Somos sus padres y por lo tanto tenemos la patria potestad, pero nuestros derechos, y los derechos de nuestra hija, están siendo ignorados por las autoridades cubanas, que ponen interminables y angustiantes demoras», afirma en carta abierta a las autoridades y a los medios de comunicación brasileños el matrimonio cubano integrado por el Dr. Miguel Soneira, médico de familia y gastroenterólogo, y su esposa Leticia Antigua, técnica polígrafa. Ellos residen en la pequeña ciudad de Catende, Estado de Pernambuco, en el nordeste brasileño, a donde llegaron en 1997 y 1998 respectivamente. Ellos tienen una hijita brasileña, Nicole, de un año y medio, lo que les dio derecho a obtener la residencia permanente en Brasil.
El matrimonio explica que a partir de la llegada de Leticia a Catende, comenzaron los trámites migratorios para traer a su hija, pero que tres años después, «luego de haber agotado todos los recursos cabibles e imaginables, a nivel administrativo y consular cubano», decidieron hacer público el caso, pidiendo auxilio a las autoridades y a los medios de comunicaci¢n brasile_os.
El matrimonio Soneira lleg¢ a hacer tres viajes a Cuba, en 1999, 2000 y 2001 para intentar traer a Anabel. La joven lleg¢ inclusive a escribir a Fidel Castro, pues «cre¡a sinceramente que ‘l se interesaba por los ni_os y j¢venes cubanos»; pero nunca obtuvo respuesta. Los padres de Anabel, por su lado, enviaron cartas a las m s altas autoridades de Cuba, como Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado, el Ministro del Interior, el Ministro de Salud Poblica, la presidenta de la Federaci¢n de Mujeres Cubanas, el director del peri¢dico Granma, etc.
El expediente de Anabel est retenido en el Departamento de Inmigraci¢n Nacional, en La Habana, y lleva el nomero 00/A1165.
Narra Leticia que su oltima ida a Cuba, en julio de 2001, «tuvo un car cter particularmente dram tico, pues la abuela materna, con la cual vive Anabel en La Habana, nos inform¢ que ‘sta hab¡a sufrido una fuerte crisis depresiva». Segon los laudos m’dicos del Hospital Santos Su rez, en La Habana, ella presenta «grave riesgo suicida» y una especialista recomend¢ «facilitar la uni¢n con la figura materna para lograr la recuperaci¢n emocional de la menor».
«Pero ni siquiera eso consigui¢ conmover a las autoridades de Cuba», a_ade Leticia, quien tuvo que abandonar La Habana con urgencia debido a las amenazas de un oficial del Departamento de Inmigraci¢n Nacional.
Dicho alto oficial le dijo que si continuaba insistiendo en llevar a su hija, tampoco permitir¡an que ella misma saliese de Cuba, y que la prohibici¢n de salida de Anabel era un castigo al Dr. Miguel. +ste, por haber decidido continuar residiendo con su familia en Catende, donde actualmente se desempe_a como m’dico en la municipalidad, es considerado por La Habana como un desertor y traidor. El Dr. Miguel es muy querido en esta ciudad del nordeste brasile_o, donde recientemente la C mara Municipal lo distingui¢ con el t¡tulo de «ciudadano honorario» por sus servicios prestados a la comunidad.
Leticia a_ade: «Nuestra querida Anabel fue llevada muchas veces a la Plaza de la Revoluci¢n, en La Habana, junto con sus compa_eros de escuela, para participar en manifestaciones organizadas por el gobierno, donde se alegaba defender el derecho del ni_o Eli n Gonz lez de ser educado junto a su padre, y el de ‘ste, de tener a su hijo junto a s¡.
Por eso, ella no comprende c¢mo esas mismas autoridades cubanas no la dejan reunirse con sus padres y con su hermanita».
El Dr. Soneira, por su parte, advierte: «No s¢lo por el derecho inalienable de los padres de educar a sus hijos, sino tambi’n por el delicado estado emocional de Anabel, y por la necesidad urgente de que ella se reona junto a sus padres para comenzar su recuperaci¢n, responsabilizamos poblicamente al gobierno cubano por lo que pueda ocurrir con nuestra hija, como consecuencia de la cruel demora que
impide la reunificaci¢n de nuestra familia». Y concluye: «Tenemos la ¡ntima esperanza de que, con la ayuda del pueblo brasile_o, de sus autoridades y de sus medios de comunicaci¢n, as¡ como de los de todo el continente americano, podremos pasar la pr¢xima Navidad con Anabel, ya
en Brasil».
El 12 de septiembre pp. el matrimonio Soneira envi¢ una carta al canciller de Brasil, Celso Lafer, exponi’ndole su drama familiar y pidiendo su ayuda. Trascendi¢ que la canciller¡a brasile_a, Itamaraty, ya tom¢ cartas en el asunto y la embajada brasile_a en La Habana concedi¢ a Anabel la visa de entrada y residencia permanente en Brasil.
Para recibir el texto completo de la carta del Dr. Soneira y de su esposa a los medios de comunicaci¢n, narrando el caso de su hija Anabel,
env¡e e-mail a: Dr_Soneira@yahoo.com o llame a (55-81) 99865790 /
(55-11) 92243035
BRASIL: MATRIMONIO CUBANO PIDE AUXILIO PARA TRAER HIJA RETENIDA EN CUBA
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