Acompañada por una amplia cohorte de músicos, grabando bajo el sol sureño de Ronda, la BREUT nos trae ahora canciones que casi son más nuestras que suyas, a veces sólo porque nos lo dicta el recuerdo («Portsmouth», originalmente en un Cd-EP de Dominique A, revisitada), otras porque, sencillamente se adhieren de inmediato a él («Si tu disais», «L*origine du monde» ,»DerriÞre le grand filtre», y mi favorita, «Sans souci», que parece sacada de algún disco de Nick Cave) hasta no poder olvidarlas. Menos clásica (o siendo clásica de algún otro modo), menos accesible en algunos instantes («L*heure bleu»), FRANÃOIZ BLEU parece abocada a describir la misma órbita que su marido, a contagiar su música de distintas aristas y curvas, variados colores y tonos, que los alejen de la normalidad hasta subir un peldaño en la vanguardia pop para que además de excelentes creadores sean, por méritos propios, nuevos creadores. t
193