En una repuesta cursada por el primer mandatario uruguayo Dr. Julio María Sanguinetti a un conjunto de intelectuales alemanes, entre los que se encuentra el premio Nobel de literatura G³nter Grass, bajo el pretexto de «subrayar aquí algunos hechos que contribuyen a colocar esta situación en la perspectiva correcta, especialmente habida cuenta de que no siempre se dispone en Europa de información abundante sobre la historia reciente de nuestros países», quien ejerce la representación del país, nuevamente cae en gruesas inexactitudes, falsedades y omisiones.
No es la intención del movimiento sindical, pretender aumentar el conocimiento de situaciones, que nuestro primer mandatario, conoce quizás mejor que ninguno. Aunque sin descartar eso, nos interesa poner de manifiesto, a la opinión publica nacional – y sobre todo a la internacional – como desde las mas altas investiduras del poder de un Estado, se pueden articular mediante supuestas «perspectivas correctas», versiones cargadas de falsedades. Tambi’n en estos aspectos, el PIT/CNT, esta comprometido con la verdad; verdad que se construye alumbrando el pasado y combatiendo las mentiras y las verdades a medias.
tEn la carta mencionada, el Presidente omite incorporar como dato sustancial, que en los a_os en que acontecieron los hechos que denuncia Juan Gelman, las dictaduras existentes en Am’rica Latina, coordinaban sus pol¡ticas de Terrorismo de Estado en el llamado Plan C¢ndor. Esta estructura supranacional del crimen, hoy indiscutida para todo el mundo, les permit¡a a unas y a otras, actuar sin fronteras. Uruguay no fue una excepci¢n, en ese contexto represivo, por el contrario un activo part¡cipe de acciones cometidas en su propio territorio, en la Argentina, en Chile, en Paraguay, en Brasil y hasta en Europa.
En el marco de esa situaci¢n de dictadura c¡vico-militar que vivi¢ nuestro pa¡s, en la que el Presidente anota que ‘l » ten¡a proscritos sus derechos pol¡ticos y prohibido ejercer su profesi¢n de periodista», otros pol¡ticos y periodistas como ‘l, fueron desaparecidos y/o asesinados en Uruguay y en Argentina (caso de Julio Castro y Zelmar Michelini, entre otros).
tLa diferencia entre el Sr Presidente y Julio Castro o Zelmar Michelini, es quiz s, que ‘l solo «en la medida de lo posible, desarroll¢ una clara militancia en favor del restablecimiento de la democracia», mientras que los otros, al igual que cientos de ciudadanos uruguayos entre los cuales se encontraban muchos militantes y dirigentes sindicales, no calcularon las medidas de lo posible.
Dice a rengl¢n seguido el Dr. Sanguinetti, que su conducta durante la dictadura «posteriormente fue reconocida por el pueblo uruguayo al confiarle la presidencia, en 1984». Sabido es, que los procesos electorales tienen sus «l¢gicas», muchas veces impuestas en base a mecanismos muy similares a los que desarrolla el Dr. Sanguinetti en la mencionada misiva a los intelectuales alemanes. Pero en honor a la inquietud de poner a disposici¢n de Europa informaci¢n, queremos agregar que en aquel momento de los principales lideres de las tres colectividades pol¡ticas mas importantes del Uruguay, ‘l fue el onico que no estuvo con los derechos pol¡ticos suspendidos y eso le permiti¢ ser candidato, con las claras ventajas que ello implic¢. Por tanto, deber¡a, en honor a la verdad hist¢rica, sacarle menos lustre a sus m’ritos de campe¢n de la lucha antidictatorial. Con esa misma l¢gica que aplica el Dr, Sanguinetti, podr¡amos afirmar, que el comportamiento del Partido Colorado que ‘l encabeza y el de la mayor¡a del Partido Nacional, con relaci¢n al tema de los desaparecidos en el periodo democr tico, es el que ha llevado que en las recientes elecciones nacionales, sean minor¡a frente a la mayor fuerza pol¡tica que en el Uruguay, ha estado mas claramente comprometida en la lucha contra la impunidad y en la necesidad de esclarecer el destino de los desaparecidos. Con relaci¢n a la «distinci¢n» de que fue objeto, mediante un atentado, omite decir que no fue el onico en estos recientes a_os, fue objeto de dicha distinci¢n , y tambi’n que sus autores, seguramente entre los cuales estar n los autores materiales de muchos cr¡menes de la dictadura, casualmente, est n impunes.
Al entrar al capitulo de «los hechos conocidos» , se pone de manifiesto que la intenci¢n de su carta, solo tiene como resultado, confundir y tergiversar la verdad. Es muy reiterada esa ca¡da en dichas inexactitudes, para atribuirla a una supuesta desprolijidad.
Dice el Dr. Sanguinetti que la nuera de «Gelman « estuvo recluida en un lugar clandestino de detenci¢n de Buenos Aires, junto a muchas otras v¡ctimas de esos a_os, entre ellas un grupo de uruguayos que hab¡an sido detenidos en el vecino pa¡s». «Estos ciudadanos uruguayos, trasladados clandestinamente a Uruguay, fueron de los pocos detenidos en ese «pozo» que sobrevivieron».
Mar¡a Claudia Irureta Goyena de Gelman, la nuera del poeta Gelman, fue detenida el 24 de agosto de 1976, mientras que los uruguayos, a que hace menci¢n, fueron trasladados clandestinamente a Uruguay, el 26 de julio de 1976. Nunca coincidieron en «automotoras Orletti», los sobrevivientes trasladados clandestinamente a Uruguay y la nuera de Juan Gelman.
Seguramente, Mar¡a Claudia y su esposo Marcelo Gelman, compartieron en Orletti, la detenci¢n con otros uruguayos. Estos serian los mas de 25 uruguayos detenidos por esa fecha y que aun est n desaparecidos.
Si la lectura que el Dr. Sanguinetti dice haber hecho de los antecedentes registrados en sedes judiciales, hubiera tenido la rigurosidad que este tema merece, encontrar¡a, por ejemplo, entre muchos otros, el testimonio de Alvaro Nores Monted¢nico que expresa. «…Durante mi permanencia en estos dos lugares (Orletti y el SID) pude comprobar que alrededor de 50 personas de nacionalidad uruguaya hab¡an sido detenidos de la misma forma. Los que hab¡an sido detenidos durante los meses anteriores a agosto se encontraban en su mayor¡a en la «base» de Montevideo, mientras que la mayor¡a de los que hab¡an sido detenidos posteriormente se encontraban en la «base» de Buenos Aires. Entre ellos puedo destacar concretamente a los peque_os Anatole y Victoria Julien Grisonas, a los que vi personalmente en Buenos aires el d¡a de mi secuestro (2-10) y posteriormente en la «base» de Montevideo dos o tres d¡as despu’s de que yo fui llevado (5-10) a Montevideo. Me consta tambi’n que estos dos peque_os fueron llevados a la casa de un sargento del SID uruguayo donde permanecieron por lo menos hasta fines del mes de noviembre. Me fue dicho tambi’n por el mayor Gavazzo que en la «base» de Buenos Aires se encontraban la totalidad de los ni_os secuestrados en los d¡as posteriores a mi secuestro. Estando en la «base» de Montevideo pude reconocer voces de ni_os pero que no puedo reconocer.» Esta denuncia en t’rminos pr cticamente similares fue elevada al comit’ de derechos humanos de las Naciones Unidas con fecha 20-2-1979″. O el de Ana Mar¡a Salvo S nchez ( una de las sobrevivientes de Orletti), dice en su testimonio: » …es posible que tambi’n estuviera all¡ una mujer a punto de dar a luz. Hablaban de una ambulancia, hubo llamados al hospital militar y movimientos que nos hicieron presumir un parto inminente. Luego hubo un ni_o, vimos preparar mamaderas y o¡mos algon llanto, as¡ como comentarios de la guardia sobre un reci’n nacido. Por esa ‘poca vinieron al lugar de reclusi¢n algunos paramilitares argentinos, los mismos de Orletti, que hicieron comentarios como «ac s¡ que los tienen bien… «. O el testimonio de otro sobreviviente, Ariel Soto; «…Quiero destacar dos cuestiones respecto de nuestra permanencia en la c rcel clandestina de Boulevard Artigas y Palmar: la presencia de personal militar y/o paramilitar argentino en lo que parec¡an actividades de coordinaci¢n y «visita» a sus pares uruguayos, y la insistencia, en por lo menos una ocasi¢n, de los guardias militares que nos custodiaban, en conocer c¢mo se preparaba una mamadera de leche para un reci’n nacido, adem s de otras referencias de la misma guardia al nacimiento de un beb’ en dicho lugar….». O el testimonio de Cecilia Gayoso: «…..escuch¢ si alguien sab¡a preparar mamaderas y tuvo la sensaci¢n de que hab¡a ni_os en el piso de arriba. Nadie los pudo identificar».
tJuan Gelman, que ha realizado una investigaci¢n por dem s cuidadosa y tomando en cuenta los distintos testimonios existentes, no afirma, como equivocadamente dice el Dr. Sanguinetti, que su nuera fue trasladada con el grupo de sobrevivientes. Lo que Gelman dice es que » fue trasladada por militares uruguayos en la segunda semana de octubre de ese a_o- junto con los ni_os Anatole Julien Grisonas de 4 a_os y su hermana de 18 meses, hijos de uruguayos desaparecidos en la Argentina». Resulta claro el motivo de este «error» en las fechas y en la menci¢n a lo expresado por Gelman en su primer carta abierta al Dr. Sanguinetti: no se quiere mencionar uno de los casos que muestran claramente la falsedad de su afirmaci¢n de que en Uruguay no se produjeron desapariciones de ni_os.
Los ni_os Anatole y Victoria Julien Grisonas, fueron secuestrados juntos a sus padres el 26 de setiembre de 1976, en territorio argentino, con la participaci¢n de integrantes de las fuerzas armadas de Uruguay y su desaparici¢n – oltimo dato que se tuvo de ellos -, se produjo en territorio de Uruguay.
El hecho de que la nuera de Gelman, sea de nacionalidad argentina, conduce a que el Dr. Sanguinetti concluya de que este «caso ser¡a entonces enteramente excepcional, en tanto los trasladados a Montevideo eran todos uruguayos». + Acaso el traslado de los hermanos Julien de Argentina a Uruguay y posteriormente a Chile, no es tambi’n un caso excepcional?.
Sabido es, ya lo expresamos anteriormente, que la operaci¢n C¢ndor, borro las fronteras y por lo tanto los botines de guerra, en que se transformaron los hijos de las v¡ctimas, fueron objeto de repartos cuya l¢gica deber¡a ser tambi’n objeto de la operaci¢n verdad que la sociedad uruguaya reclama desde hace ya m s de 15 a_os.
A rengl¢n seguido, el mandatario uruguayo realiza, una afirmaci¢n totalmente falsa: «En los hechos, no desapareci¢ ningon ni_o en territorio uruguayo y los hijos de parejas uruguayas a los que se les sustrajo la identidad en ese triste per¡odo fueron en todos los casos v¡ctimas de sucesos ocurridos en Argentina».
Ya nos referimos al caso de los hermanos Julien, pero no solo estos dos casos tiran por el suelo la afirmaci¢n del Sr. Presidente. El 18 de mayo de 1978, fueron secuestrados en Montevideo el matrimonio argentino Logares-Grispon, junto a su hija Paula de 2 a_os. Los tres fueron trasladados clandestinamente a la Argentina donde desaparecieron, posteriormente la ni_a fue ubicada en la Argentina en poder de un integrante de las fuerzas de seguridad de dicho pa¡s.
Posteriormente el Dr. Sanguinetti, dice algo que merece importantes puntualizaciones: » no se ha denunciado en Uruguay la sustracci¢n de ningon ni_o nacido en cautiverio, pr ctica que en cambio fue usual en Argentina».
Sutilmente y seguramente apostando a una eventual desinformaci¢n de los destinatarios de su carta, el Presidente empieza a distinguir entre hechos ocurridos ya en territorio Argentino y en territorio uruguayo. Ese desplazamiento territorial de tan aberrantes conductas de las dictaduras del Plan C¢ndor, es un recurso que le permite, al Dr. Sanguinetti, omitir referirse a quienes actuaron cometiendo esos actos il¡citos.
Resulta absolutamente claro, tanto de una lectura de los distintos testimonios existentes tanto en sedes judiciales, organismos nacionales y extranjeros y aon en dict menes judiciales en sedes argentinas, que tanto en las operaciones de secuestros que tuvieron como base de operaciones a los pozos de «Orletti», Banfield y Quilmes, participaron activamente fuerzas militares uruguayas y que en esos lugares se produjeron secuestros y apropiaciones de ni_os y sustracciones de bebes nacidos en cautiverio.
Acaso el Sr. Presidente ignora los casos de Amaral Garc¡a, de Sim¢n Riquelo, de Mariana Zaffaroni, de los tres hermanos Hernandez Hobbas, de Ver¢nica Moyano, de Carlos D¡Elia, de Carmen Sanz.
Para el Presidente uruguayo, es un hecho que no importa informar a los intelectuales europeos, quienes , de que nacionalidad eran los autores de secuestros y apropiaci¢n de ni_os. No es un problema del Estado uruguayo, si esos delitos de lesa humanidad, eran cometidos por funcionarios fuerzas armadas uruguayas en territorio extranjero. Sin embargo no aplico el Dr. Sanguinetti ese mismo criterio, cuando durante su primer gobierno, su Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Barrios Tassano ocult¢ los pedidos de captura contra militares uruguayos implicados en secuestros y desapariciones de detenidos en Argentina, en espera de que el gobierno del Presidente Menem, los indultara. Por otra parte, corresponde recordarle al Dr. Sanguinetti, por si solo se trata de un olvido, que en la Comisi¢n Investigadora sobre situaci¢n de Personas Desaparecidas y Hechos que la Motivaron de la C mara de Representantes y ante el Juzgado Penal de 5to Turno, fue denunciada la presencia de una mujer embarazada en la c rcel de Bvar Artigas y Palmar y que todas estas actuaciones fueron oportunamente remitidas a Ud., por disponerlo el Parlamento en el primer caso o en cumplimiento de la Ley de Caducidad, en el otro.
Tambi’n, en las actuaciones radicadas ante el Juez Federal de San Isidro (Repoblica Argentina), Dr. Roberto Marquevich, constan las declaraciones del agente del SIDE argentino Miguel Angel Furci, en la que ‘ste expresa que obtuvo a Mariana Zaffaroni del centro clandestino de detenci¢n Automotoras Orletti, donde se encontraban sus padres secuestrados, en octubre de 1976. Miguel Angel Furci, en la causa 86/84, expresa segon consta en el auto dictado por el juez Marquevich del 22/6/92, que » le fue entregada a quien posteriormente anotara como hija propia bajo el nombre de Daniela Romina Furci, en la sede del centro clandestino de detenci¢n denominado «Automotores Orletti» de capital Federal, ya que all¡ se le inform¢ que los padres de dicha ni_a- que contaba con un a_o de edad aproximadamente- ser¡an trasladados por miembros del Ejercito uruguayo con destino incierto».
El Sr. Presidente, quien ejerce el mando supremo de las Fuerzas Armadas, no puede desligarse tan livianamente de la responsabilidad que le cabe, de lograr que estas aporten la informaci¢n de cual fue el destino de la mujer embarazada y su hijo/a, existente en la c rcel clandestina de Bvar Artigas y Palmar. De lo expresado, surge que este episodio no es tan «excepcional en la historia de la dictadura uruguaya», como quiere hacerlo aparecer el Dr. Sanguinetti. Pasemos ahora a referirnos a otro aspecto grave y falso de las afirmaciones del Dr. Sanguinetti: dice el Presidente que esos hechos fueron » minuciosamente investigado por la justicia civil y result¢ en el pago de muy cuantiosas indemnizaciones econ¢micas a varios de los detenidos clandestinos que fueron trasladados desde Buenos Aires».
tLas acciones civiles iniciadas por algunos de los sobrevivientes de Orletti, en causas de reparaci¢n patrimonial, se refer¡an a los da_os sufridos por esas personas como consecuencia de su secuestro. Eran esas situaciones las que las v¡ctimas deb¡an probar y por lo tanto es un aspecto carente de inter’s jur¡dico, toda menci¢n a hechos que no los tengan a ellos como v¡ctimas, esto el abogado Sanguinetti no lo deber¡a ignorar. Ninguna de las acciones de reparaci¢n, a que hace menci¢n el Dr. Sanguinetti, solicit¢ una indemnizaci¢n por la desaparici¢n de un familiar y mal pod¡a hacerlo por la situaci¢n de una persona que no se sab¡a quien era (la embarazada de Bvar Artigas y Palmar).
tPor otra parte, deber¡a el Dr. Sanguinetti informar a Europa, que el Estado uruguayo ofreci¢ fuertes sumas de dinero cuando la justicia, iba a proceder a realizar las investigaciones de los hechos denunciados, justamente para evitar que las mismas se consumaran. Tambi’n deber¡a informar en honor a la verdad, que en una de los pocas causas de reparaci¢n civil, en la que el Estado no pudo lograr una transacci¢n que evitara las investigaciones, nos referimos a un caso de desaparici¢n en Uruguay (caso Oscar Bali_as), la justicia dictamino que : » Resulta tambi’n plenamente acreditado que el Estado a trav’s del Poder Ejecutivo no ha dado un verdadero y cabal cumplimiento a aclarar sobre la desaparici¢n del padre de la actora, no ha colaborado en nada con la justicia, para averiguar lo que en definitiva se pretende saber por la hija del desaparecido. Y esto es as¡ porque disponiendo de todos los medios posibles para la averiguaci¢n de la verdad la ha ocultado y adem s ocultaron la informaci¢n sobre el centro de detenci¢n antes citado, argumentando y afirmando la inexistencia del mismo, cuando dos de sus integrantes (CAMPS Y BONELLI) as¡ lo afirmaron ante esta sede y adem s uno de ellos afirm¢ la notoriedad del mismo y que hasta la televisi¢n lo informaba en aquella ‘poca».
tEl Dr. Sanguinetti, como titular del Poder Ejecutivo, que en el caso de referencia » no ha colaborado en nada con la justicia» y que » disponiendo de todos los medios posibles para la averiguaci¢n de la verdad la ha ocultado», tambi’n deber¡a incluir esos «m’ritos», a su autoestima.
tDice Sanguinetti que adem s de la » una minuciosa revisi¢n de todos estos antecedentes judiciales», ordeno » otras muchas actuaciones», y «no aparecieron nuevos elementos de juicio que aporten algon indicio sobre la presencia de la nuera de Gelman en Uruguay».
t¨Podemos saber cuales fueron esas otras actuaciones? t+ Le habr encargado nuevamente a un Fiscal Militar, como el tristemente recordado Sambucetti, una investigaci¢n donde por ejemplo no logr¢ establecer, algo que Ud. hoy admite; el traslado clandestino de prisioneros de Argentina a Uruguay?.
+ Se trata de una investigaci¢n donde se concluye que no se logra establecer la participaci¢n de integrantes de las Fuerzas Armadas Uruguayas, pero sobre los cuales posteriormente el Estado paga cuantiosas sumas de dinero, como forma de evitar las investigaciones en juzgados civiles?.
tFinalmente, queremos decir que la felicidad que desde la sociedad civil hemos vivido, cada vez que hemos podido ubicar a cualquiera de los ni_os desaparecidos, nos ha sido muy costosa porque justamente el Estado que es quien tiene todos los medios posibles, habidos y por haber, para poner fin a esos dramas, nada ha hecho. Los medios que tiene no los ha puesto en juego para ese fin, y solo se ha preocupado de crear nuevos medios, justamente para perpetuar esas situaciones aberrantes (leyes de impunidad).
tEl Dr. Sanguinetti, para alcanzar esa felicidad que dice aspirar ubicando al nieto de Gelman o a cualquiera de los ni_os desaparecidos, deber definir antes, si prefiere esa felicidad personal a costa de descubrir los autores de tan aberrantes conductas. Atr s de cada ni_o apropiado, viene de regalo, deseado o no, toda una trama de responsabilidades y complicidades. ¨Porqu’ cree Sr Presidente, que el caso Sim¢n Riquelo, est sin resolver aon?. tEse es el precio de la VERDAD. Se precisa grandeza y verdadero esp¡ritu democr tico, para pagarlo. +Est Ud. dispuesto a hacerlo, verdaderamente?. tRealmente, nos agradar¡a y el prestigio de nuestro pa¡s, lo precisa, que ello fuera posible.
Secretariado Ejecutivo del PIT/CNT.
9 de Febrero del 2000.
