Así es como hemos visto a las féminas de Victorio & Lucchino en la Pasarela Gaudí Novias, al estilo de esas musas de cuento a las que el cine nos muestra a través de un tul. Y así es como estos diseñadores pretenden que las veamos, porque a veces incluso parezca que no deseen que podamos tocarlas. Sólo mirarlas, nada más que desearlas; creadas para hacernos soñar.
Victorio & Lucchino huyen de la novia minimalista, porque la perfección es un cúmulo de pequeños detalles y de excelencia en las formas tratado, todo, en armonía. Cada uno de sus vestidos en una obra de artesanía llevada al límite, hasta el extremo de vernos obligados a agilizar nuestros sentidos para poder captar toda su riqueza. El resultado visual global es la esencia de la belleza, la sensación de estar ante una auténtica joya.
Sin abandonar su tradicional corte sirena, los diseñadores sevillanos han apostado fuerte en esta ocasión por la innovación absoluta en su modelo de mujer, otorgándole la sofisticación y superficialidad de los locos años ’20, en unas ocasiones, el romanticismo del s.XIX en otras, o la frescura y naturalidad de la época contemporánea asociada a la naturaleza. El lujo más exquisito se nota en sus mantones, chales y velos, enriquecidos con pedrerías y exclusivos bordados.
Tras el fabuloso desfile de Victorio & Lucchino, en el selectivo “village” de la Pasarela no se hablaba de otra cosa. Los sevillanos han dado una vez más el “Do” de pecho en un certamen de moda nupcial que ya es considerado como el mejor de Europa y, según algunos, posiblemente el único en el mundo en presentar tal cantidad de innovación, creatividad y calidad. Barcelona al fin y al cabo es y está de moda, y el sector de las novias, cuya internacionalización se lleva a cabo mediante la pasarela y el salón NoviaEspaña gestionados por Paco Flaqué -director de Moda Barcelona– es especialmente sensible al crecimiento y la optimización.
Así lo hacían notar los políticos y las mujeres de los políticos, quienes junto a famosas como Paula Vazquez degustaban cava y “piruletas” de parmesano en el ‘stand’ del Grupo Cacheiro, propietario de restaurantes tan emblemáticos como “Tenorio”, “El Gran Café”, “Telirium” o “Divinus”, invitados por Crisol Cacheiro Ramírez y la rr.pp Lidia Codinachs. Xavier Trías demostró tener buen gusto en cuanto a moda se refiere y Helena Rakosnik, sin su marido, Artur Mas, disfrutó de una tarde con estilo en la que cualquier referencia a “otras pasarelas” que no fuera la de Barcelona estaba fuera de lugar.
Gema Castellano