El reciente fallo de un juez chileno, estableciendo que se incurrió en fraude ideológico y falsificación de documentos al otorgar visa diplomática a Pinochet para amparar su estadía en Londres, podría ser el jaque mate a su defensa y a las pretensiones de lograr su retorno a Chile. La noticia del este fallo ha estallado como una bomba en el ambiente chileno, Relaciones Exteriores, jurídicos y políticos. Y ocurre justo en momentos en que los partidarios del ex dictador hacían esfuerzos por reponer su causa en el centro de la atención ya que había ido perdiendo interés frente a la proximidad de las elecciones primarias del bloque gobiernista. Es, por decir lo menos, una dramática forma de recobrar el centro de la atención.
El titular del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, Carlos Escobar, determinó que existió «falsificación ideológica» de documento público en la entrega del pasaporte diplomático con que el general en retiro y senador vitalicio Augusto Pinochet viajó a Inglaterra en septiembre del año pasado. Esto, de acuerdo al artículo 193, número 4, del Código de Procesamiento Penal. Sin embargo,el magistrado decidió sobreseer temporalmente la causa, debido a que no pudo individualizar a los responsables. El juez Escobar sostuvo que en la entrega del pasaporte al ex comandante en jefe del Ejército está «legalmente justificada la existencia del delito investigado».
La falsificación ideológica, según la referida normativa, se refiere a la alteración de los contenidos sustanciales de un documento público. En este sentido, el magistrado reconoce que no existió una misión especial para el senador Pinochet, lo que ha sido el fundamento del Estado chileno y de la defensa del ex jefe de Estado para pedir su liberación.
La abogada de Derechos Humanos, Julia Urquieta, informó que en el transcurso de la próxima semana pedirán a la Corte Suprema la designación de un ministro en visita para investigar la causa.
El juez decidió cerrar el sumario sin culpables por una causa incoada a raiz de las irregularidades detectadas y denunciadas en torno a la forma cómo la Cancillería chilena otorgó, entre gallos y medianoche, una visa diplomática al ex dictador. Si bien el proceso judicial no logró establecer responsables, la sentencia dictada concluye en que hubo fraude. Los responsables deberían pertenecer al equipo de gobierno, esto es, la Presidencia de la República, Relaciones Exteriores y Ministerio del Interior. La prisa extrema con que debieron actuar frente a la sorpresiva detención de Pinochet en Londres llevó a funcionarios de alto nivel gubernamental a coludirse para procurar, apresuradamente, un amparo fraudulento al ex dictador, tratando de aparentar, a destiempo, una visa doplomática reglamentaria. Aunque la burda maniobra era evidente para observadores públicos y extraoficiales,ahora existe una manera contundente de probarla.
Todas las reacciones recogidas por la prensa, en las últimas horas, desde los medios oficiales y de cancillería, han sido balbuceos incoherentes y evasivas. Sólo excusas en el sentido que no se puede opinar sin suficientes antecedentes, recomendaciones de cautela y esperar a que «las cosas se aclaren un poco más». Nadie ha querido pronunciarse con certezas al respecto, incluídos el canciller Insulza, el pre candidato Ricardo Lagos, algunos políticos de derechas y defensores de Pinochet. Gladys Marín, candidata del partido comunista, en cambio, ha sido terminante en afirmar que «aquí ha quedado en evidencia cómo están coludidos el actual gobierno y los defensores de Pinochet». Debido al fin de semana inmediato, esta noticia y sus consecuencias acapararán el escenario central durante la próxima semana.
Valentin Marchant
Desde Santiago de Chile
JAQUE MATE A PINOCHET
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