Porque el próximo verano, la elegancia y el “chic” renacerán poniendo color, optimismo y belleza a una época opaca; de incertidumbres y recelos. Como ya nos viene enseñando la historia, las épocas difíciles son especialmente buenas para la creatividad y la estética, pero hay que ser valiente. Marta Rota lo está siendo, y aún a riesgo de enfrentarse a un descenso del consumo, ha presentado a sus clientas una propuesta amplia y de muy alta calidad; cuidando muy especialmente los tejidos y acompañándolos de color y una suntuosidad de complementos que resaltan un “look” exquisito, propio de la esencia del “buen gusto”.
Lejos de ensalzar la ostentación, cada vez más “demodé”, la firma Tot-Hom presenta líneas muy puras, sin complicaciones, que dibujan mediante un corte exquisito una figura atemporal, global y elegante que, sin embargo, incorpora la tendencia más actual y favorecedora. Se hace imprescindible resaltar, este año más que nunca, su línea de fiesta que realza la elegancia más responsable huyendo de elementos superfluos para vestir a una mujer concienciada y sabedora de que, pase lo que pase, ese día, en ese momento, debe estar bellísima. Ese es su compromiso.
Un compromiso con la estética que Marta Rota ha impuesto a sus incondicionales para diseñar un verano lleno de seducciones a cualquier hora del día, porque no hay momentos para bajar la guardia en cuestión de estilo cuando hay que espantar al fantasma del desencanto vestido de crisis. Así pues y con prendas tan favorecedoras como monos, pantalones anchos con talle a la cintura, vestidos camiseros años ’50, maxi-vestidos con estampados de cachemir, o extremados shorts hiper urbanos, Tot-Hom hace la guerra por su cuenta a una época difícil en la que no cabe la vulgaridad y la mediocridad tiene los días contados.
Gema Castellano