Mute – Caroline España
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tAlison Goldfrapp es la imagen del proyecto musical que responde a su apellido. Bueno, la imagen, la voz, el susurro, el alma, la carne, los huesos y todos los demás síntomas que determina una vida. Alison Goldfrapp es la vida en GOLDFRAPP. Por la misma regla de tres, diría que Will Gregory es la sombra en GOLDFRAPP. El cincuenta por ciento que no se ve pero se nota. El instrumentista que guía por buen camino los jirones emocionales de esa nueva musa que es para muchos Alison Goldfrapp. No están solos: el pedigrí de «Felt Mountain» queda completado por una serie de sirvientes de lujo que ponen su alma en la sombra a disposición del dúo: entre otros, Adrian Utley, Alexander Balanescu, John Parish. GOLDFRAPP debutan ahora con nueve canciones que no pertenecen, en esencia, a ‘poca alguna. Son canciones eternas que recuerdas interpretadas por otras musas (Dietrich, Holliday), que tienen el sabor a cl sicos del pasado y que Will Gregory se encarga de encapsular hasta la ¢rbita del presente con unos arreglos que acongojan («Lovely head»), sorprenden e hipnotizan. Un cl¡max notable que la voz de Alison dispara hacia lo sobresaliente, con elegancia, susurro, interpretaci¢n y versatilidad desbordante. Mosica, sumada la vida y la sombra, lo que aporta Alison m s lo que a_ade Will, que sonar¡a ininterrumpidamente en el mejor burdel posible, el de la existencia nuestra de cada d¡a, entre las oscuras luces que no evitar¡an nuestros besos en el alma de esta nueva musa. Disco personal, intriga asegurada, cinematograf¡as por vivir con Alison como gu¡a. t t
