El «nuevo orden» con su «nueva economía» que estructura la sociedad del «nuevo milenio» pinta su miseria gracias a la tecnología que utiliza en todos los frentes: en el discurso de los medios, en el ejercicio constante de la violencia traducida en sofisticadas armas, pero, también, en la profundización de condiciones deshumanizantes a través de la desocupación, el hambre, la explotación, etc.
El mundo es globalmente más rico y también, más desigual. En 1950, la diferencia a escala planetaria de ingresos entre el país más rico y el más pobre era de 35 a 1; en 1973 de 44 a 1 y en 1995 de 82 a 1. Hoy, el quinto más rico de la población mundial dispone del 80% de los recursos, mientras que el quinto más pobre tan solo el 0,5%.
Resulta casi deshonesto, en este marco, hacer una lectura unívoca respecto de cualquier aspecto de una realidad escindida. ¿Quién está por encima de los condicionamientos que impone el poder, cuya palabra pudiera entonces enfrentarlo o dejar de consolidarlo?
Los luchadores y organizaciones que pusieron en cuesti¢n el poder del imperialismo y de los gobiernos en Latinoam’rica durante la d’cada del ¡70 , fueron perseguidos, reprimidos, torturados, desaparecidos y desarticulados por el terrorismo de Estado que actu¢ coordinadamente en la regi¢n con supervisi¢n de Estados Unidos. La posibilidad de ruptura de las relaciones de dependencia y explotaci¢n implicaban un perjuicio directo para el imperialismo, sus intereses estaban en juego. +En qu’ sentido cabe entonces suponer que la verdad sobre el terrorismo de Estado instaurado en la d’cada del ¡70 en Latinoam’rica, con la asesor¡a pol¡tica del imperialismo, pueda estar vinculada al aporte que sobre al respecto nos haga el mismo imperialismo? Un dato derivado de la reuni¢n que Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo L¡nea Fundadora y el Centro de Estudios Legales y Sociales mantuvieran con la Secretaria de Estado yanqui, +no exigir¡a la inmediata denuncia y condena del imperialismo como part¡cipe principal y necesario de los cr¡menes de lesa humanidad cometidos por todas las dictaduras latinoamericanas?
La Verdad est instalada en el mismo campo de lucha en que disputan la explotaci¢n y la justicia, la impunidad y el castigo, el hambre y la opulencia; all¡, lo que de un lado es ley y orden para el otro es abuso y violencia.
«(…) se llaman Convivir algunas de las bandas que asesinan gente en Colombia, a la sombra de la protecci¢n militar; Dignidad era el nombre de uno de los campos de concentraci¢n de la dictadura chilena y Libertad la mayor c rcel de la dictadura uruguaya; se llama Paz y Justicia el grupo paramilitar que, en 1997, acribill¢ por la espalda a cuarenta y cinco campesinos, casi todos mujeres y ni_os mientras rezaban en una iglesia del pueblo de Acteal, en Chiapas…». «La otra y onica ¡verdad hist¢rica¡», se titula el volante de una «Comisi¢n de Familiares y Amigos de v¡ctimas de la Subversi¢n», que pasaron por debajo de la puerta de nuestro local.
Cualquier acci¢n de acoso, repudio, denuncia que mantenga vigente la exigencia de justicia contra la impunidad es v lida y necesaria. Todas aquellas que en nombre de una verdad universal retarden, encorseten o desv¡en este objetivo merecer nuestro m s en’rgico repudio.
Por estas consideraciones invitamos a las distintas organizaciones de Derechos Humanos, sindicales, estudiantiles, pol¡ticas, etc., a levantar las banderas de c rcel Ya a los asesinos, c¢mplices y corruptos de ayer y hoy. Y a denunciar poblicamente las pol¡ticas de algunas organizaciones que sosteniendo el derecho a saber la verdad de lo ocurrido con sus familiares desaparecidos, se sientan a negociar con los ide¢logos de las pol¡ticas de hambre, muerte y terror que se aplican en los pa¡ses oprimidos.
Uni¢n por los Derechos Humanos
C¢rdoba, Argentina
Correpi