V2 – Caroline
tSean O Hagan presume de ser gran amigo de Tim Gane. Y deja notarlo: si John McEntire y Jim O Rourke grabaron el último gran paso de Stereolab, por qué no pueden participar en el reciente disco de THE HIGH LLAMAS. No es todo: entre los músicos invitados destacan las voces de Laetitia Sadier y Mary Hansen. Demasiada intersección de personalidades (el mismo O Hagan colabora en el «Cobra And Phases Group…»), pero lo que cuenta es el resultado final y «Snowbug» no es copia alguna de Stereolab. O Hagan, artesano del mejor pop desde los tiempos de Microdisney, lanza un burbujeante ejercicio de pop que lo mismo recuerda a Gorky s Zygotic Mynci que se acerca a Butterfly Child, por citar dos nombres con la misma ambición en la música y de repercusión mediática opuesta. En esto último O Hagan sigue a la deriva, un nulo éxito que sólo alivia su excelente consideración entre la vanguardia del pop y un número reducido e incondicional de seguidores, pero en todo lo demás sus intenciones son clar¡simas: perpetuarse como maestro del pop inteligente, nacido bajo la sombre de Beatles o Beach Boys, crecido en Microdisney y madurado con Stereolab o Boo Radleys. Pero qu’ importa su ‘xito mientras nazcan de su cerebro las melod¡as de «Cookie bay» o «Harpers romo», dos ejemplos de un lbum juguet¢n, esbelto, locido y preciso en el enfocado final, a pesar del seguro d’ficit presupuestario que conlleva de antemano cada uno de sus trabajos. Si, adem s, las se_oritas de Stereolab aportan sus voces («The american scene», «Cut the dummy loose») puedes imaginarte la calidad del resultado. Para mojar y no parar. t