CARTA DE PEDRO ROSAS ARAVENA A LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Hermanos y Hermanas de Alemania, Argentina, Bélgica, Canadá, Chile y chilenos en el extranjero, Francia, España, Estados Unidos, Italia, México, Suecia y otros que pudieran escaparseme por ahí.
A todos los revoltosos organizados y dispersos que con sus palabras y denuncias han puesto un freno amoroso y freno a la barbarie y la indiferencia.
A mis camaradas en el cautiverio y a todos los actores y actoras de esta historia insumisa, un abrazo de agradecimiento y mutua fortaleza.
La campa³a que se ha realizado en torno a la denuncia por mi caso y la exigencia de un tratamiento médico urgente para detener el cáncer que me afecta, para detener además la negligencia y el ocultamiento de información hechos por Gendarmería hacia mi caso, ha dado sus primeros resultados; el Gobierno y los carceleros han tomado medidas inmediatas pero estas son aún insuficientes y cada semana que pasa aleja más la posibilidad de un pron¢stico favorable.
Estas situaciones, aunque molestas e injustas y arbitrarias, son corrientes en el tratamiento jur¡dico, administrativo y sanitario para todos los Presos Pol¡ticos en Chile.
La CAS es un centro de exterminio; no es una exageraci¢n o una consigna de panfleto efectista y sin fundamento.
La prisi¢n pol¡tica en Chile es una real condena a muerte f¡sica y psicol¢gica que en el mediano plazo cuenta con m s de 30 rehenes de la Concertaci¢n que esperan desprevenidos la inesperada ejecuci¢n de la sentencia.
Mi situaci¢n, entonces, no es excepcional, solo es una muestra n¡tida del desamparo y la vulnerabilidad a la que el gobierno chileno, protector de genocidas y explotadores, somete a los hijos cautivos de un pueblo digno.
Desde este lugar de cautiverio y aniquilamiento, desafiamos el olvido y la muerte, invocamos cada d¡a la memoria y la dignidad humana, el futuro obligatorio para el pa¡s que habitamos y andamos, en el simbolismo y la realidad de los sue_os comunes; participaci¢n, justicia social y personal. Libertad.
Exigimos el derecho a tener futuro y comenzamos por ejercerlo.
Exigimos el derecho a la vida y junto a nuestra gente lo ejercemos.
Comenzamos el futuro cada d¡a, aon con el desconcierto y la vulnerabilidad que la precariedad f¡sica impone en ciertos momentos al cuerpo. No habitamos la mera experiencia del castigo o el dolor, esa es la inotil y superficial aspiraci¢n de quienes no entienden que quienes aqu¡ estamos, no terminamos en nosotros mismos.
Sabemos y sentimos que en ustedes, en la solidaridad activa y consciente, en la organizaci¢n y lucha de nuestros hermanos de clase y utop¡a, vamos y somos siempre libres, dispuestos a vivir alegre y dignamente.
El Gobierno chileno, permanente y sistem ticamente, niega nuestra existencia como Presos Pol¡ticos, niega la tortura infligida a trav’s de sus organismos de Estado y el trato cruel e inhumano, indiferente, asume con normalidad los dobles procesamientos, las condenas extremas, la ausencia de defensa que lleva a la indiscriminada aplicaci¢n de leyes especiales y condenas perpetuas y aberrantes.
Adem s de eso, hoy nos niega a todos los prisioneros el derecho humano a la salud oportuna y eficaz, tan ir¢nicamente amparado por la Constituci¢n de la Repoblica.
Hoy, la solidaridad internacional y la acci¢n de nuestros familiares y amigos en Chile, ha puesto una clara y evidente se_al de alerta y exigencia, no s¢lo para curar el c ncer que particularmente me afecta, m s importante es demandar el derecho a la salud y a la vida de todos los prisioneros y prisioneras pol¡ticas en Chile.
Esta demanda solo es posible si se exige firmemente nuestra libertad. Junto con intensificar la presi¢n por mi derecho a la salud y a la vida, les llamo; con humildad y franqueza, a exigir la libertas de todas mis compa_eras y compa_eros prisioneros pol¡ticos y a «no privatizar» mi situaci¢n, pues ella no es un caso aislado y es, por el contrario, el resultado de un trato inhumano al que todos los Presos Pol¡ticos en Chile somos sometidos permanentemente.
Con todas las Fuerzas de la Historia, agradezco vuestra compa_¡a, afecto y trabajo solidario.
Fraternalmente;
Pedro Rosas Aravena
C rcel de Alta Seguridad
Santiago de Chile