Durante cientos de años los estados naciones fueron los actores exclusivos en la escena del poder mundial. A partir de la segunda mitad del siglo XX, las empresas transnacionales les quitaron esta exclusividad y ahora en el siglo XXI, surge otro poderoso actor, la sociedad civil global, integrada por un grupo de organizaciones no gubernamentales(ONGs) cuya accion tambien es transnacional. En efecto, un mes antes que alumbrara el nuevo siglo, poderosas ONGs con recursos y una capacidad de accion que trasciende las fronteras nacionales, irrumpieron masivamente en la escena mundial, protestando en Seattle contra la Ronda del Milenio, la mas ambiciosa negociacion destinada a la liberalizacion global del comercio que pretenda lanzar la Organizacion Mundial del Comercio. (OMC) Esta accion de protesta bajo el lema: «el mundo no esta en venta» fue tan masiva y eficaz que hizo fracasar el lanzamiento de esta negociacion.
Una nueva transnacionalidad
El exito contundente del movimiento civico global en Seattle se debio a que durante meses, ONGs norteamericanas y europeos se coordinaron a traves de Internet, estableciendo una red de contactos interactivos denominado «Stop WTO Round» ( Paren la Ronda de la OMC). La red de organizaciones de la sociedad civil organiz¢ una eficaz division del trabajo. As¡ unas ONGs como Le Centre Internacional pour le Commerce et le Developpement Soutenable de Ginebra, The Institute of Agriculture and Trade Policy de Mineapolis, Focus on the Global South de Bankong, Third World Network, de Londres, Asociation por une Taxation a las Trasactiones Finanacieres (ATTAC ) y Coordination pour le Control Citoyen de la OMC (CCC ) ambas de Paris, se encargaron de informar al d¡a y con un enfoque cr¡tico los preparativos de la OMC para Seattle. Otras ONGs como The Corporate European Observatory de Amsterdan difundia por Internet, nada menos que los v¡nculos confidenciales de los negociadores de los Estados Unidos y la Union Europea en la OMC con los lobbies transnacionales, al mismo tiempo que los ecologistas de Friends of the Earth en Londres lograban por Internet la adhesion de 1,500 Organizaciones de 89 paises pidiendo una moratoria de la Ronda Milenio. Mientras tanto, en los Estados Unidos, las ONGs norteamericanas, Public Citizen, International Forum on Globalization y Direct Action Network, coordinaban adem s con la gran central sindical norteamericana AFL-CI y con docenas de universidades y organizaciones ecologistas americanas la protesta que tendria lugar en Seattle.
El nuevo movimiento c¡vico global que naci¢ en Seattle es un conglomerado plural de alcance transnacional de organizaciones de intelectuales, trabajadores, ecologistas, agricultores, empresarios, agricultores de Estados Unidos, Europa y en menor grado de otros pa¡ses. Su objetivo central es defender los derechos de los ciudadanos de todos los pa¡ses y la ecologia del planeta contra una globalizaci¢n neoliberal, que es acusada de ser un falso liberalismo econ¢mico porque permite la libre circulaci¢n global del factor capital, pero no del factor trabajo y porque en vez de ser gobernada por el libre mercado lo es por los intereses de los especuladores financieros globales y por las estrategias de los lobbies transnacionales, sirviendose para todo ello de una burocracia internacional- OMC, FMI , Banco Mundial-que no ha sido elegida por los pueblos pero que impone pol¡ticas que aumentan la brecha entre ricos y pobres y no respetan la ecologia.
Un conflicto Norte – Norte
La caracteristica ms interesante del surgimiento de esta sociedad civil global es que nace y se desarrolla en las sociedades capitalistas democraticas ricas, sedes de las mas poderosas empresas transnacionales.
Hoy paradojicamente los reclamos para una mayor participaci¢n ciudadana en el proceso de globalizaci¢n, de condiciones globales de trabajo dignas, de protecci¢n del medio ambiente y de un trato especial y diferenciado a los pa¡ses pobres no provienen de los Gobiernos de los pa¡ses subdesarrollados del Sur. Estos pa¡ses dominados por el FMI, con economias totalmente disfuncionales pero mas neoliberales que la de los Estados Unidos y las de la Uni¢n Europea, no reclaman nada, aparecen como sociedades pobres resignadas, desinformadas y marginadas. Si algon gesto de protesta hubo de parte de los pa¡ses en desarrollo en Seattle, se debi¢ mas al lobby y al clima que crearon las ONGs, que a una genuina actitud de sus Gobiernos.
Por todo ello, la lucha actual de las organizaciones ciudadanas de los pa¡ses ricos contra el darwinismo de la actual globalizaci¢n econ¢mica es hoy un conflicto Norte – Norte. Es esencialmente un conflicto que enfrenta a las organizaciones civiles transnacionales de las sociedades ricas y a las empresas tambi’n transnacionales domiciliadas en estas mismas sociedades. Este conflicto ha surgido en los pa¡ses capitalistas desarrollados del Norte porque en ellos existen verdaderas sociedades civiles y democracias de alta intensidad, donde los ciudadanos gozan efectivamente de una total libertad de opini¢n y de informaci¢n y adem s tienen a su alcance toda la parafernalia tecnol¢gica de una sociedad altamente informada, como son el uso masivo de computadoras, de Internet, de redes nacionales transparentes de informaci¢n y el conocimiento bastante generalizado del idioma ingles para comunicarse globalmente.
El movimiento c¡vico global esta lejos de ser un regreso al proteccionismo y al tribalismo nacionalista, al contrario esta en favor una economia global de mercado pero en contra de convertir la sociedad humana en un mercado, es decir, en una sociedad sin solidaridad, guiada solo por el utilitarismo, donde se comercializa todo, se destruye la ecologia y se avasalla a los mas debiles. Por estas razones reclama que de aqui en adelante las negociaciones globales para liberalizar el comercio en la OMC deben permitir la participaci¢n de las organizaciones de la sociedad civil y para ello cuenta con una agenda para una globalizaci¢n distinta, donde se plantean, entre otras cosas, la creaci¢n de un impuesto global a las transacciones especulativas de capital para dedicarlo a combatir la pobreza en los paises en desarrollo, el establecimiento de condiciones de trabajo dignas en todo el planeta, la no-comercializaci¢n global de los servicios de salud, educaci¢n, y la potecci¢n del medio ambiente. Ademas, figura en esta nueva agenda, el derecho de los pa¡ses en desarrollo a recibir un trato especial y diferenciado (inversiones, mayor ayuda, mejores condiciones para su deuda, preferencias comerciales) cuando aplican normas de trabajo conforme a las Convenciones de la OIT y cuando se esmeren en proteger el medio ambiente de conformidad la Conferencia de Ro. Tambi’n este trato especial y diferenciado permitir¡a no liberar el mercado agr¡cola por razones de seguridad alimentaria y fabricar medicamentos b sicos sin amenazas de violaci¢n de la propiedad intelectual de parte de los grandes laboratorios transnacionales.
Una brecha en el Foro de Davos
La verdad es que el mundo ya no es el mismo despu’s de Seattle.Hace unos d¡as en Ginebra, el Director General del World Economic Forum, Claude Smadja, que organiza el Foro de Davos cada a_o ( sanctum sanctorum de las transnacionales y de los politicos neoliberales) manifest¢ nada menos a la prensa que era necesario aprender de Seattle. Que hasta ahora toda sugerencia para hacer compatible los imperativos de la eficiencia econ¢mica con los imperativos sociales haba sido vista como una inaceptable interferencia al libre mercado y que esto, el lo calificaba como una suerte de «machismo global,» impuesto por la creciente concentraci¢n del poder econ¢mico transnacional y por la reducci¢n del poder pol¡tico de los estados. Que los gobiernos y las empresa deben tener responsabilidades sociales y ecol¢gica globales y que en Davos se debera discutirse una globalizacion responsable, un «partnership» (sociedad) entre gobiernos y empresas, creando nuevos modelos para la toma de decisiones globales.
Samdja termin¢ diciendo, ante la sorpresa de todos, que el fiasco de la OMC en Seattle debera servir de advertencia, raz¢n por la que estaba invitando al Foro de Davos, que comienza a fin de este mes, a las ONGs que se hab¡an destacado en la cr¡tica de la orientaci¢n actual de la globalizaci¢n.
Esta nueva actitud de los organizadores de abrir Davos a la cr¡tica de la sociedad civil global, es una verdadera brecha conceptual en esa catedral del neoliberalismo y la transnacionalidad que es este Foro.
Se sabe en Ginebra que el movimiento c¡vico global surgido en Seattle se sigue fortaleciendo con nuevas organizaciones y que no ha perdido tiempo, esta de nuevo coordinado y preparandose para estar presente en Davos. La verdad es que el siglo XXI comienza interesante y esta lejos de constituir el fin de la historia a la que aludia Francis Fukujama, es mas bien el comienzo de otra historia con el surgimiento de este nuevo poder transnacional que constituye hoy la sociedad civil global.
Oswaldo de Rivero
Ginebra, enero del 2000