Los constantes enfrentamientos entre simpatizantes del derechista Frente Republicano Guatemalteco y del gobernante Partido de Avanzada Nacional, muestran el grado de polarización y la ausencia de condiciones para una participación política democrática, declaró Conrado Martínez, de la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala.
Según Martínez, las agresiones son graves violaciones a los derechos humanos y alejan a los ciudadanos de participar en elecciones, lo que significa una limitación al ejercicio de los derechos civiles y a la construcción de un sistema democrático.
Los actos de violencia electoral reflejan la ausencia de definiciones políticas, cultura política, programas reales alternativos y propuestas para un futuro gobierno. Para Martínez, tanto el PAN como el FRG no estuvieron a la altura de conducir una campaña con base en propuestas programáticas donde el debate electoral pueda centrarse y les quedó como único recurso el uso de la violencia y campañas negras. Las fuerzas que intervienen en hechos de violencia representan a sectores intolerantes y agresivos, muchos de ellos pertenecientes a partidos como el FRG que cuentan con un pasado de violaciones a los derechos humanos, lo cual es una se_al negativa y de alarma, porque puede significar el resurgimiento del pasado.
Asimismo, se_al¢ que la violencia en Guatemala se origin¢ con la actitud del Estado, que motiv¢ a muchos ciudadanos a ejercer la violencia y no dej¢ otras alternativas que la confrontaci¢n, prepotencia, abuso y agresi¢n.
Por su parte, Mario Polanco,- activista de derechos humanos-, manifest¢ su preocupaci¢n porque en el actual proceso electoral no ha existido la transparencia que debiera, puesto que se ha visto manchado por la confrontaci¢n, campa_as negras y los moltiples ataques de un partido pol¡tico a otro. (Gt/QR/Ac-Ong/Ppe/mc)
GUATEMALA PODR-A VOLVER A LA VIOLENCIA DE TIEMPOS PASADOS
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