Baruch Ivcher, quien pasó tres años en el exilio, tomó posesión de su canal de televisión, Frecuencia Latina. Enarbolando una bandera peruana ingresó a las instalaciones acompañado por su esposa y sus cuatro hijas.
Ivcher perdió el derecho de administrar su canal, en su calidad de socio mayoritario, cuando el gobierno de Alberto Fujimori le canceló su nacionalidad peruana.
Las leyes peruanas no permiten que un ciudadano extranjero sea propietario de un medio de comunicación. Luego de retirarle la nacionalidad, el gobierno de Fujimori inició una persecución política a través del Poder Judicial contra el empresario, sus familiares, empleados de sus empresas y allegados.
Ivcher entró a las instalaciones de Frecuencia Latina al promediar el mediodía, sus primeras palabras fueron «estoy muy emocionado, me siento fabuloso, estamos en casa. Le agradezco al pueblo peruano y no hay que olvidar en ningún momento estos años transcurridos. No busquemos venganza, pero no habr borr¢n y cuenta nueva», dijo visiblemente emocionado.
Baruch Ivcher fue en un primer momento una persona cercana al gobierno fujimorista, pero cuando los programas period¡sticos de Frecuencia Latina comenzaron a denunciar violaciones de derechos humanos, casos de corrupci¢n y malos manejos en el gobierno, se convirti¢ en un perseguido del r’gimen.
Cuando se reencontr¢ con los trabajadores del canal, Ivcher les dijo «estar aqu¡ con ustedes despu’s de tanto tiempo por una sola culpa, la de salvar al Pero a trav’s de la verdad. Decir no al narcotr fico, a la dictadura, a la corrupci¢n, por eso quer¡an asesinarme. (..) S’ que estoy regresando a una empresa hipotecada, tomaremos algunas decisiones, pero la idea es seguir adelante como hemos sido», expres¢ Ivcher a sus trabajadores. (Pe/YZ/Em/Dh-Pp-pl/pt).