Conteniendo el justificado nerviosismo del momento y ataviado con una chaqueta de smoking hábilmente combinada con un pantalón sport-chic que le otorgaba un “look” muy actual y personal, Aedo recorría minuciosamente minutos antes del desfile el magnífico espacio elegido para su ‘fashion-instalation’. Todo estaba a su gusto, destinado a convertirse en el sueño de una noche de verano para los invitados a la “soirèe”. El enclave, Can Bonastre Wine Resort, era, sin duda, el lugar perfecto.
Recientemente inaugurado por la familia Vallés, este hotel de cinco estrellas que cuenta solamente con doce habitaciones seduce y sorprende no sólo por su buen gusto, tranquilidad y confort, sino también por sus paisajes. Situado en la falda de Montserrat entre viñedos y bosque mediterráneo, es el refugio idílico para los amantes del bienestar y “l’art de vivre”; de la gastronomía y de la enología. Su magnífica piscina sirvió de pasarela de lujo para un desfile que se recordará.
Adornadas con joyas de Santi Pamies, peluquería de Backstage y maquillaje de Pascal, las modelos lucieron vaporosos vestidos de organza, seda y tules bordados con pedrería y abalorios; favorecedoras chaquetas cortas y entalladas en tafetán, raso y linos bordados; blusones de grandes solapas atados a la cintura y una gran variedad de faldas en todos los largos cortadas al bies, con talles bajos o en ‘pachtwork’ de plisados.
Especial mención merecen las levitas, entalladas y abiertas a partir de la cintura con pliegues y fuelles que dejan ver amplias faldas bordadas, porque recuerdan a una mujer “tout glamour” cuyo toque de distinción está en el estilo de las divas de los años ’40 y ’50. Una tendencia limpia en las formas, favorecedora y rica en contenidos que no olvidó a las novias, que según Aedo, vestirán en encaje sobrebordado, tul, organza y seda.
Marta Ferrusola, esposa del ex President de la Generalitat, Jordi Pujol, y Elena Rakosnik, señora de Artur Mas, acompañaron en todo momento a Peter Aedo, quien, más feliz que nunca, no podía ocultar su orgullo por haber cumplido veinticinco años de profesión en un sector donde no es fácil mantenerse.
También contó con el apoyo en la organización del evento de la rr.pp Lidia Codinachs, amiga y cómplice, además de con el reconocimiento de prácticamente todas las damas de la alta sociedad barcelonesa, habituadas a lucir sus diseños en las mejores ocasiones. Peter Aedo, el diseñador que consiguió vestir a la entonces primera dama catalana, Marta Ferrusola, caracterizada por su austeridad, de rojo bermellón en una cena enmarcada en la Pasarela Gaudí no deja de sorprendernos; porque para él cada mujer es un mundo por descubrir en el que poner una nota de distinción.
Gema Castellano