Lo más salvable de estos zoos y aquarium es la atención al cliente y la oferta lúdica y de educación ambiental, que consiguen, no obstante, un escueto aprobado de media. La esencial labor de conservación (programas de cría en cautividad, bienestar de los animales…), por su parte, ni siquiera alcanza el suficiente.Y en investigación científica, el suspenso es rotundo. Sólo aprueban uno de cada tres centros.
Puede concluirse, por tanto, que la mayoría de los zoos españoles siguen anclados en el pasado y no cumplen los objetivos que les demanda la sociedad del siglo XXI. Esta situación puede explicarse por la inexistencia de una ley de ámbito nacional, específica para los recintos que exhiben animales. A más tardar, en abril de 2002, España debe incorporar a su legislación una Directiva europea (1999/22/CE) que señala que la finalidad de un zoo es «la educación pública, la investigación científica y la conservación de las especies», y que obliga a la realización de inspecciones peri¢dicas de estos centros, adem s de establecer la posibilidad de clausurar las instalaciones que no cumplen las condiciones fijadas en la norma.
Principales problemas
Los zoos y aquarium ofrecen, salvo excepciones, muy poca informaci¢n para el visitante en el interior del recinto y prestan escaso cuidado a los espacios en que desarrollan su vida los animales. Continuando con los problemas, debe mejorar la seguridad del poblico ante los animales en siete de los 22 centros y s¢lo la cuarta parte de ellos est n adaptados a las necesidades de los usuarios minusv lidos. Otras conclusiones son que en la mitad de los centros no hay servicios sanitarios para incidencias m’dicas que afecten a los visitantes. Y que muchos no cuentan con un plan de emergencia para afrontar una situaci¢n urgente, como un incendio o una inundaci¢n. Pero lo que quiz m s mueve a la preocupaci¢n es que uno de cada tres centros parece no cuidar bien (as¡ se percibi¢ en la visita realizada) a los animales que exhibe. Se constata tambi’n que los zoos espa_oles apenas desarrollan programas de cr¡as en cautividad de especies amenazadas de extinci¢n ni de reintroducci¢n de especies en la naturaleza. Y otro tanto puede decirse de la labor de investigaci¢n cient¡fica, s¢lo aceptable en menos de la mitad de ellos y del todo inexistente en cinco centros.
Una de las principales funciones de un zoo es ofrecer una satisfactoria alternativa de ocio al visitante, que normalmente ha de realizar un desplazamiento y pagar una entrada para poder acceder al recinto. Pues bien, uno de cada tres centros no se esmera en absoluto siquiera en ese papel lodico que los visitantes le reclaman. El m s cualificado en esta prestaci¢n es el Zoo de Barcelona y el peor, el de C¢rdoba. En cuanto a la educaci¢n ambiental que despliega el centro, suspenden m s de la mitad. El peor fue el Aquarium Terrarium de Madrid y el mejor el de Jerez de la Frontera.
Precios y afluencia de poblico
El estudio del nomero de visitas que recibe cada centro (casi 400.000 personas al a_o de media, con enormes diferencias entre unos y otros) revela que, en general, el consumidor sabe distinguir y se informa de los zoos en los que merece la pena invertir tiempo y dinero. Tres de los cuatro mejores figuran entre los de mayor afluencia. Son el Zoo de Barcelona (900.000 visitas al a_o), el de Cab rceno (600.000) y el Aquarium donostiarra (575.000 visitas). No obstante, el onico sobresaliente, el de Jerez de la Frontera, recibe s¢lo 206.000 visitas al a_o. Tambi’n sorprende que uno de los peores, el Zoo de Vigo, compute 140.000 visitas. Es m s comprensible, sin embargo, que el Parque Ornitol¢gico Los Molinos registre s¢lo 7.000 visitas: es muy peque_o, se halla en un pueblo, Laguardia (Alava) y sus accesos son deficientes. Los dos con m s ‘xito de poblico se ubican en Madrid (Zoo Aquarium, un mill¢n de visitas anuales) y Barcelona (L¡Aquarium, mill¢n y medio).
Por otra parte, los zoos en Espa_a no son baratos: 1.130 pesetas cuesta de media la entrada a los adultos y 713 pesetas a los ni_os. El Marineland de Barcelona, mediocre en nuestro an lisis, es el m s caro: los adultos desembolsan 2.200 pesetas y los ni_os 1.300 pesetas. Un muy cuantioso gasto para cualquier familia. S¢lo dos son de acceso gratuito: el de Guadalajara, de calidad mediocre, y el Zoo de Vigo, uno de los peores. Entre los que cobran, el m s barato es precisamente el peor, el de C¢rdoba: 300 pesetas los adultos y 150 los ni_os. El de Jerez de la Frontera, el mejor los estudiados, tiene de bueno hasta el precio: 600 pesetas los adultos y 400 los ni_os. Dos (Safari Madrid y Safari Park Vergel de Alicante) que distan mucho de ser un ejemplo a imitar, son caros: 1.600 pesetas para los adultos.
Visitante, no cliente
En lo concerniente al atractivo lodico de las instalaciones, a la seguridad del poblico frente a los animales, la atenci¢n que reciben los visitantes y los servicios a su disposici¢n, el 31% de los nocleos zool¢gicos no llega al aprobado. Los suspensos m s sonoros los reciben el de C¢rdoba, el Aquarium Terrarium de Madrid, el Zoo de Vigo y el ornitol¢gico Los Molinos. La otra cara de la moneda la protagonizan el Zoo de Barcelona, el Aquarium Finisterre de A Coru_a, el Aquarium de San Sebasti n y el Parque de Cab rceno. Las exhibiciones y actuaciones especiales son una de las ofertas lodicas que menos prolifera (la mitad de los centros no las ofrecen). Los que m s recurren al espect culo son el Zoo Aquarium de Madrid y Marineland de Barcelona.
Por otra parte, la informaci¢n que se ofrece al usuario para conseguir un provecho m¡nimamente did ctico de su recorrido por las instalaciones del zoo o aquarium, es deficitaria. Brillan por su ausencia los puntos de informaci¢n interactivos (en el 81% de los zoos no los hay), las estructuras dedicadas a la interpretaci¢n ambiental (no las tienen 16 de los 22 centros) y cualquier tipo de publicaci¢n del centro (prescinden de ellas el 50% de los estudiados).
Los ambientes en los que viven los animales, desde el punto de vista del visitante, reciben un suspenso. Cinco zoos presentan una situaci¢n deplorable (Safari Madrid, Zoo Aquarium de Madrid, Aquarium Terrarium Madrid, Zoo de Vigo y Parque Zool¢gico de C¢rdoba) y el 45% puede y debe mejorar. No parece aceptable que pervivan zoos en los que se atisban restos de suciedad, barrotes o estructuras de aspecto carcelario, ambientes desagradables a la vista o tan poco adecuados para la vida de un animal como el cemento.
Por otro lado, es mejorable la seguridad del poblico frente a los animales: dos (zoo de C¢rdoba y Safari Madrid) no la garantizan, si bien quince lo hacen satisfactoriamente. Los cinco restantes (Zoo de Vigo, Safari Aitana de Alicante, Zoo Santillana del Mar en Cantabria, Marineland de Mallorca y Zoo de Jerez de la Frontera) tienen que mejorar en esta cuesti¢n, que valor¢ las zanjas de seguridad en las zonas de grandes animales, el vallado, la doble puerta de entrada a los recintos, la disposici¢n del centro que imposibilite la huida de los animales y las distancias que a¡slen al poblico de los animales. Continuando con la seguridad de los usuarios, la atenci¢n m’dica que se dispensa a los visitantes es escasa -diez centros carecen de servicio sanitario- y el 40% de los recintos no cuenta con un plan de emergencia para situaciones urgentes. Otra constataci¢n es que los zoos no hacen el esfuerzo suficiente para adaptar sus instalaciones a las necesidades de los usuarios con discapacidades f¡sicas. Se quedan, en conjunto, en un simple aprobado. S¢lo cinco (Zoo Aquarium de Madrid, Natura Park de Mallorca, Aquarium Finisterre, Marineland de Mallorca y R¡o Safari Elche) est n satisfactoriamente adaptados para minusv lidos (accesos, aseos, recorridos…), y dos (Aquarium Terrarium de Madrid y Ornitol¢gico Los Molinos) carecen de cualquier adaptaci¢n.
Educaci¢n ambiental: queda mucho por mejorar
Respecto al despliegue de un programa de educaci¢n ambiental y a la informaci¢n pedag¢gica que se ofrece al usuario y a las actividades y exhibiciones que se llevan a cabo, la tercera parte suspenden. Los peores son el Aquarium Terrarium de Madrid, Zoo de Vigo, el de C¢rdoba y Safari Aitana de Alicante. Al otro lado se sitoan, con sobresaliente, el de Jerez de la Frontera y el Aquarium donostiarra.Las exhibiciones educativas (la participaci¢n de los animales expone sus comportamientos naturales y su biolog¡a, sin que impliquen entrenamiento para actuaciones artificiosas o meramente lodicas) no se dan en la mayor¡a de los recintos. La oferta de material educativo que ofrecen es tambi’n insuficiente. En la mayor¡a, se circunscribe a carteles. Y s¢lo la mitad de los centros pudo demostrar que cuenta con un programa de educaci¢n ambiental documentado.
Uno de cada tres, mal en conservaci¢n
En lo que afecta a la conservaci¢n de las especies mediante programas concretos y en el trabajo destinado a fomentar y preservar el bienestar animal, suspende el 36% de las instalaciones. Los m s criticables son el zoo de C¢rdoba, el Aquarium Terrarium de Madrid, el Zoo de Vigo y el R¡o Safari Elche. El Zoo de Barcelona obtuvo una calificaci¢n inmejorable. Otro sobresaliente recay¢ en el de Jerez de la Frontera. No son de recibo, por ejemplo, las guaridas de los osos de Safari Madrid, que consisten en grandes tubos de hormig¢n. Es destacable que s¢lo el zoo de Cab rceno (Cantabria) proporciona un trato digno a los reptiles, cuyo bienestar es menospreciado por casi todos los centros. Donde m s fallan, de todos modos, en la inexistencia de programas de cr¡a en cautividad de especies amenazadas y de programas para reintroducir especies en la naturaleza. Tampoco se presta la atenci¢n suficiente a la protecci¢n de los animales respecto de ciertas libertades que se toman los visitantes menos concienciados. La parte m s positiva es el estado f¡sico aparente de los animales que se calific¢, en general, de m s que aceptable.
Apenas se investiga
M s de la mitad de los centros zool¢gicos apenas realizan investigaci¢n cient¡fica. Entre los peores no pod¡an faltar los tan citados Aquarium Terrarium de Madrid, zoo de C¢rdoba, R¡o Safari Elche y Safari Aitana, a los que a_ade el Safari Park Vergel de Alicante, que merecen, los cinco, un cero (no hacen nada) en investigaci¢n. Pero tambi’n hay excepciones a este lamentable panorama cient¡fico: el de Jerez de la Frontera obtiene un diez, por sus numerosos y prestigiosos trabajos de investigaci¢n, mientras que el de Cab rceno, en Cantabria y el Aquarium donostiarra consiguen un sobresaliente. Las aportaciones cient¡ficas publicadas en revistas especializadas por nuestros zoos en los oltimos cinco a_os han sido casi nulas, mientras que s¢lo se alcanza un aprobado raspado de media en lo concerniente a la pertenencia o relaci¢n con otros centros, asociaciones e instituciones.