Pasada la tormenta, retorna la calma. Luego del conflicto, debería tenderse al diálogo. Para hallar la acepción del término diálogo, recurramos al diccionario. Diálogo: coloquio, conversación o plática entre dos o más personas. Debate entre personas, grupos o ideologías de opiniones distintas y aparentemente irreconciliables , en busca de comprensión mutua. La huelga general de 36 horas, convocadas por las centrales sindicales argentinas ûen rechazo al plan socioeconómico de la administración que preside Fernando de la Rúa- que finalizó en la medianoche (hora local) del viernes 24 ya es el pasado. Pero como tal ha estado latente en las declaraciones de la Ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, quien un día después del paro señaló por radio La Red que ônosotros seguimos diciendo que no sirvióö. Y puntualizó que si el paro se había hecho para ôabrirle los ojos, el Gobierno sabe qué está pasandoö.
Reiteró, al tiempo que el cese de actividades le había costado al país pérdidas cercanas a los «1500 millones de pesos» (valga recordar que un peso equivale a un d¢lar). Seguidamente, se_al¢ que la administraci¢n aliancista «cree que lo que est planteando es lo mejor para el pa¡s y que es la manera de salir y crecer». A_adiendo, tras cart¢n, «no podemos cambiar aquello que creemos que es la soluci¢n y el mejor camino, porque ser¡a contradictorio e irresponsable».
Y as¡ le sali¢ al paso a los reclamos de los l¡deres de las centrales obreras -la CGT disidente, la CGT oficialista y la Central de Trabajadores Argentinos- que exigen, desde hace meses, un cambio en el rumbo de la econom¡a y no m s ajustes.
«Se lo ha dicho el presidente al pa¡s, a los gobernadores, tambi’n lo queremos discutir con los sindicalistas, pero creemos que este es el camino, sino no lo estar¡amos haciendo», indic¢ la funcionaria, quien reafirm¢ la apelaci¢n de su Gobierno al di logo a las «tres centrales sindicales», basado en «pautas m¡nimas sobre las que se puedan hablar». Pautas en las que no estar n en discusi¢n, ni la convertibilidad ni el pago de la deuda externa, afirm¢ la se_ora Bullrich.
No s¢lo la titular de la cartera de Trabajo habl¢ el d¡a despu’s del paro general. Tambi’n lo hizo Graciela Fern ndez Meijide, Ministra de Desarrollo Social quien reconoci¢ «seguramente hubo gente» que adhiri¢ a la medida de fuerza para «expresar la necesidad de ver una Argentina saliendo adelante». Acto seguido insisti¢ que no era parando como se lo lograr¡a, sino «con crecimiento y con trabajo».
La se_ora Meijide tambi’n recurri¢ al vocablo di logo, aunque con una advertencia.
«Me parece bien todo lo que sea di logo. Siempre estuvimos de acuerdo y yo, personalmente, a la convergencia pero, a la convergencia de intereses que est’n por encima de los personales, sectoriales y corporativos».
Consultada acerca de la eventualidad de que en ese di logo se resuelva una modificaci¢n de rumbo, la Ministra se_al¢ que lo que hab¡a escuchado -de momento- era s¢lo «una expresi¢n de deseos o voluntarismo».
Con estas declaraciones a la vista, una imagen vino a mi memoria: la de los tres monitos tap ndose la boca, los ojos y los o¡dos.
Descartemos al primero, porque si algo caracteriza a los funcionarios es que hablan, en demas¡a.
En el caso de las dos Ministras, de sus labios el vocablo di logo fluy¢ pero con advertencias.
Si al debate de ideas se le pone coto, el di logo es de sordos. Y de all¡ al mon¢logo, pronto se arriba. Si el Gobierno no escucha los reclamos populares, termina convenci’ndose que la suya es la onica verdad. Abonando la teor¡a funesta del pensamiento onico. Ambas visiones, cuestionables, aunque entendibles porque son decisiones gubernativas.
Pero lo grave es que una funcionaria, en este caso la Ministra de Trabajo, diga -tan suelta de cuerpo- que el Gobierno sabe lo que est pasando y que no era preciso un paro para que la administraci¢n abriera los ojos. Ahora bien, si as¡ fuera -y esto es lo preocupante- lo que demuestra la coalici¢n aliancista es una total indiferencia con su visi¢n.
Sabe que hay m s de 3 millones de desocupados, otros tantos subempleados y casi 12 millones de pobres. Entonces, +qu’ espera para solucionar los problemas? +O acaso vive en una probeta?
Alberto Bastia
Jefe Corresponsal¡as INformativos.Net en Am’rica Latina