Nos gusta el discurso de este joven diseñador con ilustres abuelas, y no crean que se trata de una metáfora. Joaquin Trías es nieto de la aristócrata Cristina Sartorius -Condesa de Quiroga- y de la modelo y musa de Balenciaga, Frida Trías, dos mujeres de carácter que han influido considerablemente en el desarrollo emocional de este empresario-creativo. Y nos gusta porque habla de empresa, de producto, de estrategia y de mercado; dando por sentado, evidentemente, que lo que vende es moda. Con estas ideas tan claras y un modelo de negocio eficiente, la única manera de que Trías no triunfe en New York es que sus prendas no gusten; y eso también parece imposible.
Su tendencia, a juzgar por la primera colección que vemos, es claramente ultra-urbana y destinada a una mujer multitarea que necesita comodidad y cierto estilo para desenvolverse dentro sus actividades diarias en una ciudad enorme, incómoda y sorprendente. Son piezas muy favorecedoras a las que la mujer añade la elegancia, la picardía o simplemente el estilo personal. Trías resuelve el entuerto del “look” adecuado de una profesional en una ciudad como NY a la perfección. Nos recuerda, salvando las distancias, al “allure” Carolina Herrera, no por sus diseños sino por el concepto de un atuendo inventado para favorecer de una manera natural.
Joaquin Trías ha optado para la próxima primavera-verano por vestir a la mujer con coherencia utilizando los elementos necesarios para conseguir armonía y estilo, pero siendo valiente y reinventando un “look” que nos ofrece destellos de los años ’40 con tejidos tecnológicos y sedas, hombros y cinturas marcadas, faldas tubo o vestidos “saco”. Las superposiciones simulando estructuras armadas en faldas y pantalones ponen la nota original y demuestran un ensayo de patronaje muy estudiado. En lo que respecta al color, los verdes pistacho, el azul, el negro y el amarillo son sus apuestas para un verano muy urbano.
Gema Castellano
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