Chewaka – Virgin
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La luz no entró en «78», pero ahora inunda «Tejido De Felicidad». Cuestión de momentos anímicos, ya lo dice el título, el único motor de la verdadera música. Fernando Alfaro, con el segundo eslabón de CHUCHO y enésimo de una carrera personalísima, casi siempre sobresaliente, supera el bajón por el que todos gateamos de vez en cuando y, magia, disco de nuevo resplandeciente, enrocando tanto con el pasado como con el futuro. Cerca de «Hermanos Carnales», lírico, poético y crujiente a la vez, no deja de observarse un abrir de puertas hacia nuevas formas, arreglos, inéditos hasta ahora. Puede que el culpable sea Kaki Arkarazo con su producción medida y variada, donde los ligeros posos de electrónica y la orquesta dan una vida nueva a unas canciones ya de por sí totalmente vitales, pero sin Alfaro en estado de gracia absoluto esta nueva primavera sería otra vez el mismo viejo oto_o. Un resplandor que certifican «Cirujano pataf¡sico», «Magic», «Revoluci¢n», «Una nueva vida», «Aguacero al infinito» o, con la cabeza por delante, «Mi vida con fiebre», resumen de virtudes, revelado de los distintos focos que siguen alumbrando a un genio te_ido de felicidad.
