Su propietaria, Susana Gil, decoradora de profesión y madre de dos hijos, tuvo muy claro que su establecimiento sería diferente y, haciendo coincidir sus conocimientos con las necesidades de los niños, logró sus objetivos con productos de primera calidad y una amplia gama de coloridos que supera los eternos rosas y azules.
En muy breve espacio de tiempo, Piccolo Mondo logró posicionarse en Barcelona y provincia como la oferta más exclusiva -y no por ello la más cara- en decoración infantil.
A los dos años de abrir la primera tienda, ya tenía varias ofertas para montar franquicias de Piccolo Mondo en diferentes puntos de la geografía española.
LA ACTUALIDAD
A lo largo de estos casi seis años, Piccolo Mondo es ya un niño con edad de empezar un serio camino escolar. Durante estos años ha fidelizado sus proveedores, eliminando los que no le daban la seriedad y profesionalidad que requería.
Ha creado sus propias colecciones de muebles y complementos con diseños exclusivos. Ha experimentado con tejidos y papeles y ha formado un excelente equipo de decoradores y especialistas en los varios tipos de pinturas: trampantojos, stencil, etc.
Ahora está preparado para ser el soporte ideal para cualquier franquiciado.
Las franquicias Piccolo Mondo son fáciles de abrir, muy accesibles de costes y con perspectivas de negocio duradero.