Informativos.net ha sabido de fuentes de absoluta solvencia que cuando Augusto Pinochet fue detenido en Londres a requerimientos del juez Baltasar Garzón, el presidente español, José María Aznar, prometió a su homónimo chileno, Eduardo Frei, que en aquellos momentos estaba de visita en España, que el Gobierno de Madrid haría todo lo constitucionalmente posible porque el ex dictador pudiera volver a su país, en vez de ser juzgado en España.
Según parece, Frei mostró a Aznar su preocupación por la convulsión política que la detención y posible juicio a Pinochet en España pudiera sufrir el proceso de democratización chileno. Aznar y Frei tuvieron una larga charla a solas, parte de la cual pudieron ver (aunque no oir) muchos ciudadanos por la televisión, ya que las cámaras no dejaban de enfocar a ambos mandatarios, una vez conocida la noticia de la retención en Londres de Pinochet. De esta larga charla, ninguno de los dos presidentes de Gobierno han dicho poblicamente nada.
Siempre segon estas fuentes, Aznar trat¢ de tranquilizar a Eduardo Frei al respecto, y lleg¢ a prometerle que su Ejecutivo har¡a todo lo que estuviera en su mano, y fuese legal y constitucionalmente posible, para que finalmente Pinochet volviera a Chile sin pisar terreno espa_ol.
De ser cierta esta noticia (y las fuentes de Informativos.net son de absoluta solvencia), lo que habr estado haciendo el Gobierno de Madrid es ejercer presiones para que la justicia espa_ola permita una «salida digna al s trapa y senador vitalicio chileno.
Volver a Chile
Por otra parte, el Gobierno chileno ha anunciado que solicitar arbitrio internacional para determinar a qu’ pa¡s le corresponde juzgar al ex dictador chileno Augusto Pinochet. Lo que pretende el Gobierno de Eduardo Frei con este arbitrio es optar a poder juzgar al ex dictador asesino en su propio pa¡s, Chile, en vez de en Espa_a, lo que a todas luces abrir¡a una puerta a la esperanza del senador vitalicio de que la justicia chilena sea indulgente con ‘l.
Pero es la justicia espa_ola la que tiene ahora mismo prioridad sobre la de cualquier otro pa¡s para juzgar al s trapa, responsable de gran nomero de torturas, muertes y desapariciones durante su dictadura. Si Espa_a se niega a este arbitrio y hace prevalecer su derecho prioritario a juzgar al ex general golpista, Chile recurrir¡a al Tribunal Internacional de Justicia de estrasburgo para dirimir all¡ sus discrepancias.
De lo que se trata, en todo caso, es de llevar a Augusto Pinochet a Chile a toda costa. Los defensores y seguidores del tirano asesino albergan esperanzas de que en Chile la justicia ser indulgente con el ex dictador, en parte por la presi¢n social que puedan ejercer sus seguidores, y en parte por intereses pol¡ticos.
La vuelta a Chile de Pinochet ser prsentada por los pinochetistas, en cualquier caso, como una «victoria», ignorando la humillaci¢n que ya ha supuesto para el otrora todopoderoso general asesino la retenci¢n en Inglaterra y su extradici¢n a Espa_a por los delitos que se le imputan.