El Jefe de Estado afirmó que «cuando los indígenas del Perú y Colombia comenzaron a usar los metales, encontraron en la minería y en la búsqueda de rocas y pigmentos, la síntesis ritual entre la vida y la muerte, la simbología propia de los guerreros, la intención de los dioses de fecundar la tierra, y el sonido escondido de la naturaleza que luego recreaban en la sugestión de las antaras, los tambores y las quenas».
Expresó que «en las representaciones escultóricas» que convocaban en la jornada podían apreciarse el «armonioso legado de imaginación histórica, la domesticación de la naturaleza» cuanto así la «certeza de saber que mientras haya latinoamericanos dedicados a procesos creativos, como Teresa Sánchez», existe «la esperanza de construir y modelar con nuestras propias manos un futuro de paz y bienestar para los habitantes del nuevo mundo: un mundo que aún no hemos acabado de construir, conquistar y descifrar».
«Así lo vemos en estos ensambles y relieves que guardan la energía del nogal, los tonos rojos del guayac n y el color amarillo del granadillo; en las ondulaciones en cedro macho que describen el curso de nuestros r¡os y las nervaduras perfectas de la geograf¡a vegetal de la zona costera de Santa Marta», coment¢ Pastrana.
Acto seguido, precis¢ que las 30 obras que se expon¡an hab¡an sido elaboradas por la artista «en la oltima d’cada bajo el orden impuesto por la naturaleza».
«Estas representaciones escult¢ricas de semillas, flores y f¢siles constituyen un s¡mbolo de nuestra hermandad hist¢rica, un s¡mbolo que viene en formas naturales como la de un ‘Ovalo’ o de una ‘Gran Espina’. Aqu¡ se recrea la imaginer¡a primitiva de los objetos rituales de trabajo o de guerra, comunes a los para¡sos perdidos del imperio inca y de nuestros ind¡genas Kogui, lejanos en la distancia pero cercanos en la
sabidur¡a de sus tradiciones», se_al¢. Al tiempo a_adi¢, «son obras mestizas, inspiradas en la materia origen del carb¢n, del grafito, del papel, que nos relatan la poderosa magia del bosque de donde han salido».
El Mandatario indic¢ que las esculturas, «cuidadosamente lijadas, con empates perfectos y formas de incre¡ble sensualidad (…) despiertan el impulso de consentirlas como a una mujer tierna y bonita; ellas nos cuentan sobre nuestras ra¡ces, a la vez que dan fe de que estamos hechos de la misma tierra».
«Gracias al patrocinio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, desde Uruguay, pasando por Argentina y Chile, esta exposici¢n itinerante ha descrito una interesante expedici¢n arqueol¢gica hacia la esencia de nuestra conciencia primitiva latinoamericana: una expedici¢n que encuentra su alta cima en este Pero legendario, el Pero de los incas, de Cuzco y Machu Picchu, el Pero que hoy nos revela en Caral a la primera ciudad americana», precis¢.
En los tramos finales afirm¢ que «a trav’s de las creaciones de Teresa S nchez, dejamos en el Museo de la Naci¢n un testimonio del arte colombiano que habla a los peruanos de nuestros or¡genes comunes y de la enorme naturaleza que nos vincula.
Dejamos en este lugar privilegiado de Lima una muestra de nuestro afecto por el hermano pueblo peruano convertida en materiales y colores suaves y naturales que nos hablan del amor al fuego y a la vida, del poder y de la protecci¢n de la madera, del sentir profundo de nuestras gentes y del calor vital que habita las playas atl nticas de Colombia».