Un grupo de hombres armados con fusiles AK-47 emboscaron al legislador hondureño Justo Jiménez y, tras atar a sus acompañantes, lo asesinaron. El diputado oficialista regresaba a Tegucigalpa luego de una reunión política en una localidad 90 kilómetros al norte de la capital.
Los dos supervivientes dijeron que 8 individuos preguntaron por el diputado y tras maniatarlos y abandonarlos en la carretera, huyeron llevándose a Jiménez.
La policía no sabe si se trata de una venganza personal contra Justo Jiménez o si fue algún secuestro y que él intentó escapar, por eso los disparos en las piernas. El político murió con un balazo en la cabeza.
La pobreza en Honduras ha llegado a su punto culminante tras los devastadores huracanes que arrasaron el país. Sus autoridades no han respondido responder a las necesidades de la gente y la delincuencia ha crecido de forma alarmante. (Hn/CN/Au/Vi/mc)