El combate contra el narcotráfico desplazó a la lucha contrainsurgente como pretexto de intervención de Estados Unidos en América del Sur, aunque a menudo las fronteras entre uno y otro escenario son permeables.
Así lo estimó el Observatorio Internacional sobre las Drogas, una organización no gubernamental radicada en Francia, al referirse a versiones de que Washington podría preparar una intervención militar directa en Colombia, o al menos auspicia una iniciativa de ese tipo asumida por países sudamericanos. De la misma opinión es la Oficina de Washington para América Latina, un grupo de defensa de los derechos humanos con sede en la capital estadounidense, e intelectuales de ese país como Noam Chomsky, además de organizaciones políticas de izquierda y sociales de América Latina.
Altos funcionarios del gobierno y jefes militares del Estados Unidos han desmentido oficialmente, en reiteradas oportunidades, que Washington esté preparando o propiciando una operaci¢n armada en Colombia o en alguna otra naci¢n sudamericana. «Habr cero intervenci¢n y eso va para cualquiera de los 32 pa¡ses del hemisferio americano», dijo, por ejemplo, el general Barry Mc Caffrey, director de la Oficina Nacional para el Control de las Drogas de la presidencia estadounidense.
Sin embargo, otras fuentes del gobierno estadounidense son m s ambiguas al respecto, al tiempo que el propio presidente Bill Clinton coment¢ este mi’rcoles que el conflicto colombiano es «un tema de seguridad nacional» para su pa¡s. «Cuando algon dirigente estadounidense afirma algo de ese tenor es porque algon nivel de intervenci¢n contra la naci¢n mencionada se est gestando, no necesariamente con Washington a la cabeza pero s¡ entre bambalinas», afirm¢ un alto dirigente del izquierdista Partido de los Trabajadores de Brasil.
De Brasil, precisamente, proceder¡a, al igual que de Venezuela, la mayor resistencia en Am’rica del Sur a una acci¢n armada extranjera en Colombia, bajo el pretexto de combatir el narcotr fico y la expansi¢n de la violencia en ese pa¡s.
Por el contrario, segon una versi¢n recogida el jueves por los diarios La Naci¢n y Clar¡n, de Buenos Aires, Argentina estar¡a al frente de una «iniciativa multilateral para la paz», que consistir¡a en env¡ar a Colombia tropas de pa¡ses sudamericanos, a las que se sumar¡an luego efectivos estadounidenses.
De acuerdo con ambos matutinos, el presidente Carlos Menem habr¡a sido contactado para ese fin por Washington. Este lunes, el mandatario argentino manifest¢ su disposici¢n a despachar contigentes militares a Bogot si su par colombiano Andr’s Pastrana se lo solicitaba.
Esta misma semana, el diario La Repoblica, de Lima, revel¢ la existencia de un plan de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos para intervenir militarmente en Colombia a trav’s de tropas peruanas y ecuatorianas. La noticia fue luego recogida por el diario espa_ol ABC. El plan, que habr¡a sido presentado hace un mes a Vladimiro Montesinos, asesor de seguridad del presidente peruano Alberto Fujimori y considerado en Lima el hombre fuerte del gobierno, apuntar¡a directamente a combatir a la guerrilla colombiana. Washington tambi’n desminti¢ esa informaci¢n.
Analistas pol¡ticos estadounidenses consideran que, en realidad, el gobierno de Clinton est dividido en dos tendencias, una proclive a descartar hip¢tesis de operaciones militares y otra, encarnada por McCaffrey y altos funcionarios del Pent gono (el ministerio de Defensa), que las defienden. «Ahora tienen el tim¢n los que est n a favor de una mayor ayuda militar» al gobierno de Pastrana para el combate del narcotr fico y la guerrilla, se_al¢ Michael Shifter, experto en Colombia del centro de investigaci¢n estadounidense Di logo Interamericano.
En Colombia, el mayor receptor de asistencia militar de Washington despu’s de Israel y Egipto, operan actualmente unos 200 militares estadounidenses. Oficialmente, esos efectivos tienen como cometido el combate al narcotr fico, pero no son pocos quienes sostienen que tambi’n tienen como misi¢n el combate a la guerrilla.
Un informe publicado este martes por el diario El Espectador, de Bogot , cita a una fuente estadounidense segon la cual un avi¢n de ese origen que se estrell¢ la semana pasada en Colombia era ocupado por agentes de contrainsurgencia, aunque oficialmente estaba destinado a operaciones contra narcotraficantes. Tambi’n es con el cometido oficial de combatir el comercio de dorgas, que Washington pretende establecer en Ecuador una base militar.
La instalaci¢n apunta a remplazar el fracasado proyecto de convertir en centro regional contra el narcotr fico a las bases militares estadounidenses en el canal de Panam , que deben ser evacuadas el 31 de diciembre de este a_o. En caso de acuerdo con el gobierno de Jamil Mahuad, la base estar¡a situada en el puerto de Manta, donde Estados Unidos dispone ya de un Puesto de Observaci¢n Avanzada para Operaciones Regionales Antidrogas.
En una visita a Quito, el general McCaffrey declar¢ este jueves que Estados Unidos colaborar con el ej’rcito ecuatoriano «en la protecci¢n de la frontera con Colombia, donde hay una fuerte relaci¢n entre narcotraficantes y guerrilleros». El llamado «zar antidrogas» estadounidense, que al llegar a Ecuador dijo que en Manta s¢lo operar¡an cinco naves tripuladas por 12 soldados, luego se_al¢ que se deber¡a duplicar ese dispositivo.
Agreg¢ adem s que Washington trasladar¡a a Ecuador a unas 200 personas, entre militares y funcionarios de aduanas, guardacostas y de la agencia antidrogas. Ecuador y Estados Unidos ya han establecido una estrecha cooperaci¢n militar, que se traduce por ejemplo en la construcci¢n (en marcha) de un cuartel antidrogas y de otras diez instalaciones similares (‘stas proyectadas).
De concretarse la base de Manta, que tendr¡a una «vida» m¡nima de diez a_os, «ser¡a una ofensa muy grande a nuestra libertad, nuestra autonom¡a y sobre todo a nuestra soberan¡a», declar¢ a IPS el obispo de la ciudad ecuatoriana de Cuenca, Luis Luna Tobar. En el mismo sentido se pronunci¢ la Comisi¢n Ecum’nica de Derechos Humanos de Ecuador, para la cual ese pa¡s podr¡a verse involucrado en «las estrategias continentales que redefinen el papel de los ej’rcitos nacionales de la regi¢n» en funci¢n de la lucha contra las guerrillas y el narcotr fico.
Tambi’n se pronunciaron contra la iniciativa voceros de movimientos sociales, en particular de organizaciones ind¡genas, que anunciaron su voluntad de resistir la creaci¢n de la base. (FIN/IPS/dg/mj/ip/99)
Por Daniel Gatti