El trabajo señala que el comportamiento del -ndice General de Actividad (IGA) «refleja el grave impacto que tuvo la incertidumbre que predominó durante gran parte del mes sobre la actividad económica global de Argentina, a lo que se sumó la desaceleración que ya está sufriendo Brasil», su socio mayoritario en el Mercado Común del Sur.
La contracción de la actividad económica -en los ocho primeros meses del presente año- trepó al 1,7%, en su medición interanual con el período enero / agosto de 2000, siendo la construcción el rubro más flagelado, ya que en el lapso en cuestión se desplomó el 8,1%, remarca el informe de la entidad dirigida por el economista Orlando Ferreres.
Los sustantivos encogimientos en los sectores automotriz y metálicos impulsaron a que la industria se deprimiera ûen la comparación interanual consignada- un 6,4%, precisó el estudio del CEE.
De acuerdo al informe, los agroquímicos y los plásticos fueron los únicos segmentos que mostraron un comportamiento positivo.
Respecto a las perspectivas, concluye el estudio enfatizando que «el elemento central es la falta de confianza entre los inversores respecto de la capacidad del Gobierno (presidido por el radical Fernando de la Roa) de seguir cumpliendo con el d’ficit (fiscal) cero en forma sostenida, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones (legislativas del 14 de octubre) y la debilidad pol¡tica del Gobierno».