Alrededor de un millón de minas antipersonales sembradas en la frontera entre Argentina y Chile, amenazan la vida de los campesinos de ambos países. Dichas minas no pueden ser retiradas por falta de recursos económicos.
Según las Naciones Unidas, sembrar una mina cuesta entre tres y diez dólares, pero su búsqueda y desactivación cuesta entre 300 y mil dólares por mina.
Las minas fueron sembradas hace 20 años por los ejércitos de Argentina y Chile. En ese tiempo los dos países se disputaban la posesión de tres islas en el extremo sur del continente.
Los campesinos de las zonas fronterizas colocaron palos en el terreno. Estos maderos sirven para señalar los sitios donde están sembradas las minas y evitar accidentes. Sin embargo, numerosos animales de propiedad de los campesinos han muerto o han sido mutilados.
Chile y Argentina estuvieron a punto de iniciar una guerra a fines de 1978. Ambos reclamaban la posesión de tres islas en el canal de Beagle. Pero, el Papa Juan Pablo II logr¢ que los dictadores que gobernaban los dos pa¡ses firmaran un acuerdo de paz. (Ar/Nh/Mt/Amr/ap)
LAS MINAS ANTIPERSONAS SIEMBRAN LA FRONTERA ENTRE CHILE Y ARGENTINA
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