Para un fotoperiodista curtido en guerras como la de Irán-Iraq, Beirut, Camboya, Filipinas o la guerra del Golfo y Afghanistán, ha supuesto todo un reto abordar una sesión fotográfica con modelos de postín, integradas -por el marketing, el maquillaje y el vestuario- en un ambiente de favelas, pobreza y caos; donde -quizás- también se respira esperanza. McCurry ha fotografiado a once modelos, actrices y cantantes unidas por la solidaridad con otros tantos proyectos de caridad: la brasileña Isabeli Fontana -una reincidente que repitió experiencia en los almanaques firmados por Bruce Weber en 2003, Patrick Demarchelier en 2005, Peter Beard en 2009, Karl Lagerfeld en 2011 y Mario Sorrenti en 2012- Adriana Lima -una solidaria embarazada-, la actriz Sonia Braga y la cantante Marisa Monte. También participan en el calendario Pirelli para 2013 la actriz italo-egipcia Elisa Sednaoui y la modelo checa Petra Nemcova; la tunecina, Hanaa Ben Abdesslem y la etíope, Liya Kebede; además de las americanas Karlie Kloss, Kyleigh Kuhn y Summer Rayne Oakes.
El resultado, francamente, decepciona si lo comparamos con el impacto visual provocado por la espontaneidad de aquella niña anónima que deambulaba perdida por un campo de refugiados. Su cara expresaba -a través de unos enormes ojos verdes- el miedo, la soledad, la angustia y la desesperación cuando todavía no tenía edad para comprender bien esas sensaciones. Pero aún así -aún sin transmitirnos ese encogimiento de espíritu- Pirelli suma un tanto positivo a la hora de identificarse con la realidad social de un mundo en crisis.
Su trabajo -el del fotógrafo- es, en esta sesión fotográfica, mostrar el compromiso de estas mujeres privilegiadas con fundaciones, proyectos humanitarios y organizaciones no gubernamentales; pero, insisto, se echa de menos el compromiso directo del fotógrafo con lo que mejor sabe hacer: empatizar con los protagonistas involuntarios de unos dramas sociales que se encuentran -ahora también- en cualquier calle de Madrid, París, Londres o Berlín.
Pero bien es verdad que un calendario es solo un calendario y su responsabilidad social termina cuando comienza su función promocional. No se le puede pedir más, a sabiendas que es la propia sociedad la que no es capaz de soportar la pobreza cercana. Siempre prefiere la visión romántica de una miseria que no la compromete; y las gentes dedicadas al marketing son conocedores de todas las reacciones humanas.
El almanaque de Pirelli 2013 ni ofende ni hiere sensibilidades, aunque cumple con el requisito de contar con mujeres que luchan por un mundo mejor. Y ese era el pacto de McCurry, quien aprovechó la rueda de prensa de presentación en Río de Janeiro, para asegurar que “el fotoperiodismo está en su momento más difícil en 30 años”.
No le falta razón. Steve McCurry, galardonado con la Capa Gold Medal y ganador, en varias ocasiones, del World Press Photo, pide a los fotógrafos, desde la perspectiva que le da su aventura profesional, que se reinventen en una época de auténtico retroceso de los Derechos Humanos incluso en los países más avanzados.
En el almanaque Pirelli 2013, McCurry intercala imágenes de modelos y actrices que nos evocan glamour y cierta frivolidad con gentes de la calle, marcadas por el carácter que imprime la “intemperie”, en todos los sentidos. Un contraste estudiado al milímetro por este fotógrafo estadounidense de la agencia Magnum, acostumbrado a sacar los mejor de cada imagen aunque no guste.
Gema Castellano