En la capital española, el renunciante titular de la SEPI, Pedro Ferreras, en rueda de prensa, precisó que ese tiempo servirá para «poder concretar detalles de las ofertas, porque todas han sido bastante imprecisas».
Al tiempo, precisó que durante ese lapso estudiarán las ofertas antes de tomar «una decisión irreversible». Es decir: la temeraria quiebra. Algo que a ninguno de los acreedores de AA les conviene, porque se estirarían los plazos para cobrar sus deudas.
Por su parte, Ricardo Cirielli, Secretario General de la Asociación del Personal Técnicos Aeronáuticos, el único de los 7 sindicatos que no aceptó el Plan Director de la SEPI, que contemplaba despidos, rebajas salariales y modificaciones draconianas en las condiciones laborales, calificó de «lógica» la postergación de la Asamblea de Accionistas de la línea aérea.
En declaraciones radiales, puntualizó que ellos planteaban «desde el punto de vista de los trabajadores la continuidad de la empresa y la defensa de los puestos de trabajo».
M s adelante, el sindicalista destac¢ que respaldar¡an todo proyecto que propendiera a la expansi¢n y el crecimiento de la empresa, «porque de lo contrario estar¡amos apoyando lo mismo que la SEPI quer¡a hacer, que era achicarla y llevarla a su desaparici¢n».
A oltima hora de la tarde, y caf’ de por medio para mitigar el fr¡o porte_o, un empleado de AA, nos confesaba que ser¡a deseable que los gremialistas volvieran a la carga para que el conflicto pol¡tico, que lleva m s de 50 d¡as, no entrara en un cono de sombra.
Quienes seguimos el conflicto desde su inicio, sabemos del doble discurso de algon dirigente gremial. Delante de una c mara de televisi¢n, o en declaraciones radiales, o delante de un grabador sostienen que continuar n batallando por la continuidad de la empresa. Empero, en la pr ctica han bajado sus brazos.
