Tal y como se ha podido saber el lunes, un grupo de paramilitares ingresó el fin de semana en territorio panameño y tras amenazar a una población indígena procedieron a propinarles una tremenda paliza. Los paramilitares los acusaron de colaborar con la guerrilla de Colombia.
El diputado indígena, Enrique Garrido, dijo que los afectados fueron los indígenas de la limítrofe población de Armila. ôNo les vendan más comida a los guerrillerosö habría dicho un paramilitar antes de golpear salvajemente a un indígena y a su hijo de cinco años.
Los habitantes de Armila temen que ese lugar se convierta en un teatro de lucha en una guerra de la que son totalmente ajenos. Garrido dijo que guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y los paramilitares están acechando a esta localidad.
Armila y otras tres comunidades de la región selvática del Darién son habitadas por indígenas kuna yala. Ellas han denunciado permanentes incursiones de hombres armados que vienen desde Colombia.
Informes de la policía panameña dicen que cuando los guerrilleros huyen del ejército y se internan en territorio panameño,son perseguidos por los paramilitares, los cuales cobran por cada guerrillero muerto o capturado.
Esto sucedia un día después de que un grupo de treinta rebeldes secuestrara a los fieles de una iglesia católica en un barrio elegante de Cali, este domingo. Los secuestrares vestidos de militares
llegaron antes del medio día y se llevaron a más de cien ciudadanos que en esos momentos asistían a los oficios religiosos.
Los rebeldes subieron a los secuestrados en camiones y se internaron en una zona montañosa del Municipio de Jumandi. Posteriormente fueron liberados unos ochenta feligreses. Se cree que al menos unas veinte y cinco personas continúan en poder de sus secuestradores.
Según informe de los militares, dos guerrilleros habrían muerto en un tiroteo que se produjo poco antes de que escaparan los camiones. La policía del lugar atribuye la responsabilidad del acto al grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional. Sin embargo, ningún grupo guerrillero o paramilitar se atribuyó la acción hasta el momento.
Ricardo Cobo, Alcalde de Cali, dijo que se teme que el número de quienes continúan secuestrados sea mayor a veinte y cinco personas. Entre ellas se encontraría el párroco de la Iglesia, el padre Humberto Cadavid. Con una población cercana a los dos millones de habitantes, Cali se encuentra a unos 300 kilómetros al Sudoeste de Bogotá. (Co/CN/Rb/Am/pt).
PARAMILITARES INTIMIDAN A INDíGENAS PANAMEñOS
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