La tercer huelga general contra la política económica del presidente argentino Fernando de la Rúa ha finalizado. Tras 36 horas de paro nacional, decretado por la CGT disidente liderada por el camionero Hugo Moyano, la Central de Trabajadores Argentinos del estatal Víctor de Gennaro, la izquierdista Corriente Clasista y Combativa piloteada por el también estatal Carlos Santillán y la CGT oficialista de Rodolfo Daer ûque sólo adhirió en la jornada de ayer viernes- el saldo fue un piquetero muerto en Resistencia (Chaco) cuando un irascible motociclista descerrajó un disparo sobre el pecho de Ramón Molina, de 23 años, y siete dirigentes del sindicato de choferes de colectivos (ómnibus) detenidos cuando pretendían impedir que circularan los vehículos de una línea de transporte de pasajeros.
A primeras horas de la mañana, la Ciudad de Buenos Aires se asemejaba a un día feriado por la escasa circulación de vehículos ûtanto del servicio de transporte de pasajeros, cuanto taxímetros- el parcial cierre de los comercios y los pocos transeontes que andaban por la capital argentina.
Las instituciones bancarias y los establecimientos educacionales, en todos sus niveles, permanecieron cerradas.
Segon pudimos constatar in situ, los servicios ferroviarios no circularon durante toda la jornada y reci’n sobre las 3 de la madrugada, hora local, se restablecer¡an los mismos de acuerdo a lo informado por las empresas prestadoras del servicio.
Las 5 l¡neas de subterr neos (metro) que circulan en la Ciudad de Buenos Aires, lo hac¡an utilizando el mismo esquema de los d¡as feriados y domingos, es decir entre formaci¢n y formaci¢n la demora era de 9 minutos.
En la capital argentina, a diferencia de lo que sucedi¢ en la primer jornada de la huelga general, ningon corte de calles -por parte del sindicato que agrupa a los empleados estatales- se verific¢.
En tanto, en la provincia de Buenos Aires -la m s extensa y poblada del pa¡s- se llevaron a cabo cortes y bloqueos de rutas y calles en La Plata, capital del distrito y en Mar del Plata.
Cuando promediaba la tarde, Moyano, De Gennaro y Daer tomaron contacto con los medios de prensa.
El titular de la central obrera disidente exhort¢ al Gobierno a que convoque a «los principales actores sociales», aunque juzg¢ que Patricia Bullrich, la titular de la cartera laboral, «no puede ser la onica que est’ sentada en la mesa de conversaciones».
Para ello recurri¢ a una figura box¡stica: «Esto es como una pelea: despu’s que los boxeadores terminan de darse trompadas, se abrazan y se besan, cuando suena la campana».
Moyano demand¢ a las autoridades nacionales «mucha voluntad y mucha decisi¢n pol¡tica» para «tratar por todos los medios de cambiar esta situaci¢n».
En tanto, para Daer la huelga hab¡a sido «un plebiscito» en que «el pueblo argentino vot¢ contra la pol¡tica econ¢mica de este gobierno de permanentes ajustes», y reclam¢ del Gobierno aliancista «un di logo social y una concertaci¢n para una pol¡tica de producci¢n y de empleo decente».
Al tiempo, consider¢ que para enfrentar «la voracidad de los mercados» y de los organismos multilaterales de cr’dito la onica forma era «a trav’s del Parlamento y con el pueblo» y asever¢ -en esa l¡nea de acci¢n- que su central acompa_ar¡a a las autoridades nacionales «para decirle al FMI» que lo que precisa el pa¡s » es crecimiento y no que la desvalijen».
Adem s indic¢ que si por parte de la coalici¢n gubernamental se convocara a la concertaci¢n y al di logo, la huelga general habr tenido «su resultado, y Dios quiera que sea as¡».
Por su parte, De Gennaro propuso que se conformara «un gabinete de unidad nacional que incluya a representantes de la Iglesia, las centrales sindicales y todos los partidos pol¡ticos», cuya meta sea «luchar en forma prioritaria contra la desocupaci¢n».
Al referirse al Presupuesto 2001, que en esta semana comenzar a debatirse en el mbito parlamentario remarc¢ que esperaba que se diera «un debate democr tico» y advirti¢ que si ello no ocurriera, se impulsar «una marcha al Congreso, contra ese Presupuesto que ningon diputado puede votar».
El presidente De la Roa, desde la santafesina ciudad de Rosario, se_al¢ que la huelga general tuvo «m s amedrentamiento, m s temor y m s aparatosidad» que «efectividad». El Jefe de Estado reiter¢, «la gente est en contra del paro, y quiere trabajar» ya que quiere ver un pa¡s en marcha que «se levanta y sale adelante, pero se mete miedo».
En tanto, en la capital argentina y en rueda de prensa, Patricia Bullrich indicaba que «el Gobierno no evaloa nomeros porque se plantean como de acatamiento, y no sabemos cu nta gente acat¢. No podemos saber qui’n decidi¢ no ir, qui’n no pudo ir o qui’n tuvo miedo».
Asimismo, reiter¢ la convocatoria a un «di logo serio y transparente» entre las autoridades nacionales y las centrales sindicales.
«Si las centrales de trabajadores creen conveniente dialogar, en un marco transparente, en el que no se discutan otras cosas, vamos a inaugurarlo ma_ana como lo hacemos todos los d¡as», afirm¢ la Ministra.
Quien tambi’n se excus¢ de brindar cifras del nivel de adhesi¢n al paro fue el Ministro del Interior, Federico Storani.
«Es dif¡cil evaluar el acatamiento porque hubo 48 horas previas de actos de intimidaci¢n, sobre todo m s de 100 ataques registrados a colectivos», explic¢. Al tiempo, destac¢, «siempre debe haber di logo y a esta Casa de Gobierno han venido todos los sectores sindicales».
«Nadie niega que existen circunstancias dif¡ciles, y que hay 15 por ciento de desempleo, pero el problema es cu l es el m’todo para superarlas. Estamos convencidos de que un paro de actividades de estas caracter¡sticas, con cortes de ruta y situaciones que ni los propios sindicalistas controlan, no es el mejor camino», asever¢ Storani.
Alberto Bastia
Jefe Corresponsal¡as Informativos.Net en Am’rica Latina