Tenemos la tasa de natalidad más baja del mundo. Se está hablando de tomar medidas económicas que beneficien a las familias numerosas. Me parece justo y necesario. Pero insuficiente. Hay un problema más de fondo, que habría que afrontar también: la protección jurídica del derecho civil a casarse de por vida.
En España, como consecuencia de una lógica reacción contra el antiguo régimen de confusión entre Iglesia-Estado, donde no se permitían los consorcios sexuales no indisolubles, se ha pasado al otro extremo: nuestro ordenamiento jurídico no reconoce la indisolubilidad de los matrimonios que contraen con esa voluntad. Y si bien es cierto que el sistema antiguo perjudicaba a la institución matrimonial porque inducía a simular el consentimiento, el sistema actual es socialmente suicida porque trivializa las relaciones entre las parejas, facilitando su inestabilidad. Y, claro está, las parejas sin previsión de estabilidad son poco proclives a procrear.
Esta situación perjudica además a la Iglesia, porque favorece que muchas parejas pidan matrimonio can¢nico sin ir para toda la vida, puesto que saben que, por mucho que le digan al p rroco que aceptan la indisolubilidad, eso no les compromete realmente a nada ya que pueden divorciarse en cuanto lo deseen.
Por causa de la asignatura de religi¢n y de la asignaci¢n tributaria, se est hablando oltimamente de que hay que revisar los Acuerdos Iglesia cat¢lica-Estado espa_ol. Por qu’ no aprovechan nuestros obispos para reclamar el derecho de los cat¢licos -y de cuantos no cat¢licos que lo deseen- a que se les reconozca y tutele civilmente la indisolubilidad de su matrimonios. Esto clarificar¡a muchas cosas, pues se sabr¡a qu’ tipo de «matrimonio» ha escogido cada ciudadano. Se evitar¡an muchas incongruencias entre los bautizados. Y se favorecer¡a la natalidad, al fomentar que quienes se casaran de por vida lo tuvieran m s claro desde el principio.
Ana Carvajal Becerra
TASA DE NATALIDAD Y LIBERTAD PARA CASARSE
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