El domingo se cumplieron dos años de la tragedia catastrófica del volcán «Casitas» que cobraría la vida de más de dos mil personas. De manera sorpresiva una avalancha de agua, lodo, árboles y rocas destruyeron sus humildes hogares.
El paso del huracán Mitch por Nicaragua, aún embarga de dolor a decenas de pobladores de varias comunidades que perdieron a sus seres queridos. El pueblo de Posoltega se prepara para rendir tributo a sus deudos que fueron arrastrados por el alud que estremeció al mundo entero.
A dos años de la tragedia el dolor y angustia son evidentes en el rostro de la gran parte de los sobrevivientes. En Posoltega quedan al menos 300 familias que se debaten en condiciones infrahumanas, puesto que las promesas del gobierno, nunca llegaron.
Sin embargo, prevalecen las esperanzas de salir adelante y están ansiosos de que haya fuentes de trabajo que pueda distraerlos, para olvidar aquellos momentos trágicos.
Por ejemplo, Pablo Pérez de 43 años, l¡der de la comunidad, qued¢ totalmente traumatizado pues el deslave le arrebat¢ la vida de su esposa Azucena Vargas, sus hijas Trinidad, Guadalupe y su padre Vicente P’rez.
«Para mi la vida hoy no tiene sentido. Es cierto que tengo dos hijas que logr’ salvar», narra el abatido padre.»Tengo un dolor que nadie puede borrarme en este mundo».
Se aprovech¢ la tragedia para decir que el gobierno actuaba, pero no actu¢. Entonces la actitud es que la vida sigue y las condiciones de aquella gente deben seguir tal y como est n. Solo unas pocas personas y organizaciones no gubernamentales se abocan a cierta ayuda. Pero esa ayuda no est enfocada desde un punto de vista integral, solo paliativos, la dignidad humana ocupa un cuarto lugar.
El doctor William Mart¡nez, ge¢logo de profesi¢n, no est seguro si el ejemplo de Casitas se va a repetir. «Pueden haber quedado procesos residuales que en determinado momento est n esperando para actuar, ya que en cuanto a preparaci¢n y a defensa no se ha mejorado mucho», advirti¢. (Ni/QR/Pno/Dn/mc)
Galo Mu_oz Arce