Carlos Mario Silva Leiva, más conocido como «El Cabro Carrera», está siendo procesado en Chile por los delitos de asociación para el tráfico de drogas y lavado de dinero. En este proceso se ha hecho parte (acusadora) el Consejo de defensa del Estado (CDE). Pero ha surgido una dificultad que puede resultar insalvable para la justicia. El CDE no puede aspirar a que se condene por lavado de dinero a Silva Leiva por haber ingresado al país millonarios recursos supuestamente «sucios», antes de enero de 1995, porque al momento de hacerlo no estaba tipificado ese delito.
La «no retroactividad de la ley penal», frase que conocemos ya por el «caso Pinochet», puede significar, a fin de cuentas, que el Estado tenga que devolver al acusado todos los bienes y cuantiosas sumas de dinero requisados. Uno solo de los capítulos que involucra a Nieves Ortiz, esposa de Silva Leiva, implica la devolución de 4 mil millones de pesos chilenos (más de 8 millones de dólares).
Por eso, el CDE está haciendo desesperados esfuerzos por hallar elementos incriminatorios compatibles con la legislación vigente. Con este fin, Beatriz Pedrals, jueza que lleva la causa, ha enviado exhortos solicitando todos los antecedentes relacionados con una fundación llamada «Angelito»,con sede en Suiza y el Principado de Liechtenstein, en Europa. La petición se fundamenta en la investigación sobre asociación ilícita para cometer delitos sancionados por la Ley 19.366 (de drogas). Existen indicios fundados de que la organización de «El Cabro Carrera» utilizó la cuentas bancarias de la «Fundación Angelito» para ocultar dineros obtenidos del tráfico ilícito de drogas.
En ambos exhortos enviados a Europa se señala que «se detectó en Chile el concierto entre un grupo de individuos para adquirir clorhidrato de cocaína en Brasil y Bolivia, y remitirla a puertos de Europa, en Bélgica y Holanda, retornando el producto de su venta a nuestro país por medio de correos especiales». Asimismo, se informa a las autoridades de Suiza y Liechtenstein que «las actividades delictivas de este grupo de individuos se realizaron desde 1993 hasta los primeros meses de 1997, actuando como jefe de la organización Carlos Mario Silva Leiva, quien se asoció con familiares y otras personas que actuaban de acuerdo a sus instrucciones.
Se solicitó a la Oficina Federal de la Policía Suiza que «se cite e interrogue a Herbert Batliner, abogado director de la Fundación Angelito,domiciliado en Aeulestrasse 74, Vaduz, para que proporcione todos los antecedentes que digan relación con Carlos Mario Silva Leiva, los miembros de su familia, así como también para que entregue toda la información que posea de la citada fundación». En el documento se piden antecedentes acerca de «quiénes fueron sus miembros o representantes y quiénes lo son en la actualidad, poderes otorgados, reglamentos,capitales que pueda tener, objetivo social, si ésta existía antes del ingreso del matrimonio formado por Silva Leiva y Nieves Ortiz Monsalves y, en lo posible, se indique si la fundación tiene bienes o cuentas en otros lugares del mundo.
En los documentos oficiales enviados se pide, además, que «se recabe de la Unión de Bancos Suizos todos los antecedentes que se consideraron para la apertura de la cuenta Nº 682.244, como los relativos al depósito original con que se abrió y copia del último depósito registrado y, finalmente,las cartolas de movimientos y sus correspondientes respaldos de los períodos comprendidos entre la apertura de la cuenta hasta el 30 de junio de 1993 y desde el 1 de julio de 1997 a la fecha y se remitan a la brevedad a este tribunal».
La misma diligencia fue solicitada al Gobierno del Principado de Liechtenstein, donde también se tiene conocimiento que funciona la «Fundación Angelito». Se pidió información acerca de la cuenta Nº 94.073 de la Banca Della Suizzere italiana.
DESDE CHILE: EXORTOS A EUROPA POR LAVADO DE DINERO
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