En 1998, los españoles utilizamos cinco mil millones de envases «brick», de los 85.500 millones que se utilizaron en todo el mundo. Esto representa el seis por ciento del mercado mundial de .
Cada español compró a lo largo de todo el año pasado bebidas envasadas en 128 «brick», como promedio. Este dato es bueno, pues significa que los españoles están concienciados sobre la necesidad del uso de esta clase de envases, que no sólo conservan mucho mejor los productos que contienen, sino que permiten un ahorro económico importante y una mejor preservación del medio ambiente cuando dichos envases sean reciclados.
Pero nada es perfecto: la parte mala de esta noticia es que España no dispone de una infraestructura suficiente de reciclaje para poder tratar todos estos envases. Las autoridades españolas no están, por tanto, a la altura de sus votantes.