AGENTES HISTÓRICOS: Los individuos, instrumentos o agentes de la historia pueden ser clasificados en dos grupos: Los tontos útiles y los tontos inútiles. La diferencia entre ambos consiste en que los segundos utilizan a los primeros.
AMÉRICA: Hasta hoy, dos claramente distintas realidades geopolíticas coexisten en el continente americano: Al norte, los Estados Unidos de América; al sur, los Estados Desunidos de América.
AMISTAD: Son buenos amigos los que, regocijándose y beneficiándose mutuamente, saben cuando dejarse en paz. Caso contrario, pasan a ser cónyuges.
AMOR CONYUGAL: Intensa atracción entre dos que generalmente degenera en hostilidades «hasta que la muerte los separe». Suerte de guerra civil que no pocas veces termina en secesión. Tiene como campo de batalla el hogar, cuyo epicentro es el lecho marital que los adversarios comparten, al menos que uno de ellos se mude al sofá.
APOL-TICO: Un conservador en esencia y un indiferente consumado. El supuesto apolítico no se siente motivado a definir afiliaciones. Su postura denota conformidad con el status quo. El apol¡tico resulta, en el mejor de los casos, un conservador disimulado y, en el peor, un conservador inconsciente.
BELLEZA: La belleza es una forma de felicidad y la felicidad de una forma. Es, asimismo, una especie de sublime superstici¢n: Hay que creer en ella para que tenga efecto. Luzbel, ngel de la luz, fue el m s bello de sus cong’neres, pero su belleza se convirti¢ en una suerte de fatalidad; algo as¡ como una Marilyn Monroe de los cielos ca¡da en los brazos de un libidinoso Kennedy.
CARNE: Sustantivo que designa el cuerpo, e incluso a la materia. Aquello que est compuesto de dos o m s elementos y es, como tal, corruptible. Segon la teolog¡a cristiana, la carne equivale a la lujuria (explotada por las industrias de la prostituci¢n y la pornograf¡a); base de la nutrici¢n de carn¡voros tales como los f’lidos, los tejanos, los uruguayos y los argentinos.
COCODRILOS Y DEMAGOGOS: Los talabarteros y fabricantes de calzado aprecian la piel, gruesa y resistente, de los cocodrilos. Pero, debido a que ‘stos se encuentran en peligro de extinci¢n, en su lugar recomendamos la piel de los demagogos.
CRECED Y MULTIPLICAOS: En muchas latitudes se invierte en «multiplicaos y creced».
CULTURA: Acaso sea cultura la peregrina prerrogativa de todo pueblo de atesorar lo que le venga en gana. Por ejemplo, los estadounidenses se proclaman «una naci¢n bajo Dios» y son, al mismo tiempo, los m s grandes exportadores de armas y los m s vidos consumidores de pornograf¡a (la ecuaci¢n parece obvia). Ciertos domingos del a_o religiosamente se apoltronan para disfrutar sendos juegos de football, del que la guerra resulta una diversi¢n casi tan carnicera y divertida. Por su parte, los rusos beben vodka como cosacos, inventan la ruleta rusa, se proclaman zaristas, luego socialistas, m s tarde democr ticos y, en menos de un siglo, construyen y destruyen un imperio. Los brit nicos, impecable e implacablemente, beben su t’ de las cinco, mientras los hooligans siembran de muertos y heridos los estadios europeos. Los franceses fabrican fragancias para camuflar sus olores corporales y –parafraseando a Garc¡a M rquez– hacen de la cicater¡a un arte. Los italianos se jactan de ser los inventores de la iglesia y el estado, y hasta se sienten orgullosos de Alejandro VI y de la Cicciolina. Los espa_oles se ensa_an con un toro y est n convencidos de que eso es una fiesta brava, un viril deporte, al que denominan tauromaquia; y, de remate, hasta se creen europeos. Los japoneses combinan el budismo zen con las computadoras y s¢lo tienen una meta: Vender m s que nadie; especialmente, m s que los norteamericanos. Los chinos siguen percibiendo como b rbaros a los occidentales. Luego de cinco milenios de vida civilizada, de medio siglo de mao¡smo y de aislamiento, los chinos continoan produciendo m s chinos; de esta manera mantienen un c¢modo y meritorio primer puesto en el registro demogr fico mundial. Entretanto, los latinoamericanos siguen escribiendo «los versos m s tristes» de este milenio, y aon no se ponen de acuerdo y acaban por integrarse. Todo el mundo sabe que una Latinoam’rica desunida s¢lo va para atr s. Desafortunadamente, ni la revoluci¢n mexicana o cubana, ni los incontables caudillos y dictadores, ni la ambigua Alianza para el Progreso, ni el boom literario, ni los laureados con el N¢bel, ni P’rez de Cu’llar, ni la bochinchera globalizaci¢n han hecho el milagro. Despu’s de casi doscientos a_os de era republicana, los latinoamericanos todav¡a no aprenden a gobernarse ni a vivir en «democracia».
En resumen, puede decirse que la cultura es un parad¢jico complejo de actitudes, creencias, costumbres y pr cticas. Cada pueblo posee –o cree poseer– su verdad y su mentira, su h’roe y su villano, su fama y su infamia, su pasado y su presente, su orgullo y su verg_enza nacionales, su pasatiempo favorito, su momento glorioso bajo el sol, su canci¢n, su tradici¢n, su gran traici¢n y su poeta.
Petronio Rafael Cevallos
Tomado de Contracuentos (Publicaciones Amauta: Nueva York, 1996)