Zip Records
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tQué habrá en los estudios Tambourine de Malm÷, en Suecia, que quien por allí graba termina sonando como los angeles. DORIAN GRAY son el último ejemplo de este pequeño fenómeno, aunque para grabar este «The Sounds Of Dorian Gray» también han utilizado el Monogram de Estocolmo. El primer CD de DORIAN GRAY es un claro ejemplo de pop clásico y luminoso, con ciertos tonos épicos dentro siempre de un contexto cuidado hasta el detalle. Las comparaciones citan a Suede, Blur o Teenage Fanclub. Ganas de no arriesgar: por ser precisos, o aventureros, DORIAN GRAY más bien se asemejan a un cruce entre Redd Kross y Jellyfish. Suenan frescos, contundentes y melódicos, y tienen al menos tres canciones que convencerán a cualquiera: «She s with the band», «The end of the century» y ese hit en potencia que es «There is a light». Ambición melódica, grandilocuencia justa y un pop vibrante apasionadamente interpretado por la voz de Torben Freytag. Una producci¢n esmerada que esconde, maquilla conscientemente, los dos onicos peros de «The Sounds of…»: cierta homogeneidad en las composiciones y excesivo minutaje en muchas canciones, algo esto oltimo que sin duda es lacra y consecuencia de su lado m s ‘pico. Por lo dem s, un disco de pop atemporal, con est’tica privilegiada en el sonido, con canciones redondas y hasta enormes: «There is a light». Que no pare ese estribillo, esa inercia mel¢dica, ese ropaje de cuerdas y guitarras en un s¢lo instrumento, esa voz descarriada, esa explosi¢n controlada. Perfecta. t