Como una situación que plantea una serie de «complicaciones» calificó inicialmente el ministro José Miguel Insulza (PS), la decisión del comandante en jefe de la Armada, Jorge Arancibia, de renunciar al mando de la institución el próximo 6 de julio, para postular por una candidatura a senador por la UDI por la Quinta región costa. Además, evitando molestar a los uniformados, dijo: «vivimos en un mundo real y naturalmente la gente actúa de manera distinta de lo que parece establecido. Todo el mundo tiene conversaciones políticas, los contactos entre los distintos actores existen. Entonces, es difícil pensar que una persona interesada en la política no vaya a tener conversaciones» y, a pesar de estar frente a un acto de intervención política en los cuarteles, expresó que «lo que podría ser preocupante es si esas conversaciones, de alguna manera, influyen en su conducta como comandante en jefe». Además, sostuvo que dentro de las reformas a la Constitución, se puede aprobar la inamovilidad de los comandantes en jefe de las FF.AA. «Me alegro de que esta situaci¢n ponga de manifiesto la necesidad de introducir las reformas a la Constituci¢n que el Presidente de la Repoblica ha planteado hace tiempo. Coincidiendo con tales afirmaciones, el ministro de Defensa, Mario Fern ndez (DC), sostuvo que existe «una anomal¡a grave» que dice relaci¢n con la inamovilidad de los comandantes en jefe de las FF.AA: el Presidente no tiene facultades para pedir la renuncia de sus cargos. No obstante, los jefes castrenses si pueden renunciar.
Jorge Arancibia, present¢ su renuncia en una reuni¢n que sostuvo con Lagos y el ministro de Defensa. El jefe castrense -que deb¡a dejar el cargo el 14 de noviembre- expres¢ que dejaba la instituci¢n, pues necesitaba libertad para evaluar algunas «aproximaciones» pol¡ticas. En entrevista radial, calific¢ como un «derecho ciudadano» el optar por la renuncia para postular al Parlamento. «Es un derecho ciudadano, es una norma establecida en la Constituci¢n de la Repoblica y yo he hecho uso de esa atribuci¢n. Estamos dentro de la institucionalidad», sostuvo Despu’s coment¢ su decisi¢n: «Es un tema que ven¡a estudiando desde hace mucho tiempo», dijo. «Luego de 47 a_os de servir a la Armada no es f cil tomar una resoluci¢n, aon cuando estuviera a pocos meses de tener que hacerlo por las normas institucionales». Y agreg¢: «siempre estar’ al servicio de la patria». La verdad esdiferente. El almirante ya hab¡a evidenciado se_ales de sus ambiciones pol¡ticas. El 17 de mayo, en una entrevista en TVN, no descart¢ aceptar el cargo de senador institucional -en reemplazo de Jorge Mart¡nez Bush- una vez que dejara la Armada. Y agreg¢ que se inclinaba a seguir en el Senado por su «vocaci¢n de servicio poblico»
El renunciado almirante, segon sus c lculos electorales, contar¡a con el respaldo de la «familia militar». En la Quinta Costa existe un gran contingente de uniformados (navales y del Ej’rcito, tanto activos como en retiro). Electoralmente, ese apoyo se traduce en un importante nomero de votos. Adem s, como postulante independiente UDI podr¡a captar con mayor facilidad el 30,06% de votos obtenido en 1993 por Urenda. Adem s. Arancibia ya hab¡a dado se_ales sobre su ambici¢n de acceder al Senado. Entre el jueves 17 y el domingo 20 de mayo, dio una serie de entrevistas donde no descartaba aceptar un cargo de senador designado. En esa ocasi¢n, hizo una serie de declaraciones pol¡ticas, vinculadas con Pinochet. Arancibia reiter¢ en todas las entrevistas que ‘ste era el responsable pol¡tico de lo que sucedi¢ en su gobierno.
La renuncia de Arancibia sorprendi¢ a La Moneda. Imper¢ inmediatamente la cl sica postura conciliadora y subordinada ante las copulas castrenses. El primero en enterarse fue el ministro Fern ndez, quien se reuni¢ con el almirante. Ambos «negociaron» que la salida de este ex edec n de Pinochet -vocero duro de las posturas castrenses- se producir el 6 de julio, fecha en que deber estar nombrado su sucesor. La determinaci¢n fue informada despu’s por el vocero de gobierno, Claudio Huepe (DC). M s tarde Lagos declaraba: «Me dijo que ten¡a inter’s en seguir sirviendo al pa¡s, s¢lo que desde otro mbito». Y no quiso comentar la postulaci¢n del almirante al Senado.
Algunas razones de la renuncia
La renuncia ten¡a otras facetas pol¡ticas. Casi coincidiendo con la determinaci¢n de Sebasti n Pi_era (RN) de presentar su candidatura por la Quinta Regi¢n Costa, Arancibia, present¢ su renuncia al cargo. Aunque no fue expl¡cito, Arancibia aceptaba una oferta de la directiva de la UDI, encabezada por Pablo Longueira. El «torpedo» de Longueira ten¡a un blanco: afectar la postulaci¢n por la misma zona del presidente de RN, Sebasti n Pi_era. Hasta hace unas semanas, la carta que se daba como segura para ocupar la vacante dejada por Beltr n Urenda -representante de la UDI en el Senado durante 12 a_os- era el diputado por Vi_a del Mar, Gonzalo Ib _ez. Pero la inminente carrera del empresario de RN para acceder al Senado puso en alerta a la copula UDI, que busc¢ un hombre con mayor fuerza para enfrentarlo. Un d¡a antes de que Pi_era y Longueira decretaran la competencia total en la Alianza por Chile, ‘ste oltimo le plante¢ a Gonzalo Ib _ez que la postulaci¢n del empresario hac¡a necesario un reacomodo en la plantilla senatorial. Ib _ez no puso reparos. En ese momento, la opci¢n de colocar en el cupo a Arancibia ya hab¡a sido tomada.
Toda la maniobra de la UDI qued¢ al descubierto gracias a la declaraci¢n de Gonzalo Ib _ez: «. convers’ con Pablo Longueira y otras personas de la directiva, quienes me pidieron mi opini¢n y aquiescencia (para declinar su candidatura senatorial). Yo acced¡, porque nunca me sent¡ due_o del cupo». Tal afirmaci¢n confirmaba que fue el timonel UDI el que mont¢ la operaci¢n para instalar al renunciado Jorge Arancibia, como el candidato del partido en la circunscripci¢n Quinta Costa. Ib _ez, por su parte, tiene otra carta electoral en su mano. El diputado -cuya familia es due_a de una serie de empresas como C¢rpora Tres Montes, los supermercados D&S y la Universidad Adolfo Ib _ez- sabe que puede repostular a la C mara por Vi_a del Mar, al igual que en 1997, cuando fue apoyado con fuerza por Beltr n Urenda y Sergio Onofre Jarpa.
Esta acci¢n, en todo caso, de materializarse la maniobra de la UDI contra Pi_era, no ser¡a la primera vez en que sus ambiciones pol¡ticas se ven enfrentadas a personeros vinculados a las FF.AA. En el presente se trata de Arancibia, pero a inicios de los ’90 se produjo el episodio del espionaje telef¢nico -conocido como «Pi_eragate», que hizo poblicas sus opiniones sobre la actual senadora por la UDI Evelyn Matthei. En esa ocasi¢n el capit n del Comando de Telecomunicaciones de Pe_alol’n le entreg¢ la cinta con sus juicios a la entonces diputada y, como ‘l, precandidata presidencial de RN.
Luego fue Francisco Javier Cuadra quien acus¢ a los parlamentarios (Revista Qu’ Pasa) de consumir drogas. Con el tiempo se revelar¡a que la maniobra, que una vez m s, involucr¢ a Evelyn Matthei, estuba dirigida a destruir al ala liberal de RN. Tras las motivaciones de Cuadra, procesado y condenado y actual analista pol¡tico en los medios controlados por la reacci¢n y el oficialismo, estuvo la «mano militar». Cuadra fue Secretario General de Gobierno de Pinochet y autor de maniobras comunicacionales para secundar las pol¡ticas dictatoriales.
Las denuncias enmendaron rumbo del gobierno
Diferentes sectones pol¡ticos de gobierno y de la izquierda denuciaron las proyecciones pol¡ticas de la renuncia. La reacci¢n del PC fue contrapuesta a las conciliadoras expresiones de los voceros del gobierno. Solicit¢ al ejecutivo aplicar el art¡culo 93 de la Constituci¢n para destituir en forma inmediata al almirante Arancibia. Gladys Mar¡n, dijo que la colectividad recibi¢ con «indignaci¢n y asombro» la decisi¢n del jefe naval de renunciar a su cargo para presentarse como candidato a senador. Asimismo, que el Ejecutivo debe investigar y sancionar el acto de sedici¢n cometido por la UDI, al haber sostenido conversaciones con un militar activo para inducirlo a representar al partido en los comicios.
Una carta que solicita la remoci¢n inmediata de sus funciones al almirante Arancibia, entregaron a Lagos los diputados DC Andr’s Palma, Gabriel Ascencio y Jaime Jim’nez. A juicio de Palma la decisi¢n del jefe naval «es ilegal». El jefe de la Armada «no puede reunirse con partidos pol¡ticos para conversar sobre candidaturas parlamentarias estando en servicio activo». Mientras que el senador Jaime Gazmuri (PS) aseguraba que el renunciado Arancibia habr¡a faltado a sus deberes militares, por haber deliberado pol¡ticamente en el ejercicio de sus funciones. Sostuvo, adem s, que la deliberaci¢n est prohibida por la Constituci¢n, ya que -a su juicio- no se puede mezclar la funci¢n militar con la pol¡tica partidista.
Menos de 24 horas despu’s de que el almirante Arancibia renunciara a la comandancia en Jefe de la Armada y acordaracon Lagos su salida de la instituci¢n para el 6 de julio, Arancibia se vio forzado a hacer efectiva su renuncia inmediata y entregar, el pasado lunes, el mando a su sucesor: el vicealmirante Miguel Vergara. Los planes de Arancibia -renunciar al Senado y comunicar s¢lo despu’s de dejar la Marina su candidatura senatorial por la UDI fueron desbaratados por la intervenci¢n del diputado Gonzalo Ib _ez (UDI). El cambio de actitud de La Moneda se debi¢ a un factor inesperado: el reconocimiento de Ib _ez de que el almirante y el presidente de la UDI, Pablo Longueira, hab¡an sostenido conversaciones para definir una postulaci¢n parlamentaria. Adem s, a esas alturas, se hab¡a desatado una poderosa presi¢n de la izquierda y del oficialismo sobre Arancibia. Todas las bancadas parlamentarias de la Concertaci¢n hab¡an anunciado una serie de acciones en su contra: una querella contra Longueira y la UDI por infracci¢n a la ley de partidos pol¡ticos, al incitar a un oficial a la deliberaci¢n; una acusaci¢n constitucional contra Arancibia por desarrollar actividades pol¡ticas en el ejercicio de su cargo; una sesi¢n especial para analizar el tema, y la creaci¢n de una comisi¢n investigadora en la C mara de Diputados. El gobierno se vi¢ obligado a adoptar una posici¢n m s consecuente. El ministro Claudio Huepe, dijo que el Ejecutivo dio por cerrado el cap¡tulo de la salida de la Armada del almirante Jorge Arancibia ya que hab¡a designado al nuevo titular de la instituci¢n. Adem s, indic¢ que otras acciones, como eventuales acusaciones constitucionales en contra del alto uniformado, corresponden al mbito de los parlamentarios.
«mas de lo mismo»
En reemplazo de Jorge Arancibia, el gobierno nombr¢ al actual director de Finanzas de la Armada, Vicealmirante Miguel Vergara Villalobos, la cuarta antig_edad de la entidad castrense. Segon el ministro de Defensa, Mario Fern ndez, «dada la situaci¢n producida por Arancibia, el Presidente de la Repoblica le se_al¢ que el retiro debiera proceder de inmediato». Esto fue confirmado a trav’s de un comunicado del Servicio de Relaciones Poblicas de la Armada, mediante el cual se inform¢ que Arancibia, «en conocimiento de la designaci¢n del vicealmirante Miguel Vergara Villalobos como nuevo comandante en jefe de la Armada y de acuerdo a lo conversado con el se_or Presidente de la Repoblica, har entrega del mando institucional el d¡a 18 de junio a las 12 horas en la Escuela Naval, de acuerdo al ceremonial naval». La llegada de Vergada a la comandancia en jefe implica que deber n pasar a retiro las tres primeras antig_edades de la instituci¢n: el actual jefe de Estado Mayor, Jorge Swett Browne; el director de personal, Andr’s Swett Serrano, y el director de Territorio Mar¡timo, Jorge Arancibia Clavel. Como segundo de Vergara quedar el actual director de Servicios, Alex Waghorn Jarpa
«Inteligente, dogm tico, conservador en lo val¢rico y extremadamente introvertido», son las caracter¡sticas que los medios de comunicaci¢n del oficialismo, de la derecha y de los grupos econ¢micos atribuyen al nuevo comandante en jefe de la Armada, vicealmirante Jos’ Miguel Vergara (56 a_os, casado y tres hijos). Los mismos personeros coinciden en que estos rasgos marcar n un mando cuyo estilo ser diametralmente opuesto al de su antecesor, el renunciado almirante Jorge Arancibia. Las alabanzas no terminan aqu¡. «El almirante Vergara es un profesional que ha desarrollado una carrera ganada a pulso, de manera muy esforzada. La ha construido en base a su inteligencia y perseverancia», comentan los editorialistas a sueldo de los poderes f cticos. Mientras que «personalidades» destacan que es una persona «muy rigurosa, introvertido y que su acercamiento hacia el resto de las personas es a nivel intelectual». Adem s que «es muy reglamentario para sus cosas, quitado de bulla, ultra conservador en lo val¢rico y muy apegado a su familia. «. Es decir, «m s de lo mismo». En todo caso, Vergara no era el candidato que ten¡a Arancibia para su sucesi¢n. Su favorito era el vicealmirante Alex Waghorn, que hab¡a sido director de Inteligencia de la Armada y, como tal se comport¢ cuando represent¢ a esa rama en la instancia de en la mesa de di logo. As¡ culmina una demostraci¢n m s de una verdadad establecida: la conciliaci¢n, el oportunismo y la inconsecuencia siempre encuentran formas para demostrar su subodinaci¢n al poder real.
Sergio Ram¡rez