Durante la última reunión de obispos centroamericanos, los prelados manifestaron su preocupación por la crítica situación de la pobreza que existe en sus países. Según los informes sobre la situación de los hombres y mujeres de los seis países de Centroamérica, el incremento de la pobreza es fruto, en gran parte, de la economía globalizada y de las estructuras sociales injustas.
A decir de la Iglesia, el Estado es el primer responsable del bien común; sin embargo, los gobiernos son cada vez más impotentes ante los dictados de los organismos financieros internacionales y la fuerza arrolladora del mercado.
Todo ello hace que la política, como actividad al servicio del bienestar de la población, se vea cada vez más desprestigiada y pierda su capacidad de guiar los sueños colectivos. Prevalecen los intereses partidarios por sobre todas las necesidades de la población, a ello se suma la persistencia de la corrupción y los casos frecuentes de impunidad.
Los obispos señalan en un escrito que desgraciadamente el flagelo de la pobreza provoca muchas veces el fen¢meno de la migraci¢n, el cual golpea sin misericordia a la familia, c’lula b sica de toda sociedad y de la Iglesia.
Finalmente, reafirmaron su intenci¢n decidida de impulsar todas las formas de solidaridad posibles, ya sea entre ellos mismos como Iglesia o en el servicio a los pobres, marginados y excluidos, hombres y mujeres, ni_os y ancianos. (Gt/QR/Ig/Pp/mc)
Patricia Zapata