En 1976, víspera del restablecimiento de las relaciones diplomáticas hispano- mexicanas, el intercambio comercial entre ambos países presentaba un perfil extraordinariamente bajo. Apenas 77 millones de dólares, lo que situaba a México, como socio comercial de España en América Latina, muy por detrás de los dos grandes países latinoamericanos (Brasil y Argentina) así como de muchos de los medianos (Colombia, Chile, Venezuela…) e incluso de Cuba.
Quince años después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el comercio bilateral superaba ligeramente los 2.000 millones de dólares lo que suponía que México se había convertido en el primer cliente y proveedor de España en América Latina y que España había pasado a ser el segundo cliente de México, sólo superado por EEUU.
En el espacio de estos tres lustros ambas economías, la española y la mexicana, han vivido diferentes coyunturas y experimentado cambios estructurales de gran alcance. La intensidad de estos cambios ha sido m s significativa en M’xico: la pol¡tica de sustituci¢n de importaciones ha dado paso a la promoci¢n de exportaciones; el proteccionismo m s extremo a una r pida y radical apertura comercial; el objetivo de «mexicanizaci¢n» del aparato productivo a la internacionalizaci¢n y globalizaci¢n de la econom¡a, etc..
Adem s, a lo largo de estos quince a_os, ambos pa¡ses han avanzado hacia su integraci¢n en dos grandes bloques econ¢mico- comerciales. En 1986, Espa_a se integraba formalmente en el Comunidad Europea, lo que supon¡a la culminaci¢n de un movimiento iniciado en 1970 con la firma del Acuerdo Preferencial Espa_a- CEE. En agosto de 1992, M’xico cerraba la negociaci¢n del Tratado de Libre Comercio con Canad y EEUU para crear el -rea de Libre Comercio de Am’rica del Norte (ALCAN, m s conocida por sus siglas en ingl’s, NAFTA).
Este art¡culo se propone analizar la evoluci¢n de las relaciones econ¢micas hispano- mexicanas desde el restablecimiento de las relaciones diplom ticas dando cuenta de las claves principales de la evoluci¢n y cambio de las mismas. En funci¢n de la evoluci¢n de las relaciones comerciales (Gr fico no. 1) distinguiremos tres fases, que recogen el per¡odo 1977- 92:
el «boom» (1977- 1981);
el retroceso (1982- 86);
la recuperaci¢n (1987- 92).
El «boom» (1977- 1981)
Como hemos dicho, las relaciones comerciales bilaterales antes del restablecimiento de las relaciones diplom ticas, se caracterizaban por su reducida significaci¢n. M’xico apenas recib¡a el 0,8% de las exportaciones espa_olas (el 10% de las destinadas a Am’rica Latina) y suministraba el 0,2% de las importaciones (el 3% de las procedentes de la regi¢n). El flujo de importaciones espa_olas estaba dominado por los productos primarios; el principal producto comprado a M’xico eran los garbanzos.
Para M’xico, la significaci¢n de Espa_a como cliente y proveedor era tambi’n muy reducida. En 1975, Espa_a absorb¡a el 0,65% de sus ventas exteriores y apenas el 7% del total exportado a los doce pa¡ses que hoy configuran la Comunidad Europea. Cinco pa¡ses europeos se situaban por delante de Espa_a como clientes de M’xico. La situaci¢n era similar en cuanto al papel como proveedor de M’xico; apenas un 0.9% de las importaciones, es decir un porcentaje muy reducido en comparaci¢n con los detentados por los grandes pa¡ses europeos, entre los que destaca Alemania con un 7.3%.
En el mbito de la inversi¢n espa_ola en el extranjero, la importancia de M’xico era m s relevante. En los a_os setenta este pa¡s recibi¢ cerca 3,3% del total invertido por empresas espa_olas en el exterior. Con todo, un porcentaje inferior al de Argentina, Brasil, Chile y Venezuela (Dur n, J.J. y S nchez, M. P., 1981: Cuadro III.1). La inversi¢n espa_olas directa acumulada en M’xico ascend¡a a 58,5 millones de d¢lares en 1976, el 1,1% del total recibido por M’xico (SECOFI, 1993: Cuadro 6).
Razones de tipo institucional explican en buena medida el limitado alcance de las relaciones econ¢micas entre ambos pa¡ses en aquellos a_os, ya que el restablecimiento de las relaciones diplom ticas en 1977 supone un cambio dr stico. Se inicia as¡ un quinquenio (1977- 81) marcado por un espectacular aumento de las relaciones comerciales (Gr fico no. 1 y Cuadro no. 1). El valor total del intercambio bilateral se multiplic¢ por 33:
las exportaciones espa_olas se multiplican por algo m s de diez; las importaciones aumentan m s de noventa veces su valor. Cuadro no. 1: Evoluci¢n del comercio espa_ol con M’xico, 1975- 1981 (millones de d¢lares).
(1) (2) (3) (4)
A½O IMPORT. EXPORT. SALDO (2)/(1)
1975 19 58 39 305,3%
1976 22 50 28 227,3%
1977 62 87 25 140,3%
1978 114 94 -20 82,5%
1979 457 210 -247 46,0%
1980 1238 347 -891 28,0%
1981 1984 513 -1471 25,9%
Fuente: Elaboraci¢n propia en base a datos del INEGI.
Las pol¡ticas petrol¡feras mexicana y espa_ola El petr¢leo tuvo un papel clave en este aumento del comercio bilateral: cuatro quintas partes del aumento en el valor del comercio bilateral son atribuibles a las compras espa_olas de crudo mexicano. Mientras que en 1976, el petr¢leo era inexistente en el comercio bilateral, cinco a_os m s tarde, ‘ste representaba las tres cuartas partes del intercambio bilateral.
La importancia que adquiere el petr¢leo en las relaciones comerciales hispano mexicanas se debe a la coincidencia del restablecimiento de las relaciones diplom ticas entre ambos pa¡ses con una redefinici¢n de sus respectivas pol¡ticas petroleras. M’xico, bajo la nueva Administraci¢n de L¢pez Portillo, iniciaba una pol¡tica encaminada a incrementar la extracci¢n y exportaci¢n de hidrocarburos. Tales prop¢sitos no tardaron en materializarse: los casi 70 millones de barriles de petr¢leo exportados en 1977 se convirtieron en m s de 500, cinco a_os despu’s, todo ello en un contexto de precios en ascenso. El petr¢leo, las divisas y la renta generada, iban a constituirse durante un corto per¡odo hist¢rico en el motor de la econom¡a mexicana, evitando afrontar los problemas estructurales de la econom¡a mexicana (desequilibrio externo y d’ficit fiscal, entre otros). Esta etapa se ha venido a denominar como de «petrodependencia».
En este contexto, las nuevas relaciones con Espa_a abr¡an la posibilidad de diversificar los mercados de exportaci¢n de hidrocarburos, hasta entonces, localizados casi en exclusiva en EEUU. De hecho, la diversificaci¢n de las relaciones econ¢micas fue una referencia constante de las sucesivas Administraciones mexicanas. El surgimiento en 1977 de un contencioso entre las Administraciones Carter y L¢pez Portillo sobre el precio al cual PEMEX deb¡a suministrar gas natural a seis empresas gaseras de EEUU, situ¢ en primer plano el objetivo de reducir la dependencia de este pa¡s como salida a los hidrocarburos mexicanos. En este sentido, el llamado Plan de Energ¡a de la Administraci¢n L¢pez Portillo propuso no vender a ningon cliente m s del 50% del combustible exportado.
En 1981, el objetivo del citado Plan se hab¡a alcanzado. Como muestra el Cuadro siguiente, mientras EEUU absorb¡a casi la mitad de las exportaciones, Espa_a se situaba como segundo comprador con una participaci¢n cercana al 14%.
PA-S,tBARRILES,tttD.LARES,
(miles) (%) (millones)
EEUU 199.561 49,7 6.604
ESPA½A 55.292 13,8 1.852
JAP.N 27.915 6,9 923
FRANCIA 26.170 6,5 884
OTROS 91.820 23,1 3.040
TOTAL 400.758 100,0 13.305
FUENTE: Elaboraci¢n propia en base a datos del INEGI.
Por parte espa_ola, las nuevas relaciones con M’xico proporcionaron la oportunidad de materializar una nueva pol¡tica petrolera, orientada a diversificar las fuentes de aprovisionamiento petrolero y reducir la dependencia energ’tica de zonas geopol¡ticas conflictivas: el Magreb y Oriente Medio. Un conjunto de acuerdos entre las compa_¡as petroleras espa_olas (ENPETROL, PETRONOR Y CEPSA) y la compa_¡a petrolera estatal mexicana – PEMEX- abrieron el mercado espa_ol al petr¢leo mexicano. Al acabar el quinquenio, Espa_a importaba cerca de 55 millones de barriles anuales de crudo mexicano.
El comercio no petrolero
Las exportaciones no petroleras de M’xico a Espa_a no experimentaron un aumento significativo; en 1981 alcanzaron los 119 millones de d¢lares, es decir, a lo largo del quinquenio su cuant¡a apenas se hab¡a duplicado, lo que era muy poco habida cuenta del bajo nivel de partida. Sin embargo, conviene tener presente que en este per¡odo la sobrevalorizaci¢n del peso mexicano constituy¢ un s¢lido obst culo al crecimiento de las exportaciones no petroleras. Adicionalmente el boom del petr¢leo y el acceso a un financiamiento externo que parec¡a sin l¡mites colocaba en segundo plano la promoci¢n de exportaciones manufactureras por parte de M’xico. En la composici¢n de las exportaciones mexicanas no petroleras los garbanzos y el caf’ continuaban teniendo un gran peso (el 40% de las mismas). Con todo, se produjo una cierta diversificaci¢n; productos petroqu¡micos (etileno, amon¡aco,…) y metales (cobre) empezaron a ganar peso en las ventas a Espa_a.
En lo que se refiere al flujo de mercanc¡as en sentido contrario, es decir, las exportaciones espa_olas, las nuevas relaciones diplom ticas entre Espa_a y M’xico se dan en un momento significativo desde el punto de vista de la pol¡tica econ¢mica espa_ola. La reducci¢n del d’ficit comercial espa_ol – agudizado por el efecto del aumento de los precios del petr¢leo y los efectos de la crisis en los mercados de los pa¡ses industrializados- pas¢ a ser por aquel entonces una prioridad esencial. En este contexto, se arbitran una serie de medidas de fomento de las exportaciones entre las que se incluye la creaci¢n del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) con el prop¢sito de aumentar las exportaciones a los pa¡ses en desarrollo…- adem s de una muy importante devaluaci¢n de la peseta, del orden del 25% a lo largo de 1977.
La econom¡a mexicana, por aquel entonces, presentaba condiciones inmejorables para hacer realidad este incremento. Estas condiciones pueden concretarse en los siguientes elementos:
el inicio del boom exportador de petr¢leo y un acceso pr cticamente ilimitado al financiamiento externo, lo cual permit¡a financiar un continuado crecimiento de las importaciones;
un notable proceso de expansi¢n econ¢mica (el PIB creci¢ a tasas anuales reales del 8,5% promedio de 1978 a 1981);
Un proceso de liberalizaci¢n de las importaciones cuyo elemento m s importante fue la sustituci¢n del sistema de licencias a la importaci¢n por los aranceles como mecanismo de protecci¢n.
Por otro lado, el restablecimiento de las relaciones diplom ticas supuso el punto de partida de una serie de acuerdos de cooperaci¢n de mbitos y significaci¢n muy distinta. El primero de estos acuerdos fue firmado en octubre de 1977, solo un mes despu’s de restablecerse las relaciones pol¡ticas. El Acuerdo de Cooperaci¢n Econ¢mica y Comercial ten¡a el objetivo de aumentar el comercio y la cooperaci¢n econ¢mica en sectores escogidos (alimentaci¢n, petroqu¡mica secundaria, fertilizantes, miner¡a, bienes de capital, pesca, construcci¢n naval, artes gr ficas y editorial).
Dos a_os m s tarde el Instituto Nacional de Industrial (INI) y Nacional Financiera (NAFINSA) firmaron un acuerdo tendente a desarrollar proyectos conjuntos de inversi¢n en el sector manufacturero. Con todo, el acuerdo con mayor trascendencia fue el firmado con PEMEX para el suministro de crudo de petr¢leo a Espa_a.
El resultado, como hemos se_alado, fue que las exportaciones espa_olas a M’xico se multiplicaron por diez a lo largo del quinquenio que nos ocupa. Conviene se_alar con todo que el avance en las ventas espa_olas viene magnificado por el bajo punto de partida. Adem s la tasa de cobertura del comercio bilateral pas¢ del 140% en 1977 a poco m s del 25% en 1981 (Cuadro no. 1) lo que muestra que se aprovech¢ muy poco el potencial derivado del aumento de las compras de petr¢leo.
En todo caso, como quiera que las importaciones totales de M’xico aumentaron a un ritmo mucho menor (se cuadriplicaron en el mismo per¡odo), Espa_a gan¢ cuota de mercado; del 0,9% al 2,1% de las importaciones mexicanas de 1976 a 1981. Adem s, M’xico se hab¡a convertido en el primer socio comercial de Espa_a en Am’rica Latina absorbiendo una cuarta parte de las exportaciones a la regi¢n.
La composici¢n de las ventas espa_olas a M’xico apenas cambi¢. En 1981, tres productos «tradicionales» en las exportaciones espa_olas a M’xico y de hecho a toda Am’rica Latina – bienes de equipo mec nico, libros y vinos y licores- representaban m s de la mitad de las ventas espa_olas.
El restablecimiento de las relaciones diplom ticas hizo surgir muchos proyectos de inversi¢n espa_ola en M’xico. La coincidencia de este acontecimiento con un per¡odo de expansi¢n econ¢mica en M’xico (y de recesi¢n en Espa_a) dio lugar a un notable crecimiento de la inversi¢n directa espa_ola (Cuadro no. 3). En este quinquenio Espa_a se situ¢ como segundo inversor europeo en M’xico, s¢lo superado por Alemania, y al acabar el mismo su participaci¢n en la inversi¢n acumulada en M’xico era del 3% frente al 1,1% de 1977.
Cuadro no. 3: Evoluci¢n de la Inversi¢n Directa Espa_ola y Total en M’xico, 1980- 1992 (millones de d¢lares)
A½O ESPA½OLA TOTAL % ESP.
1977 -2,1 327,1
1978 28,0 383,0 7,3
1979 38,6 809,8 4,7
1980 80,0 1.622,8 4,9
1981 101,8 1.701,1 5,9
Fuente: SECOFI, 1993 (Cuadro 5).
La ca¡da (1982- 1986)
El per¡odo 1982- 1986 se caracteriz¢ por la magnitud de la ca¡da del valor del intercambio bilateral. Tal como se muestra en el Cuadro no. 4, las importaciones espa_olas en 1986 eran apenas el 42% de las de 1981. Por su lado, las ventas espa_olas corrieron aon peor suerte; en el espacio de cinco a_os se redujeron en dos tercios.
Cuadro no. 4: Evoluci¢n del comercio espa_ol con M’xico, 1982- 1986 (millones de d¢lares)
(1) (2) (3) (4)
A½O IMPORT. EXPORT. SALDO (2)/(1)
1981 1984 513 -1471 25,9%
1982 1814 369 -1445 20,3%
1983 1617 167 -1450 10,3%
1984 1702 197 -1505 11,6%
1985 1700 214 -1486 12,6%
1986 842 181 -661 21,5%
Fuente: INEGI, Estad¡sticas de Comercio Exterior de M’xico.
La clave de la evoluci¢n de las importaciones espa_olas radic¢ una vez m s en el comportamiento de los intercambios de petr¢leo, en este caso consecuencia de la ca¡da del precio del petr¢leo. A lo largo del quinquenio el volumen de petr¢leo importado por Espa_a desde M’xico continu¢ creciendo alcanzando los 71 millones de barriles de petr¢leo en 1986 (Cuadro no. 5); un 30% m s que al empezar el quinquenio. Sin embargo, la ca¡da del precio del barril (33 d¢lares en 1981 frente a 9 d¢lares en 1986) comport¢ que el valor de las importaciones se redujeran en un 60%.
Cuadro no. 5: Evoluci¢n de las importaciones espa_olas de petr¢leo crudo mexicano: 1980- 1986.
tBARRILES tDOLARES
ttt t(millones)t(miles)
1980 33.847 1.039 1981 55.292 1.852 1982 61.997 1.782 1983 59.059 1.520 1984 61.660 1.628 1985 66.306 1.628 1986 71.375 758
Fuente: INEGI, Estad¡sticas de Comercio Exterior de M’xico.
Espa_a continu¢ ocupando un lugar de privilegio como cliente del petr¢leo mexicano; absorb¡a el 15% de las ventas totales de este producto.
La evoluci¢n de los precios mundiales del petr¢leo explica convenientemente la evoluci¢n del valor de las importaciones petrol¡feras, pero lo sucedido con las importaciones no petroleras procedentes de M’xico resulta sorprendente. Aon cuando ‘stas eran al empezar la d’cada de los ochenta extraordinariamente reducidas – algo m s de 175 millones de d¢lares- , seis a_os m s tarde se hab¡an reducido a la mitad (Cuadro no. 6), es decir su ca¡da hab¡a sido incluso m s significativa en t’rminos relativos que la del petr¢leo. Todo ello en un per¡odo en que M’xico casi dobl¢ sus exportaciones totales no petroleras en un esfuerzo de obtener divisas para hacer frente a sus compromisos financieros externos. Como resultado de la evoluci¢n anterior, la participaci¢n espa_ola en las compras de productos no petroleros mexicanos se redujo a una cuarta parte; el 0,8% en 1986.
Cuadro no. 6: Exportaciones no petroleras de M’xico, 1980- 1986 (millones de d¢lares).
(1) (2) (3)
A½O ESPA½A TOTALES (1)/(2) en %
1980 178 5.529 3.2
1981 131 4.753 2,7
1982 85 4.853 1,7
1983 97 6.295 1,5
1984 74 7.595 0,9
1985 71 6.897 1,0
1986 83 9.724 0,8
Fuente: Elaboraci¢n propia en base a datos del INEGI.
Conviene, sin embargo, se_alar que la ca¡da de las ventas espa_olas tuvo un alcance superior al retroceso en el conjunto de las importaciones de M’xico. Mientras las importaciones procedentes de Espa_a se redujeron en un 64% de 1981 a 1986, las importaciones totales lo hicieron en un 50% en el mismo per¡odo. De esta manera, la significaci¢n de Espa_a como proveedor cay¢ al 1,6% en 1986 frente al 2,1% en 1981.
La crisis econ¢mica de 1982 comport¢ tambi’n la ca¡da de la inversi¢n directa extranjera recibida por M’xico, notablemente en el bienio 1982- 83 (Cuadro no. 7). La evoluci¢n de la inversi¢n directa de Espa_a en M’xico no se apart¢ de estas pautas; en el per¡odo 1983- 85 apenas alcanza el 17% de la media registrada en los tres a_os anteriores. Hay que destacar adem s que la ca¡da de la inversi¢n espa_ola adquiere mayor magnitud que la procedente del resto del mundo lo que se traduce en una reducci¢n de su participaci¢n en el total recibido por M’xico.
Cuadro no. 7: Evoluci¢n de la Inversi¢n Directa Espa_ola y Total en M’xico, 1982- 1986 (millones de d¢lares)
A½O ESPA½OLA TOTAL % ESP.
1982 40,4 626,5 6,3 1983 12,9 683,7 1,9 1984 11,7 1.429,8 0,8 1985 14,0 1.729,0 0,8 1986 93,7 2.424,2 3,9
Fuente: SECOFI, 1993 (Cuadro 5).
En 1986 se detecta ya una recuperaci¢n de la inversi¢n directa recibida por M’xico y especialmente de la espa_ola. Se trata de un movimiento que acabar consolidandose en los pr¢ximos a_os, como veremos en el apartado siguiente.
La recuperaci¢n (1987- 1992)
Los oltimos a_os de la d’cada de los sesenta inaguran un nuevo per¡odo en las relaciones econ¢mica bilaterales. Se trata de un per¡odo de gran inter’s tanto por la evoluci¢n de los flujos econ¢micos (comercio e inversi¢n) como por el nuevo marco institucional de la cooperaci¢n econ¢mica bilateral (Tratado General de Amistad y Cooperaci¢n).
Las exportaciones mexicanas a Espa_a
El per¡odo m s reciente de las relaciones econ¢micas bilaterales – entre 1987 y 1992- puede caracterizarse como el de la recuperaci¢n. Los flujos de intercambio comercial y de inversi¢n experimentaron un aumento considerable de manera que se produjo un acercamiento a los niveles alcanzados diez a_os antes (comercio) e incluso se superaron netamente (inversi¢n).
Cuadro no. 8: Evoluci¢n del comercio espa_ol con M’xico, 1986- 1992 (millones de d¢lares).
(1) (2) (3) (4)
A½O IMPORT. EXPORT. SALDO (2)/(1)
1986 842 181 -661 21,5% 1987 1232 174 -1058 14,1% 1988 980 208 -772 21,2% 1989 1134 329 -805 29,0% 1990 1457 520 -937 35,7% 1991 1149 574 -574 49,9% 1992 1217 869 -347 71,4%
Fuente: Elaboraci¢n propia en base a datos del INEGI, Estad¡sticas de Comercio Exterior de M’xico.
El flujo de ventas hacia Espa_a continua dominado por el petr¢leo; el 88% del total mientras los productos manufacturados apenas suponen el 9,2%. En estas condiciones la evoluci¢n del valor de las importaciones se ha visto condicionada por los movimientos de los precios del petr¢leo en los mercados mundiales. Las compras espa_olas de crudo mexicano se estabilizaron en torno a los 71- 77 millones de barriles de petr¢leo, lo que supone cerca del 17% de las ventas totales mexicanas. As¡ el valor excepcionalmente elevado de las compras de Espa_a a M’xico en 1990 se debi¢ al alza del precio derivado del conflicto Irak- Kuwait.
A pesar de la relevancia del petr¢leo en las ventas mexicanas a Espa_a, hay que se_alar que durante el quinquenio se asiste a un crecimiento significativo del flujo de productos no petroleros hacia Espa_a; ya que al acabar el per¡odo ‘stos hab¡an doblado su valor en relaci¢n a 1986. Con todo, esta evoluci¢n es muy similar a la experimentada por las ventas no petroleras que M’xico realiza en los mercados internacionales, de manera que Espa_a continu¢ absorbiendo algo menos del 1% de las mismas (Cuadro no. 9).
Cuadro no. 9: Evoluci¢n de las exportaciones no petroleras de M’xico, 1985- 1991 (millones de d¢lares)
(1) (2) (3)
A½O ESPA½A TOTALES (1)/(2) en %
1985 71 6.897 1,0 1986 83 9.724 0,8 1987 107 12.026 0,9
(1) (2) (3)
A½O ESPA½A TOTALES (1)/(2) en %
1988 114 13.948 0,8 1989 132 14.966 0,9 1990 112 16.734 0,7 1991 174 18.953 0,9
FUENTE: INEGI, Estad¡sticas del Comercio Exterior de M’xico
El aumento de las exportaciones no petroleras a Espa_a a lo largo de los oltimos a_os permite que en 1991 ‘stas alcancen niveles comparables a los registrados a principio de la d’cada de los ochenta (cerca de 175 millones de d¢lares). A largo de los a_os ochenta se viven cinco a_os de disminuci¢n de las ventas no petroleras a Espa_a y otros cinco de progresiva recuperaci¢n, para llegar al final del per¡odo a niveles muy pr¢ximos a los del inicio. Durante este mismo per¡odo las ventas no petroleras que M’xico realiza en los mercados mundiales se cuadriplicaron. El resultado, una notable ca¡da del peso de Espa_a como cliente de las exportaciones no petroleras de M’xico; de casi el 3% en 1981 a apenas el 0,9% en 1991.
Al analizar la composici¢n de los principales productos no petroleros importados por Espa_a se aprecia un incipiente movimiento de diversificaci¢n y, por ende, la creciente importancia de los nuevos productos de exportaci¢n mexicanos en detrimento de los productos agroalimentarios. Destacar¡amos los siguientes productos con mayor dinamismo y presencia:
Metales y minerales (manganeso, plomo, cobre, plata, zinc,…), Qu¡micos y petroqu¡micos (amon¡aco, etileno, fibras sint’ticas, materias pl sticas,….) Autom¢viles y sus componentes.
Los cambios registrados en el oltimo quinquenio modificaron ligeramente la geograf¡a del intercambio comercial mexicano. La CE ha ido perdiendo significaci¢n como destino de las exportaciones mexicanas en beneficio de EEUU, Canad y Jap¢n. Con todo en 1992, Espa_a recuperaba el segundo lugar como cliente de M’xico siempre por detr s de EEUU.
Las exportaciones espa_olas.
Las exportaciones espa_olas iniciaron en 1988 una nueva etapa de expansi¢n (Cuadro no. 8). El valor de las mismas se quintuplic¢ en el espacio de cinco a_os (1987- 1992). Su composici¢n revela una creciente diversificaci¢n, aunque los productos tradicionales (m quinas y aparatos mec nicos y el’ctricos, libros, bebidas,…) continoan siendo los principales productos de exportaci¢n espa_oles.
La expansi¢n de las exportaciones espa_olas a M’xico se produce coincidiendo con un per¡odo de crecimiento de la econom¡a mexicana (Cuadro no. 10). El crecimiento del PIB en 1989- 91 fue de casi el 4% mientras que la inflaci¢n se redujo de forma espectacular, al pasar del 159% en 1987 al 20% en 1989.
Cuadro no. 10: Evoluci¢n de las principales macromagnitudes de la econom¡a mexicana,1988- 92.
tt1988t1989t1990t1991t1992
(tasa anual de crecimiento)
P.I.B. 1,2 3,3 4,4 3,6 2,6
Inflaci¢n 52 20 30 19 11
(millones de d¢lares)
Import. 20.274 25.438 31.272 38.184 48.138
Saldo Com. 1.667 -2.674 -4.322 -11.063 -20.607
Fuente: Banco de M’xico. Indicadores Econ¢micos.
En este contexto se produce un espectacular aumento de las importaciones mexicanas; en el quinquenio 1987- 92 el valor total de las mismas casi se cuadruplica. Ya que el aumento de las exportaciones espa_olas fue algo mayor, Espa_a gan¢ cuota de mercado; del 1,4% al 1,8% de las importaciones mexicanas en 1987 y 1992, respectivamente.
La din mica de la inversi¢n directa
La nueva estrategia de desarrollo que se pone en funcionamiento en los a_os ochenta en M’xico contiene entre sus principales elementos la voluntad de aumentar las entradas de inversi¢n extranjera directa como elemento clave en el proceso de aumento de las exportaciones manufactureras y, en general, de integraci¢n de la econom¡a en el proceso de globalizaci¢n. Diferentes elementos comportaron nuevas oportunidades e incentivos para ampliar la presencia de inter’s for neos en la econom¡a mexicana. A destacar entre ‘stos:
El proceso de privatizaci¢n de las empresas poblicas no estrat’gicas;
La implementaci¢n de programas de conversi¢n de deuda externa por capital;
La nueva pol¡tica en materia de inversiones extranjeras directas.
La participaci¢n del capital espa_ol en el proceso de privatizaciones iniciado en 1983 fue de hecho extraordinariamente reducida. Si bien la Compa_¡a Telef¢nica de Espa_a (CTNE), a trav’s de su filial Telef¢nica Internacional (TISA), concurs¢ en el proceso de privatizaci¢n de la mayor compa_¡a estatal – Tel’fonos de M’xico (TELMEX)- su oferta fue rechazada en beneficio de la participada por la compa_¡a telef¢nica francesa. En los procesos de privatizaci¢n de las dem s empresas de los sectores extractivo, manufacturero o de comunicaciones la participaci¢n de empresas espa_olas fue insignificante.
En lo referente a la banca – nacionalizada en 1982 y devuelta al sector privado en un proceso que se inici¢ en 1989 y termin¢ en 1992- la participaci¢n espa_ola se limit¢ a la toma del 10% del Banco de Oriente por parte de Banesto por un importe cercano a los 1.000 millones de d¢lares. Mientras el Banco Bilbao- Vizcaya acab¢ retirando su oferta por el 30% de Comermex lo que hubiera supuesto una inversi¢n diez veces superior a la de Banesto. Con todo, a finales de 1991 el Banco Bilbao- Vizcaya tom¢ el 2% del grupo Probursa que se hab¡a adjudicado el Banco Mercantil de M’xico. Esta participaci¢n fue aumentada al 10% al a_o siguiente y al 20% en 1993 con una inversi¢n acumulada cercana a los 14.100 millones de pesetas.
La participaci¢n espa_ola en la capitalizaci¢n de la deuda externa adquiri¢ mayor relevancia. El primer programa de conversi¢n de deuda externa se puso en marcha en 1986 y estuvo en vigor hasta Noviembre de 1987. El segundo programa de conversi¢n de deuda en capital entr¢ en vigor en 1990. La relevancia de estos programas en los flujos de inversi¢n directa recibida por M’xico ha sido muy grande; se estima que la conversi¢n de deuda es responsable de m s de una cuarta parte del flujo de inversi¢n directa recibida por M’xico en los a_os m s recientes.
La participaci¢n espa_ola en la capitalizaci¢n de la deuda en el bienio 1986- 87 alcanz¢ el 3,8% (Cuadro no. 11), un porcentaje sin duda reducido pero considerablemente mayor que la participaci¢n espa_ola tradicional en la inversi¢n recibida por M’xico.
Cuadro no. 11: Participaci¢n de Espa_a en el Primer Programas de Capitalizaci¢n de Deuda Externa. Transacciones autorizadas, Enero 1986- Diciembre de 1997 (millones de d¢lares)
Destino sectorial ESPA½A TOTAL ESP/TOTAL
Maquiladoras 1,8 349,6 0,51%
Autom¢vil y sus partes 1,4 564,9 0,25%
Aparatos mec nicos ,2 221,9 0,54%
Productos el’ctricos 0 182,5 0,00%
Qu¡mica y farmacia 0,5 99,6 0,50%
Agroalimentaria 1 162,3 0,62%
Metalorgica 0 168,9 0,00%
Auxiliar de la Construcci¢n 0 197,7 0,00%
Textil y Confecci¢n 0 87,5 0,00%
Turismo 105,7 673,5 15,69%
Otras 0 236,3 0,00%
TOTAL 111,6 2.944,7 3,79%
Fuente: Peres (1990: Cuadro 3.3)
La participaci¢n espa_ola en la conversi¢n de la deuda mexicana introduce un cambio notable en el destino sectorial de la inversi¢n espa_ola. Hasta mediados de los ochenta, la inversi¢n espa_ola en empresas mexicanas se destinaba mayormente a la industria manufacturera y dentro de ‘lla a las industrias metalmec nica, editorial y alimentaci¢n y bebida. Como hemos visto, estas actividades estaban tambi’n en el origen de las exportaciones espa_olas a M’xico. En el primer Programa de Conversi¢n de Deuda en Capital (1986- 1987), el sector tur¡stico (hosteler¡a y restauraci¢n) irrumpi¢ con fuerza; recibi¢ el 95% de la inversi¢n espa_ola.
Como resultado de la participaci¢n de la inversi¢n espa_ola en la conversi¢n de la deuda, el bienio 1986- 87 registr¢ un importante aumento del flujo de inversi¢n espa_ola en M’xico. Desde entonces la inversi¢n espa_ola se ha mantenido en torno a los 30- 40 millones de d¢lares anuales lo que supone entre el 1% y el 2% de la inversi¢n recibida por M’xico. Al acabar 1992 el stock de inversi¢n extranjera directa espa_ola se estimaba en 772 millones de d¢lares lo que supon¡a el 2% del total (SECOFI, 1993: Cuadro 6). Tres quintas partes de la misma se localizaban en la industria manufacturera mientras que Hosteler¡a y Restauraci¢n absorb¡an una cuarta parte.
Cuadro no. 12: Evoluci¢n de la Inversi¢n Directa Espa_ola y Total en M’xico, 1986- 1992 (millones de d¢lares)
A½O ESPA½OLA TOTAL % ESP.
1986 93,7 2.424,2 3.9 1987 125,8 3.877,2 3.2 1988 34,1 3.157,1 1.1 1989 44,0 2.499,7 1.8 1990 10,8 3.722,4 0.3 1991 43,5 3.565,0 1.2 1992 37,2 3.599,6 1.0
Fuente: SECOFI 1993
A se_alar tambi’n que en este quinquenio se produce el despegue de la inversi¢n en cartera espa_ola en M’xico. Se trata de la entrada en operaci¢n de fondos de inversi¢n destinados a canalizar la compra de acciones y deuda poblica en el mercado burs til mexicano. Estos fondos, al igual que otros de origen estadounidenses, nacieron al calor del extraordinario aumento de la cotizaci¢n de las bolsa mexicana. Fonm’xico fue creado en 1991 por el Grupo Banesto con un capital inicial de 500 millones de pesetas, mientras que The Emerging M’xico Fund fue lanzado en octubre de 1990 por el Grupo Santander de Negocios (Banco de Santander). Adem s este oltimo banco dirigi¢ y coloc¢ en 1991 la primera emisi¢n mexicana de bonos en pesetas (bonos matador).
La inversi¢n directa de M’xico en Espa_a se mantiene en magnitudes muy reducidas aon cuando alcanza el primer puesto entre los pa¡ses de Am’rica Latina, excluyendo los llamados para¡sos fiscales. A destacar que en los oltimos a_os (1988- 1990) entre el 75% y el 90% de la misma se dirige a instituciones financieras.
En los oltimos a_os se ha producido tambi’n un notable aumento de las inversiones mexicanas en Espa_a. Especial relevancia va a tener en este sentido el a_o 1992. Por un lado, Pemex increment¢ su participaci¢n en Repsol del 2,8% al 5% lo que ha supuesto una inversi¢n de 17.300 millones de pesetas. Por otro, la compa_¡a regiomontana Cementos Mexicanos – CEMEX- adquiri¢ las compa_¡as cementeras espa_olas, Valenciana de Cementos Portland y Auxiliar de Construcci¢n (Sans¢n) en lo que supone la mayor inversi¢n realizada por M’xico en Espa_a.
El Tratado General de Cooperaci¢n y Amistad Hispano- Mexicano En plena expansi¢n de las relaciones comerciales y financieras entre M’xico y Espa_a se produjo una revitalizaci¢n de la cooperaci¢n econ¢mica bilateral. El elemento central de la misma es el Tratado General de Cooperaci¢n y Amistad Hispano- Mexicano firmado a principios de 1990. Se trata de un Tratado del mismo tipo del firmado anteriormente con Argentina y posteriormente con Chile y Venezuela.
El Acuerdo Eco