Somos y seremos siempre socialistas; un pueblo de trabajadores en el poder, con una obra realizada que nos llena de orgullo; un pueblo unido, solidario, libre, dueño de sus riquezas y de su porvenir: íun pueblo invencible!
El socialismo significa en nuestra tierra la fidelidad al legado de Céspedes, al batallar titánico de Maceo, al internacionalismo a toda prueba de Gómez, al pensamiento luminoso de Martí. Con él cobraron vida los sueños de Mella, Villena, Guiteras y tantos otros heroicos combatientes. En él triunfaron los gloriosos caídos en el Moncada, en la Sierra y en el llano. En sus rojas banderas se fundieron las ideas de la emancipación cubana con las de Marx y Lenin, para forjar una sola ideología de redención, humanismo y justicia.
Mientras exista el imperialismo y su ya bicentenaria pretensión de anexarnos, la Revolución no habrá terminado. Reafirmamos nuestra determinación irrevocable de defender esta causa en todos los frentes.
En el decisivo frente del trabajo, mediante el perfeccionamiento empresarial, el incremento de la eficiencia y la disciplina , la erradicaci¢n del delito y el desorden, la justa remuneraci¢n al trabajador por los resultados, el mejoramiento progresivo de sus condiciones laborales y de vida.
En el frente de las ideas, borde delantero de las batallas actuales, con la formaci¢n y profundizaci¢n de la m s s¢lida conciencia revolucionaria y el desarrollo ilimitado de una cultura general integral. Tal como juramos en Baragu , no desmayaremos en nuestra lucha hasta hacer que cesen la Ley asesina de Ajuste Cubano, las leyes Torricelli y Helms-Burton, las enmiendas neo-plattistas, el bloqueo y la guerra econ¢mica contra Cuba y, en su momento, la devoluci¢n del territorio que ocupa ilegalmente la Base yanki de Guant namo.
En el frente de la defensa de la Patria, ante el peligro nunca descartado de una agresi¢n militar desde el Norte revuelto y brutal que nos desprecia, los trabajadores cubanos tenemos las armas al alcance de la mano y nos entrenamos regularmente, contribuimos a los gastos de nuestras propias unidades y cavamos toneles y trincheras para resistir y vencer, con la Guerra de Todo el Pueblo cualquier zarpazo imperialista.
En el frente de la solidaridad, asumimos a plena conciencia el concepto de que nuestras ideas y nuestra lucha no son s¢lo por Cuba: ‘sta es la causa de todos los trabajadores y pueblos oprimidos, de toda la humanidad, la causa bolivariana y antimperialista de Nuestra Am’rica.
Para nosotros, globalizar la solidaridad significa no s¢lo la acci¢n conjunta frente al neoliberalismo, sino la disposici¢n, fieles a nuestra historia internacionalista, al ejemplo imperecedero del Che, de acudir a cualquier rinc¢n del mundo que reclame la modesta y desinteresada presencia de un m’dico, un maestro, un t’cnico, un trabajador cubano.
Ser solidarios quiere decir en nuestros d¡as hacer conciencia de los problemas del mundo, fomentar la acci¢n unida de los sindicatos y los pueblos, levantar un frente comon en defensa de la vida y la protecci¢n del medio ambiente, por el derecho al desarrollo y a un orden econ¢mico mundial justo, dar la batalla por la democratizaci¢n de la ONU y las relaciones internacionales, sometidas hoy a nuevas y brutales formas de totalitarismo.
Nuestra gratitud a las delegaciones fraternas presentes en este Primero de Mayo, por el aliento que nos brindan. Esa solidaridad con Cuba se patentiz¢ con hero¡smo en Qu’bec, donde en protesta airada los representantes de los pueblos denunciaron al ALCA como la horca donde el imperialismo pretende colgar los despojos de la ya precaria independencia de los pa¡ses de Nuestra Am’rica.
Proclamamos la victoria moral de Cuba, pa¡s de ejemplar respeto a los derechos humanos, y rechazamos indignados la repugnante Resoluci¢n impuesta en Ginebra contra nuestra Patria, tras las enormes y groseras presiones y las amenazas de represalias contra los pa¡ses del Tercer Mundo, ejercidas sin ningon recato por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
Nuestro desprecio a los lamebotas y a los criados a sueldo, que dieron una pu_alada traicionera a Cuba a cambio de las migajas de sus amos yanquis.
No nos ofenden, porque Cuba est demasiado alta para los cobardes, los vendepatria y los gobernantes corruptos. No podr n tampoco doblegarnos, porque la Revoluci¢n Cubana no teme a nada ni se deja intimidar por nadie. Menos aon socavarnos, penetrarnos y debilitarnos moralmente, cuando nuestras ideas se yerguen hoy m s fuertes y vigorosas que nunca, frente a la orfandad de argumentos y falta de ‘tica de nuestros adversarios.
Los trabajadores cubanos, bajo la gu¡a de Fidel y de nuestro Partido, organizados voluntariamente en nuestros sindicatos y en nuestra Central onica, hist¢rica y querida, la de Jesos y de L zaro, reclamamos con este XVIII Congreso el derecho sagrado a seguir ocupando trincheras de vanguardia en esta batalla.
¥VIVAN LOS TRABAJADORES CUBANOS!
¥VIVAN EL SOCIALISMO Y EL INTERNACIONALISMO!
¥VIVAN FIDEL Y RAUL!
¥HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¥PATRIA O MUERTE!
¥VENCEREMOS!
Texto reproducido por Granma