieve a más de 150 Km/h aportan un extraordinario realismo a la película, que no se consigue con los típicos ventiladores Ritter de efectos especiales. Aquí el frío y las tempestades son reales. ¡Que se lo digan a los actores y al equipo, que casi sufrieron congelación en las extremidades!
Para los lobos se usaron marionetas hiperealistas manipuladas por cuatro especialistas: Mike Fields, Alex Diaz, David Wogh y Bethamber Hathaway. El mago de los efectos especiales Greg Nicotero, ganador de premios Oscar y Emmy, actuó de supervisor de estas criaturas con KNB Effects; James Paradis coordinó a más de una decena de profesionales trabajando en el taller de efectos especiales; y finalmente, Gerry Thierien, de Action Animals, supervisó los lobos reales. Todas estas técnicas dan un resultado muy superior al conseguido con la recreación por ordenador.